Extra: Alina Wyrick |Parte 2|

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Joe

Me veo arrancado de mi sueño con algo de brusquedad cuando un grito retumba en mis oídos. Con rapidez, me pongo de pie, pero termino soltando una maldición cuando me choco contra una de las paredes. Una risa ahogada en dolor me hace parpadear con lentitud y observo a Saskia aferrándose a las sabanas que cubren su cuerpo.

—Alina ya no quiere esperar. —La morena en la cama sisea entre dientes, soy capaz de ver la capa de sudor cubriendo su frente, y por la forma en que apretaba la mandíbula, sabía que no faltaba mucho para tener a mi pequeña hija entre mis brazos.

El nuevo quejido de Saskia levanta a los gemelos, y sin darme tiempo a pensar, abandona la habitación. Los pasillos aun se encontraban completamente iluminados, y agradezco a Dios cuando me topo a una enfermera al dar unos cuantos pasos.

—Mi esposa está a punto de dar a luz, necesitamos un doctor.

—¿Saskia Wyrick? —Asiento ante su pregunta. Ella se marcha luego de decirme que irá por el médico, y con rapidez regreso a la habitación.

Cuando ingreso en esta, soy capaz de observar a los gemelos tomando las manos de Saskia, parecían bastante preocupados, y me alegra saber que se preocupan por su madre y por su hermana.

—El médico ya vendrá —Aseguro, acercándome a Saskia. Ella asiente con los dientes apretados, y veo como se retuerce nuevamente en la cama. Kayden me lanza una mirada que no logro comprender y sólo puedo revolver su cabello con cariño—¿Por qué no vas y llamas a tu abuela, mi amor?

Le entrego mi teléfono, y el observa a su madre y luego al aparato, el teléfono es tomado con algo de duda, y Kayden inclina la cabeza en dirección a su hermano. Ambos presionan un beso en las mejillas de Saskia antes de abandonar la habitación.

—Duele demasiado. —Saskia se queja. Puedo ver lagrimas resbalando fuera de sus ojos, y me inclino hacía ella para besar sus labios.

—¿Sabes lo mucho que te amo? —Saskia sonríe, pero el dolor continúa marcando cada rasgo en su rostro. Ella asiente, y su mano se aferra a la mía.

No sé que más decir para poder quitar el dolor de su cuerpo, tener que verla con lágrimas en sus ojos, no era como imaginaba el nacimiento de Alina y agradezco a todos los santos cuando la puerta se abre y la doctora García me quita del lado de Saskia con rapidez.

Las enfermeras que entran con ella arreglan la camilla y, en menos de cinco minutos, Saskia esta inclinada en la cama, levantando sus piernas en algún tipo de reposadera.

Me recordaba a las muletillas que use hace siete años.

Sacudo la cabeza, alejando aquel recuerdo de mi cabeza. Habíamos superado eso, ahora me encontraba completamente recuperado, y con una hija en camino.

—Señor Wyrick —La doctora llama mi atención y la observo algo confundido—. Necesito que salga y se coloque lo que la enfermera le dará.

No me dan tiempo a responder, cuando prácticamente me están empujando fuera de la habitación. La idea de Lara de dar a luz en aquella habitación, no me estaba gustando. ¿Qué si algo salía mal y no tenían un quirófano a la mano?

Ella sería la primera en pagar.

—Necesita colocarse esto, señor. —La pequeña chica rubia me entrega aquella ropa azul que vestí el día que nacieron los gemelos. Ella sujeta la camisa y los protectores de zapatos por mi mientras me coloco aquel pantalón extraño.

Una vez listo, ingreso a la habitación detrás de la enfermera. Saskia esta soltando una maldición mientras se aferra a las barras situadas a su lado. Ya va a nacer.

INTRINSIC © |EDITANDO|Where stories live. Discover now