12.

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“¿Te necesito?”

Esas palabras habían calado hondo en el cerebro de la chica de ojos verdes apenas las escucho. Esas palabras las había escuchado antes, pero ¿De dónde? ¿Quién las había usado antes? Pero sobre todo ¿Por qué sentía cierta culpa al escuchar eso?

—¿Disculpa? —cuestiono con suavidad. Calle se alejó limpiando todo resto de llanto de su rostro para mirarla a los ojos — ¿Te necesito? —cuestiono sin saber porque la castaña había usado esas palabras.

—Mi hermana —contesto rápidamente para esquivar la mirada de la chica frente a ella —, hace mucho que no la veo, me hace falta, ya sabes —suspiro pesadamente aún bajo la intensa mirada de la más baja —. Paula no tarda en llegar seguramente, tenemos que volver a nuestros asientos antes de que crea que no estamos en el avión.

Sin esperar respuestas de Poche salió rápidamente del baño. María José suspiro con frustración y paso ambas manos por su cabello tratando de disipar la mescla de sentimientos que tenía por dentro.

—Siento que voy a enloquecer. —murmuro.

Negando con la cabeza salió del baño y regreso a su asiento junto a Daniela quien se encontraba hablando con Paula, ambas la miraron por una fracción de segundo antes de que la castaña negara con la cabeza a lo que sea que Pau le comentara. Con cierta vacilación tomo asiento donde anteriormente estaba, abrocho su cinturón de seguridad y saco del bolsillo de su chaqueta sus audífonos para conectarlos a su teléfono y colocar el reproductor en aleatorio. Cerro los ojos y se dispuso a dormir hasta por lo menos estar a punto de aterrizar.

(…)

—Ella no tarda en llegar… —le recordó Valentina a su hermana mientras terminaba de poner la mesa. María José asintió mirándola con una sonrisa al mismo tiempo que se sacaba la chaqueta y la tiraba descuidamente sobre el sofá para poder dejar las bolsas sobre la isla de la cocina — ¿no crees que resulta más apropiado cocinar para la ocasión? —cuestiono la menor divertida al ver que su hermana había salido a comprar comida italiana, seguramente a dos calles de su casa.

—Quiero que todo salga perfecto, si cocino terminaremos en el hospital por envenenamiento o en un quirófano por una explosión y la verdad amo mi casa como para explotarla y amo mi vida como para atentar contra mí misma. —explico soltando una leve risita al final.

—Mientras ustedes están en lo suyo yo iré al cine con Cristina y Erika.

—Diviértanse, nos vemos mañana temprano ¿no?

—Luego de esta noche dudo mucho que venir mañana temprano sea muy sano para mí. —comento guiñándole el ojo a su hermana mayor con cierta picardía. Poche se sonrojo negando varias veces con la cabeza.

—No digas tonterías.

Dos toques en la puerta llamaron la atención de las hermanas Garzón.

—Tu amada ya llego.

Poche se acercó rápidamente a la entrada abriendo la puerta encontrándose con la chica que la traía locamente enamorada.

—Hola mi amor…

(…)

Sus ojos se abrieron de golpe. Su respiración era errática. Por su cuello corría un sudor totalmente helado y su cuerpo temblaba de forma casi descontrolada.

¿Qué carajos había sido eso?

Fue un recuerdo, pero…

¿Cuándo había pasado eso? ¿Quién era la chica al otro lado de la puerta?

Sabía que era una chica por las palabras de su hermana en aquel flash back.

“Tu amada”

¿Qué carajos estaba pasando? ¿Qué le pasaba a su cabeza?

Sus ojos escanearon el lugar, las ventanillas tenían las persianas abajo así que no sabía si era de noche o de día. Johann, Kim, Paula y Daniela estaban completamente dormidos en sus respectivos asientos. Respiro profundo y se recostó aún más en su asiento tratando de controlar su respiración.

—¿Estas bien?

Su cuerpo dio un pequeño salto gracias al susto. Calle se había despertado y la estaba mirando adormilada. Por un momento Poche olvido su reciente “sueño” y pensó en que aquella castaña malhumorada recién levantada era la cosa más bonita que podía apreciar.

—Oye… —susurro Daniela sacando a la chica de su trance — ¿está bien? —inquirió nuevamente ahora con un poco más de preocupación.

—Sí… —contesto, no muy segura y evadiendo la mirada de la castaña — solo fue una pesadilla…o eso creo.

—¿Eso crees? —cuestiono reacomodándose en su asiento para mirar mejor a la más baja.

—No lo sé…parecía un sueño o un recuerdo. —explico con cierta duda.

—¿Recuerdo?

—¿Repetirás todo lo que digo? —pregunto con algo de burla. Calle negó con la cabeza — es como si ya lo hubiera vivido…como si realmente hubiera pasado…

—¿Qué soñaste? Claro, si se puede saber

—Estaba en mi casa junto a mi hermana…se supone que alguien vendría y compre comida italiana, se supone que algo pasaría esa tarde…Valentina iba a salir para dejarme a mí y a alguien hacer nuestras “cosas” …saldría al cine con Cristina y Erika…

El silencio que siguió después de eso se tornó incómodo. Poche miro a la castaña esperando algún comentario ante lo que había contado.

—Yo…no sabría que decirte —comento con la mirada ausente. Poche asintió apartando la mirada —, tal vez solo es un sueño común…no todos los sueños deben tener sentido. —a pesar de sonar segura su mirada transmitía un conflicto interno.

—Tienes razón…tal vez solo son sueños mesclados. —dijo no muy segura.

—Tengo que ir al baño. —anuncio la castaña antes de levantarse de su asiento.

—¿Todo bien? — pregunto recordando el incidente de hace, tal vez, algunas horas.

—Sí, claro que lo estoy…solo voy al baño.

En total silencio Daniela se levantó y a paso disimuladamente acelerado se dirigió al baño. Abrió la puerta y al entrar cerro con seguro. Se recostó sobre la puerta y se deslizo hasta abajo hasta sentarse en el suelo.

—Esto será difícil…esto será muy difícil.

Entre Melodías Where stories live. Discover now