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Capítulo treinta & siete.

Lukas Smith.

- ¿Me dirás de una vez que fue lo que te paso en el labio? O tendré que pensar que te mordiste con la comida. – le dije mientras veo a Miel con Max.

Estamos paseando a Max por el parque, desde que llegamos no me ha dicho ni media palabra, esta triste, eso es obvio. Pero no sé por qué, al inicio pensé que era algo que yo hice, y que por eso estaba molesta o triste, pero luego me di cuenta de que no era culpa mía, si no que le paso algo y no me quiere decir. Me da mucha lástima que este así, no me gusta verla así.

- Me mordí, es todo. – dice en un tomo un poco triste.

- De acuerdo. – no le creo nada, es imposible que se haya mórfico el labio de esa manera.

Nos sentamos en una banca y soltamos a Max para que vaya a jugar con otros perros, ella apoya su cabeza en mi hombro y suspira.

- Bueno ya vasta. – le dije y ella me miro confundida. - ¿Qué es lo que te pasa?

- Nada... - siento que intenta auto convencerse a sí misma. – De verdad no me pasa nada.

- No te creo nada, pero si no me quieres decir está bien. Pero por lo menos dime que vas a estar bien, porque ahora sé que no lo estas. – no dice nada, solo me mira. – Miel... sabes que no me gusta verte así.

- Lo que pasa es que mis padres ya saben lo nuestro... y lo que hicimos... bueno hacemos. – la miro a los ojos y veo tristeza. – Y mi mamá me abofeteo al saber que perdí mi virginidad, y contigo... por eso tengo roto el labio. – no supe que decir. – No le gustas...

- Miel yo...

- Pero a mi papá le caes bien, y adora a Max... él convenio a mi mamá de que no exagerara con Max, porque quería echarlo... así que ahora me puedo quedar con el perro, a lo cual me gusta, es decir lo quiero mucho.

- Miel lo siento mucho, de verdad. – la abrazo. – Miel de verdad lo siento... - le acaricio la mejilla.

- Estoy bien, solo que... decepcione a mi mamá. – sus ojos se cristalina cada vez más, está a punto de llorar. – Ella nunca me había chico eso, jamás me había pegado... estaba hecha una furia.

- De verdad lo siento mucho. – ella comienza a llorar.

- Solo necesito saber si tú me quieres.

- Claro que te quiero.

- Mi mamá me dijo que mientras consiguieras lo que quieres de mí... me dejarías por alguien más.

- No te dejaría. – la abrazo. – De verdad no te dejaría por alguien mejor, porque esa persona no existe. Sería un completo idiota si se me ocurriría dejarte.

- Te amo, Luka... - no supe que decirle, mentira, si sabía que decirle lo que no podía pronunciar ni media palabra. – No es necesario que me lo digas... solo quería que supieras que no te quiero, deje de quererte hace tiempo, porque te amo, de verdad te amo Lukas. – toma una pausa. – No puedo explicar cuando paso, solo sé que nunca había amado a nadie... no como te amo a ti. – cuando le iba a responder, no me dejo porque me beso.

Fue un beso tan tierno, tan intenso, tan único. Que yo no puedo despegarme de ella ni quiero.

Porque Miel, yo también te amo, y aunque no te lo digo ahora... sé que saber que te amo de la misma manera. Sabes que para mí una vida sin ti no es vida.

*****

Cuando llegamos a mi casa, encuentro a mi mamá cada vez más nerviosa, falta una semana y se casa, según Miel todo está perfecto, ha intentado calmada desde que entramos a octubre, es imposible que algo pueda salir mal.

Lágrimas de miel. #1Where stories live. Discover now