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Capítulo dos.

Lukas Smith.

Despierto al escuchar la décima alarma, la apago molesto y me siento en mi cama deseando morir en estos momentos. Soy de poner muchas alarmas porque con una no puede despertar, inconscientemente la apago apenas suena.

Como sea suspiro y me deprimo al ver las cajas y maletas que hay en mi habitación. Apenas ayer llegamos a nuestra nueva casa con mi mamá, Sabrina, le dieron un nuevo empleo y por eso nos tuvimos que mudar.

Lamentablemente tuve que despedirme de mis amigos y mi novia, aunque de todos modos prometí verlo los fines de semana, con ayuda de mi moto podre ir sin problema.

Me paro después de un rato al ver la hora, ya estoy llegando tarde a mi primer día, en mi nuevo instituto.

Saco de la primera maleta lo primero que encuentro, me visto rápido sin ducharme porque ya no me da el tiempo. Luego me voy al baño y me cepillo los dientes, luego me lavo la cara y me sacudo el cabello, me gusta tenerlo desordenado por alguna razón.

Luego bajo las escaleras y entro a la cocina, mi madre me dejo el desayuno entonces lo tomo rápido y busco mi mochila con todas mis cosas por la casa, no me acuerdo en donde la deje. Claramente no puedo ir a clases sin mi mochila.

Subo las escaleras de nuevo esperando que mi mochila este en mi habitación y cuando no la encuentro comienzo a desesperarme, ¿por qué razón no la encuentro? Bajo las escaleras de nuevo y en el comedor la veo botada en una esquina, la tomo sacudiéndola y salgo no sin antes tomar las llaves de mi moto.

Me subo y comienzo a conducir, en cuento llego escucho el timbre indicando que la primera clase ya comenzó. Busco en mi mochila un papelito con mi horario y veo que me toca matemáticas.

- Genial... - dije desilusionado, odio con locura matemáticas.

Guardo las llaves de mi moto en mi mochila y corro entrando al instituto y buscando mi aula, después de un rato la encuentro y me quedo parado en la puerta, veo como el profesor está dándole la palabra a una chica. Me parece guapa, su cabello es un rojizo muy lindo, llama la atención en cualquier lado, tiene los ojos color miel y una piel perfecta, sin manchas, ni acné, ni nada. No sabía que alguien podría tener la cara tan perfecta.

- Estuvimos viendo la segunda unidad, raíz cuadrada avanzada, página 238. – dice ella con una sonrisa y comienza a anotar.

- De acuerdo, ya la oyeron. Abran sus libros en la página 238 – dice el profesor y es cuando golpeo la puerta. – Buenos días. – me dice el profesor y solo me limito a contestar.

- Hola. – me acerque a él y le entregue el papel en donde indica que soy un nuevo estudiante, y toda esa mierda.

- Bueno te doy la bienvenida, puedes sentarte a un lado de Miel. – dice indicando a la chica pelirroja. – Lukas página 238, unidad dos. – me dice el profesor mientras abro mi libro.

Toda la clase me la pase aburrido deseando que terminara, pude notar que Miel, la chica pelirroja tiene una ligera obsesión por el orden, y mira su reloj a cada minuto. Comenzó a sonar su alarma al mismo tiempo que solo la campana. ¿De verdad?

*****

Cuando llego la hora del almuerzo entro a la cafetería y me siento con unos chicos que me invitaron a almorzar con ellos. Uno es el capitán del equipo de futbol, se llama Justin. Otro se llama Oscar y está igual que Justin en el equipo de futbol. Y hay otros dos más que se llama Octavio y Elías.

- ¿Te está yendo bien en tu primer día? – me pregunto Justin.

- La verdad que es muy normal. – dije y mi mirada se encontró con la chica de ojos miel de la clase de matemáticas, se ve un poco exaltada. Puedo ver como ella camina molesta y sale de la cafetería.

Lágrimas de miel. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora