Capítulo 18: Joe

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Aprieto mis dientes con fuerza, el calor de Saskia es demasiado intenso, un gemido brota de sus labios cuando detengo su cintura, ella necesita moverse, lo sé por la manera en que me mira, por como su labio termina siendo prisionero de sus dientes y por como su pecho sube y baja con rapidez.

—Despacio. —Digo, aflojando mí agarre en su cintura, Saskia asiente lentamente, sus caderas forman un círculo y la respiración me falla, sé que si no me controlo, me correré, dejando con las ganas a Saskia.

Corro un poco más el asiento, dejando se esa forma a Saskia apoyada contra el volante, no es una buena posición, pero puede servir de ayuda.

Una de mis manos se coloca en la unión de nuestros cuerpo, presionando mis dedos contra su clítoris, haciendo que la espalda de Saskia se arquee un poco hacia mí.

—Joe...

—Shhh... lo sé, lo sé.

Trago saliva, tomando la cintura de Saskia con más fuerza, me encajo en su interior y un silbido es liberado de mis labios ante su estreches. Saskia murmura palabras que no logro entender, pero sé que está cerca cuando se mueve con más rapidez sobre mí.

Sé que estoy jugando con fuego, pero nunca en mi vida he querido quemarme tanto, como lo deseaba con Saskia. Ella había roto cada una de las reglas en mi vida.

¿Quién lo hubiera dicho? Me gusta una adolescente.

—Hiciste un excelente trabajo con los últimos planos, Joe, espero tenerte en dos semanas de vuelta en la base. —La ronca y dura voz del general suena a través de mi teléfono, estoy a pocos segundos de colgarle, pero por respeto, no lo hago.

—Es un placer trabajar para ustedes, general. —Digo y suelto un suspiro de alivio al escuchar el timbre en la puerta principal—. Debo irme, acaban de tocar la puerta.

—Suerte, Wyrick. —dice y cuelga sin esperar respuesta. Miro la hora en el reloj que cuelga de mi muñeca. Aun faltaban dos horas para Saskia venga a terminar el plano de tarea, me encojo de hombros mientras camino seguido de Zeus hacia la entrada.

Mis ojos se abren de golpe al ver a la morena, con una sonrisa radiante mirándome con amor.

—Mamá. —Logro murmurar. Vaya mierda. Parpadeo con rapidez y abro un poco más la puerta—. ¿Por qué no llamaste para que vaya a recogerte?

—Tonterías. —Dice, entregándome un pequeño bolso, observo detrás de ella y me siento un poco mejor al ver que no trae una maleta consigo—. Vine a visitar a mi hijo ¿Hay algún problema con eso?

Cierro la puerta y camino detrás de ella mientras le echa un ojo a la casa, cuando la cocina esta frente a ella, parece un niño pequeño en navidad, uno de sus delgados dedos se pasea por la barra del desayuno, claramente está buscando rastro de suciedad.

—¿Sofía sabe que es la siguiente? —Digo, soltando una risa mientras camino con dirección a la nevera, saco dos coca-colas de esta y una termina en las manos de mamá.

—No. En realidad fue la primera. —Liz Wyrick me guiña un ojo. Niego un poco divertido ante las travesuras de mi madre y de mi hermana—. No solo es una inspección de limpieza. También quiero conocer a la chica que trae loco a mi niño.

—¡Mamá! —Me queje, dejando con más fuerza la lata sobre la barra del desayuno—. Si vienes con esas intensiones te puedes olvidar de conocer a Sas... —Me detengo de golpe, mamá me mira con una sonrisa en sus labios y sé que estuve a punto de cavar mi propia tumba.

—¿Sas? —Ella pregunta, acercándose a mí e hincando mis costillas con sus dedos.

Me siento un crió cuando ella hace eso, por lo que tomo sus manos y las alejo de mi cuerpo.

INTRINSIC © |EDITANDO|Where stories live. Discover now