18.

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Los cinco ya habían llegado a Colombia luego de su último concierto de la gira. Pau se había ofrecido personalmente a llevar a las chicas a su nuevo departamento temporal. Al llegar al lugar ambas notaron que era en una zona privada de la ciudad así que no tenían que preocuparse mucho por los fanáticos, aunque eso no significaba que no tendrían cuidado cuando decidieran salir. Una vez Pau abrió la puerta las tres pasaron escaneando el departamento. El piso era de baldosas blancas y las paredes eran de color crema haciendo un agradable contraste con los sofás de color negro.

—Se quedarán aquí por aproximadamente dos meses —comento Paula mientras le entregaba a cada una llave de color dorado. Ambas asintieron mientras la miraban, aunque aún no estaban muy convencidas acerca de lo que estaba pasando. Pau suspiro al suponer lo que pensaban —. Miren el lado positivo de esta situación, pueden aprovechar este tiempo para componer las canciones necesarias para el álbum que sacaran juntas dentro de tres meses. Johann y Kim acompañado de Laura y Lucia traerán mañana el resto de cosas de cada una.

—¿Cómo se supone que vamos a componer si no tenemos los instrumentos acá? —cuestiono Daniela algo dudosa. Poche asintió ante sus palabras, aun su cerebro trataba de asimilar que viviría dos meses acompañada de la chica que hacía que su mundo se colocara de cabeza.

—En este departamento ya tienen todo lo necesario para eso, hay tres habitaciones, cada una con su baño, tienen al fondo del pasillo una habitación con un teclado, una batería, un bajo, una guitarra y todo lo que puedan necesitar —explico rápidamente sintiendo como su teléfono comenzaba a vibrar en el bolsillo de su chaqueta —. Me tengo que ir, vendré con el resto mañana por la tarde para ver cómo se están acomodando.

Sin más se apresuró a retirarse del lugar dejando a solas a ambas chicas en medio de aquella sala de estar. Ninguna tenía ni la más remota idea de que hacer ahora. ¿Cómo se suponían que tenían que empezar a convivir en la misma casa? ¿Cómo podían adaptarse a la idea de ver durante prácticamente 60 días a la persona que tanto las descolocaba de mil y un maneras?

—¿Qué hacemos ahora? —se atrevió a preguntar Poche rompiendo el silencio, sin embargo, ambas seguían con la mirada fija hacia adelante. Calle suspiro.

—¿Te parece si elegimos las habitaciones desempacamos y luego vemos que procede? —inquirió en tono divertido tratando de ignorar y ocultar el sentimiento de nerviosismo que empezaba a invadirla. Poche asintió.

(…)

Luego de un par de horas ambas habían terminado de desempacar. Habían tomado una ducha en sus respectivos baños y ahora las dos se encontraban discutiendo en la sala sobre que pedir para cenar.

—¿Por qué pizza con piña? —pregunto Poche frunciendo el ceño con algo de asco. Calle rodo los ojos, sabia claramente que a Poche no le hacía mucha gracia comer pizza con piña, pero sabía que a la final no la obligaría y terminarían pidiendo lo que quisiera la más baja. Calle conocía a la perfección a su ex novia, pero si podía, de alguna u otra manera, revivir viejos tiempos lo haría sin dudar buscando, tal vez, que Poche la recordara por lo menos un poco.

—Sabe bien —se justificó cruzándose de brazos —. Además ¿Por qué tengo que aceptar comer comida chica? —cuestiono.

—Porque eso sí sabe bien. —contesto la chica de ojos verdes.

—Bien, pero yo quiero elegir qué tipo de comida china —propuso tratando de negociar. Poche bufo resignada y termino por asentir. Calle sonrió con suficiencia —. Gracias pollito. —dijo con una sonrisa acercándose a María José para dejar un beso sobre su mejilla y luego seguir con su camino hacia su habitación para buscar su teléfono y pedir la comida.

Entre Melodías Where stories live. Discover now