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-Llego tarde, llego tarde, llego tarde!- repetía entre susurros un doncel de cabello rubio como el sol de ojos azules que los cielos y los mares tuvieran envidia de su color intenso. Cabalgaba hasta la casa de preparación, hoy era el día de la prueba dónde todo mujer y doncel mayor de 16 años tenía que tener ciertos requisitos para ser una buena esposa. Hoy era la tercera vez donde este doncel, de nombre Naruto Namikaze, tenía para pasar la prueba, si no traería deshonor a su familia.

Llegó ligeramente tarde por intentar memorizar los requisitos, pero era difícil. Al final terminó anotandolo en su brazo para acordarse y bajó de su caballo Rasengan al llegar a su destino. Su madre y abuela lo recibieron en la entrada.

-Naruto querido, dónde has estado?!- preguntó su abuela que hizo una mueca al ver cómo su nieto estaba lleno de tierra.

-Yo...-

-No hay tiempo, tenemos que arreglarte!- dijo su madre pelirroja que lo empujó y lo desvistió para echarlo a la bañera. Su hijo dió un ligero chillido.

-Está fría!- se quejo abrazándose a si mismo.

-Hubiera estado caliente si hubieras llegado a tiempo- reprendió su abuela rubia de ojos miel con una pechonalidad exagerada, de nombre Tsunade Senju.

-Dónde estuviste?- le preguntó su madre enojada al ver que la suciedad era demasiada. Kushina Uzumaki, pelirroja de ojos violetas es el ser más oscuro cuando se enoja, así que tengan cuidado en no hacerla enojar.

El doncel recordó que había pasado parte de la mañana entrenando en un lugar lejano a cualquier mirada indeseable. Desde pequeño tenía curiosidad por las incontables historias de guerras y guerreros que murieron y trajeron honor a su familia. Entrenaba a escondidas con la espada de su padre en sus ratos libres. Sabía que no era propio de un doncel saber manejar armas, pero para él era más fácil usar una espada que usar la tetera sin tropezarse, caerse o derramarla en el piso. Pero era un secreto que jamás le contaría a su familia.

-Fui a tomar agua del pozo y tropecé. También estuve repasando los requisitos- dijo confiado cuando su madre no sospecho que había mentido.

-Es por eso ir tienes marcas en tu brazo?- dijo señalandole lo mencionado con una expresión curiosa. Naruto apartó su brazo para que no se le borrarán sus queridos apuntes.

-Quiero estar seguro de no olvidar nada- le contestó con una sonrisa. Lo secaron rápidamente y lo vistieron con un lindo kimono para la ocasión. Se le escapó el aire cuando lo ajustaron para remarcar su cintura.

-Au!- se quejó cuando lo peinaban, jalando su cabello y pensó que se lo arrancarían. Le pusieron un lindo broche blanco con detalles floreados para combinar con su kimono negro y blanco con flores rosas. Le maquillaron de tal manera que su piel se veía blanca aunque su tono de piel era morena, tostada, así que también le maquillaron un poco el cuello.

Fueron a escoltarlo a la casa de la vieja, quién le haría la prueba. En su camino vió a unos niños jugando y le quitaron su muñeca a una niña que quería llorar. Naruto se lo quitó a esos niños y se la dió de vuelta a su dueña que le agradeció. Por otro lado, dos viejos de avanzada edad estaban jugando con una fichas sobre la mesa y uno estaba en aprietos. Vino Naruto y movió una ficha para ayudarle, al fin y al cabo era bueno en este juego que le ganaba a su padre en muchas ocasiones. Las mujeres tuvieron que llevarselo casi a rastras para que no distrayera, ya que iban tarde.

Llegaron a su destino donde ya estaban las demás mujeres y donceles formados en fila avanzando. Naruto rápidamente fue al final de la fila y puso la sombrilla en su hombro, miró como la traían las demás y lo llevó rectamente con sus manos al frente, imitando la postura.

Mulan/NarutoWhere stories live. Discover now