Entre Melodías

21.

—Entonces Poche recuerda toda su historia contigo, pero en vez de ser tú es Cristina la chica con la que, en su mente, “vivió” todo eso —dijo Paula con el ceño fruncido. Calle asintió cruzándose de brazos — ¿Sabes lo loco que suena eso? —Calle volvió a asentir — Esto parece de película. —susurro para sí misma. Calle la miro mal, a veces le sorprendía la tranquilidad con la que Paula se tomaba todo.

—¿Tienes alguna idea de qué hacer? —pregunto con frustración. Pau se encogió de hombros — Poche me pidió que la dejara sola un par de minutos, tenemos que pensar en algo.

Calle había dejado a Poche a solas en la habitación ya que la mayor le había pedido que por favor la dejara sola un par de minutos para asimilar todo lo que comenzaba a sentir. A Daniela ciertamente le preocupaba la más baja, pero entendía que su cerebro tal vez está a punto de colapso y requería su espacio para pensar.

—Empecemos con mostrarle fotos —propuso Pau —, es lo más seguro de momento, fotos donde ambas aparezcan, notas de voz, videos; dime que por favor aun conservas esas cosas.

—¿Me estas preguntando se guarde cada conversación, videos o fotos que me recordaran a la chica que creí que me odiaba para torturarme pensando en que hice mal para que me detestara tanto como me hicieron creer? —pregunto con sarcasmo. Pau frunció el ceño.

—Si lo pones así si suena feo —murmuro Paula mirando por un segundo a cualquier parte menos a la castaña —. Pero sí, a eso me refiero. —añadió con obviedad.

—Obviamente lo tengo —contesto como si fuera lo más normal de mundo. Pau le sonrió entre divertida y apenada —. Sí, lo sé, soy masoquista. —se burló de sí misma mientras negaba con la cabeza.

—¿Los tienes a la mano? —cuestiono pensando en el teléfono que había desatado la crisis de mayor, hacia horas atrás. Calle negó con la cabeza — ¿Esta en el teléfono que tienes en tú casa y el cual te negabas tirar a la basura? — la castaña asintió — Con razón nunca me quisiste dar la contraseña.

—Sí, masoquismo al cien por cien — Pau asintió. Calle rodo los ojos —¿Tengo que ir a buscarlo?

—Voy yo por el –se encamino hacia la salida —. Trata de que Poche recuerde cosas mientras yo llego y sino distráela con la excusa de más canciones para su nuevo disco.

—Claro, no tardes.

—No lo hare.

Sin más Paula salió del departamento dejando a solas a la castaña parada a la mitad de la sala. Calle se quedó un par de minutos en el mismo lugar sin moverse recordando, sin querer, el día en el que Cristina y Erika le dijeron que Poche no la quería cerca.

Flash Back.

Gracias a Pau la castaña supo que su novia había despertado y la verdad se lamentaba por no haber estado ahí para ser una de las primeras en ir a verla. Su pie presionaba en acelerador del coche con insistencia, quería ir a ver al amor de su vida, decirle cuanto la amaba y disculparse por todo y de todo con ella. Cuando le habían dado la noticia del accidente de Poche sintió como el alma se salía de su cuerpo y entendió la frase de “No aprecias lo que tienes hasta que lo pierdes”. Si bien ella siempre valoro a la más baja jamás paso por su cabeza la posibilidad de perderla y ahora que estuvo a punto de hacerlo entendió que debía de valorarla aun más. 

Una vez estaciono el auto frente al hospital apago su auto y bajo rápidamente. Entro a las instalaciones y se acercó a la recepción.

—Buenas, ¿María José Garzón? —le pregunto a la mujer detrás del mesón de mármol cincelado. La señora la miro con una ligera sonrisa antes de ver el monitor a su lado.