CAPÍTULO 26

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Esa misma noche, después de que todos cenaran, Hermione y yo hablamos con Harry y Ron sobre lo que había descubierto de Delphini. Estuvieron de acuerdo también en que de momento no debíamos levantar mayores sospechas y actuar con normalidad, al menos hasta que yo saliera de la enfermería.

Después de una semana, Madame Pomfrey por fin me dejó salir, aunque tenía que ir con cuidado por algunas heridas que seguía teniendo. Me alegraba volver a mi habitación con mi amada esposa y poder tumbarme en una cama de verdad.

Harry me puso al corriente de todo lo que había pasado en las 3 semanas que había estado secuestrada. Yo no creía que habían sido tantas, pero como en esas dos habitaciones en las que me metieron no había ventanas, no sabía cuándo pasaba el día y cuándo la noche.

Después de la chapa que me dio Harry y de que Hermione terminara su trabajo, decidimos salir a dar una vuelta por el castillo para que nos diera el aire. Después de tantos años, seguía amando hacer esto con Hermione, salir ella y yo solas en silencio y disfrutando de la otra.

Vimos en una esquina del patio a Sirius y a Delphini. Apreté la mano de Hermione brevemente y la castaña se giró hacia mí confusa. Con la cabeza le indiqué la dirección de ambos chicos y miró para después volverse hacia mí.

̶ ¿Deberíamos decirle ya? ̶ preguntó y suspiré.

̶ Eso creo, no le va a sentar nada bien y es probable que monte un numerito de los suyos, pero hay que hacerlo ̶ contesté si apartar la mirada de ellos.

̶ Odio que hayan jugado así con nuestro hijo ̶ murmuró Hermione con rabia.

̶ Lo sé, también me siento así ̶ aseguré ̶ y la haré pagar por eso, de eso no tengas ninguna duda.

̶ Te ayudo ̶ comentó Hermione ̶ tendremos que encerrar a Sirius en nuestra habitación cuando hablemos con él para que no se escape como siempre hace.

̶ Me parece bien, estemos por aquí haciendo que paseamos y cuando Delphini se vaya, cogemos a Sirius y lo llevamos a nuestra habitación ̶ indiqué y la castaña asintió.

Nos sentamos en un banco y hablábamos normalmente, como si no nos importara nada más a nuestro alrededor. Aunque en realidad era todo lo contrario. No sé cuánto estuvimos esperando, pero por fin, Delphini se levantó del suelo y le dio un beso a Sirius que hizo que me tensara al ver cómo seguía jugando con él.

̶ Tranquila amor, todo va a pasar ̶ me trató de calmar Hermione ̶ la venganza llegará pronto.

̶ Creía que a ti la venganza no te gustaba ̶ le recordé con una risita.

̶ Eso era antes de que se metieran con uno de mis hijos ̶ murmuró entre dientes.

Debo admitir que el tono con el que lo dijo me calentó un poco. Sé que no era momento de esas cosas, pero no lo podía evitar. Es decir, con una esposa como Hermione y si encima utiliza ese tono... es casi imposible no calentarse. Además de que llevo más o menos un mes sin sexo y antes mi esposa y yo lo hacíamos prácticamente todos los días.

De vuelta al tema importante y dejando de lado mi mente calenturienta, vimos que Sirius estaba solo, así que decidimos acercaros a él y nos sentamos a su lado. Desde que le dije que no viera más a Delphini nos ha estado evitando, pero ya es hora de que sepa la verdad.

̶ Tenemos que hablar Sirius ̶ comentó Hermione en un tono calmado.

̶ ¿Vais a volver a decirme que me aleje de mi novia? ̶ preguntó Sirius mirándome fijamente ̶ porque no lo voy a hacer.

̶ Solo queremos hablar tranquilamente ̶ contesté sin apartar la mirada ̶ vamos.

Ante mi mirada fija en él, mi hijo asintió rendido y se levantó. Fuimos los tres en silencio hasta la habitación de Hermione y mía y cerramos la puerta. Como yo entré la última, usé el hechizo para bloquear la puerta y silenciar la habitación sin que el castaño lo notara.

No me importa la sangre (2ª parte)Where stories live. Discover now