28.

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¿Conocen esa sensación de estar con la persona correcta?

Esa sensación de paz y tranquilidad que te llena cuando estas con esa persona. No importa sí estan hablando, si van caminando de la mano o si simplemente estan acostados en la cama abrazados en total silencio haciéndose mimos entre sí.

¿Lo han sentido? ¿Sí? Bueno, eso fue lo que sintieron ambas chicas al llegar a la cabaña. Apenas llegaron a su destino decidieron dormir un poco, puesto que luego de tres horas en carretera terminaron agotadas. Ambas tomaron una ducha para luego colocarse sus pijamas, no les importaba mucho pasar el día y parte de la tarde durmiendo o estando simplemente acostadas, tenían todo el día de mañana para salir a caminar y hacer cualquier tipo de cosas.

—¿Lado derecho o izquierdo? —preguntó Daniela apenas entraron a la habitación. 

—El que sea, solo quiero dormir. —contestó Poché pasando una de sus manos por la parte trasera de su cuello mientras con la otra cubría su boca mientras bostezaba.

Calle se sentó en unas de las orillas de la cama viendo como Poché, a pasos pesados, rodeo la cama para dejarse caer boca abajo sobre el colchón, cerrando los ojos y suspirando con cansancio. Calle se acostó de espaldas para luego colocarse de lado y con una de sus manos dejar leves y continuas caricias en la espalda de María José, quien sonrío adormilada.

—Te dije que me dejaras manejar, eran tres horas, si yo hubiera estado al volante la mitad de ese tiempo no estarías tan cansada. —le reprochó la castaña.

—No, te dije que yo iba a manejar. —balbuceo sin abrir los ojos. Calle sonrió enternecida.

Calle rodeó la cintura de Poche con su brazo acercándose más a ellas, para luego dejar un beso sobre la mejilla de esta.

—Descansa. —le susurró al oído antes de acomodarse para dejarse llevar por el sueño también.

(...)

Daniela abrió los ojos notando que ya estaba atardeciendo, estiró su mano buscando el calor de la chica a si lado, despertándose por completo al notar que no estaba a su lado.

¿Donde estaba Poché?

Se levantó de la cama metiendo sus pies en las pantuflas a orillas de la cama. Salió de la habitación, camino a la cocina y noto que Poché estaba de espaldas a ella, tenia puestos los audífonos, seguramente escuchando música. Estaba cortando unos cuantos tomates.

Aprovechando que la contraria estaba totalmente distraída se acerco ella y se fijo que soltara el cuchillo para luego abrazarla por la espaldas, sintiendo como esta daba un pequeño salto del susto. Poché se saco los audífonos dejandolos a un lado, recargandose sobre Daniela, disfrutando de su cercanía.

—¿Que haces? —pregunto Calle en voz baja, no necesitaba hablar tan alto al tenerla tan cerca.

—Estaba preparando una pasta, pensé en que, tal vez, despertarías con hambre. —contesto en el mismo tono.

—¿Por que no me despertaste? Pude ayudarte.

—Te veías cansada y se que lo estas, los ensayos te han tenido de un lado a otro y necesitabas reponer el sueño perdido.

—Tú has estado igual —le recordó. Poché sonrío —. También debes estar igual de cansada.

—Tranquila que yo aguanto. —le comento con suficiencia fingida. Calle rodo los ojos.

—¿En que te ayudo?

—Pon la mesa, por favor.

Calle asintio antes de dejar un beso sobre la mejilla de la mas baja para luego de tomar lo necesario y caminar al comedor para arreglar la mesa. Minutos después Poché llego con dos platos de pasta para dejarlos sobre la mesa, volvió a la cocina por dos copas y una botella de jugo de naranja. En todo el tiempo que había durado conociendo a la castaña, desde su pérdida de memoria, había notado que esta prefería un buen jugo de naranja antes de un vino.

Entre Melodías Where stories live. Discover now