Capítulo 15: Saskia

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—¡Saskia! — El grito de mamá me saca de mis pensamientos, exactamente del recuerdo de una mata de cabello negro entre mis piernas. Niego con la cabeza mientras corro escaleras abajo. Él ceño de mamá esta fruncido y mi boca se abre al ver la hoja en sus manos, él examen—. ¿Me puedes explicar que paso con tu examen de cálculo? ¡Es un 3!

—Lo siento, mamá. —Hago una mueca y camino a su dirección, me siento en el sillón junto a ella y no puedo evitar soltar un suspiro a modo de derrota—. No me concentre lo suficiente. Pero prometo concentrarme en el próximo examen... Quiero la beca. —Termino en un murmuro, mamá coloca el examen sobre la pequeña mesa de centro y me atrae entre sus brazos.

Era un momento madre e hija.

—Está bien ¿sí? Solo quiero que te diviertas un poco más, no todo se resume en los estudios, mi amor. —Sí, mi mama sufría de bipolaridad y creo que ella aun no se daba cuenta. Asiento completamente de acuerdo y me quedo con ella en el sillón.

Viendo programas sin sentidos y riéndonos de las bromas que hacen en su trabajo. Las cuales no pasan de un baño a un anciano. Mientras mamá mueve su boca como si esta tuviera vida propia no puedo impedir que el recuerdo de Joe y lo que ocurrió ayer en su estudio me asalte de nuevo.

La manera en que sus labios se presionaban contra mi centro, los estremecimientos que abordaban a mi cuerpo en ese momento, y la gran necesidad que sentía por llegar a la cima.

Joe era el único que podía ponerme de esa manera con un solo toque de sus dedos.

Ahora que solo faltaban tres días para mi cumpleaños, estaba más ansiosa de saber qué rayos el me iba a regalar, por que yo tengo un mente el mejor regalo que puedo recibir.

Creo que ya era hora de perder la gran v. Y no había otro hombre que Joe Wyrick para llevar a cabo esa tarea.

—Eso es todo por hoy. — La voz del maestro es cansada y altamente irritada, recojo con rapidez todos mis materiales y coloco mi mochila sobre mi hombro. He estado huyendo desde el día de la fiesta de Andrew, realmente ya no me siento tan cómoda a su alrededor —no des pues de haberlo visto besarse con más de 8 chicas en esta semana—, la mata de cabello castaño de Mackenzie entra en mi campo de visión y me detengo para esperarla cuando grita mi nombre.

—Odio historia. — Suelta un gruñido mientras entrelaza mi brazo con el de ella—. Como sea ¿Qué tal todo con el adonis que tienes como novio y que no me has presentado formalmente?

—No es mi novio, Mack. — Suelto con cansancio—. No sé por qué él les dijo eso, pero no es cierto. —Al menos yo tenía razón, él no me había pedido ser su novia en sí, solo soy una especia de chica la cual se deja meter mano de vez en cuando.

—Él lo dijo. Para mi es oficial. —Pongo los ojos en blanco y suelto una risa. Mackenzie nunca cambiara, pero me agrada así. Busco con la mirada el auto de Joe y no me sorprendo al verlo estacionado frente a la escuela, usando los mismos pantalones del trabajo. La camisa verde solo hace resaltar los músculos bajo la misma.

No paso por alto las miradas de las chicas de último año y una que otra de niveles inferiores y me palmeo mentalmente al haber encontrado un hombre como él. Prácticamente me saque la lotería.

—Bueno, tu Romeo vino por ti. Iré a buscar a mi sapo. —Ella suelta un suspiro dramático que me hace reír, ambas tomamos caminos opuestos y siento varias miradas sobre mi cuando me acerco al auto de Joe. Las miradas solo crecían con el tiempo, cosa que aumentaba mis nervios.

Joe se inclina un poco en mi dirección y presiona sus labios contra los míos, respondo con gusto y el suelta una ronca risa cuando me separo. Siento mis mejillas calientas y me muerdo el labio cuando lo miro.

INTRINSIC © |EDITANDO|Where stories live. Discover now