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Llegados a la tienda, el enmascarado lanzó a Menma sobre la cama, que eran solamente pieles, y se le puso encima.

-No puedo esperar a devorarte- dijo besándolo mientras le acariciaba, Menma seguía sin un plan, disimuladamente lo distraía para que no acercara su mano en su entrepierna o todo estaría perdido. Lo peor es que todavía tenía puestas las cadenas -Te incomoda no es cierto?- oh, ya no tenía cadenas. Enfocó su vista para intentar mirarle la cara pero estaba demasiado oscuro, lo único que podía ver era el cabello negro. Siguió besándolo mientras intentaba desnudarlo. Menma, en un intento de evitarlo,lo abrazó por el cuello mientras ahora le metía la lengua. Estaba más que complacido su ahora marido y bajó sus labios a su cuello, succionando la piel hasta dejar morado y hacerlo repetidas veces. Su piel iba a ser descubierta y en un intento de salvación, le dió un golpe firme y simple a su nuca, por suerte para el doncel, le dió en el lugar correcto y terminó desmayado. Con algo de esfuerzo logró quitárselo encima.

-Eso estuvo cerca- dijo aliviado el doncel

-Sí, lo estuvo- confirmo Kurama

-Lo hiciste?-

-No. Hay demasiadas personas rodeando la fuente, no hay forma- dijo devolviéndole el veneno siendo negado

-Conservalo, yo estoy vigilada todo el tiempo y no podré hacerlo-

-Es tu trabajo-

-Eres mi guardián-

-Conservalo tu, yo no podré acercarme-

-Está bien- dijo Menma con molestia, tomó el veneno en sus manos y trató de buscar un lugar donde guardarlo. Podría hacerlo en el cabello pero ahora era hora de dormir. Se lo aguardó temporalmente en los pechos falsos. Esperó a que la fiesta terminara, mientras tanto, desnudaba al jefe para seguir con la mentira. Se sonrojó un poco por ver, lo poco que le dejaba ver la oscuridad, el cuerpo trabajado de quién ahora dice ser su marido. No es como si no hubiera visto cuerpos de varones antes. Miles de veces cuando los del ejército se bañaban, lo hacían sin vergüenza y hasta presumiendo entre ellos quien la tenía más grande. Honestamente el más grande era de Sasuke.

Espera... En qué estaba pensando?!

Se sacudió la cabeza mientras intentaba alejar sus pensamientos. Pensaba en la misión hasta que ya no escuchó música ni alboroto. Esperó un poco más antes de salir. La noche estaba fría pero nada que no pudiera soportar. Caminó entre los hombres borrachos y tirados donde sea. Su estómago gruñó y fue a la mesa donde estaba la comida.

-Qué haces despierto?- Menma dió un pequeño salto en su lugar antes de voltear y ver quién le había hablado. Un hombre alto y grande que aspiraba terror.

-No comí y tengo hambre- el hombre no suavizó la mirada, solo se acercó y le sirvió comida -Gracias-

-Ni lo agradezcas. Cómo se divertió el jefe?-

-Muy bien. Pero el sueño le ganó-

-Le dije que no bebiera tanto alcohol. Llegó a tocarte?-

-Sí, nos unimos antes de que se durmiera- mintió Naruto con un sonrojo al recordar el cuerpo. Al ver el sonrojo el hombre lo dejó pasar.

-Vete antes de que alguien te vea fuera de la tienda-

-Gracias por la comida- hizo una pequeña reverencia antes de encaminar hacia donde dormiría. Se sentó frente a la tienda, abrigado con un piel grande, mientras comía lo que le habían dado.

Menma pensaba en lo cercas que había estado antes de ser descubierto. Sintió como lo observaban y trató de actuar natural, tal vez si fingía sueño... Entrecerró los ojos fingiendo cansancio mientras comía. Duró un poco más en acabarse la comida, dejó el plato de lado y se metió a la tienda. Se acostó a su lado y desarregló aún más el kimono para que la mentira fuera real.

Su misión era envenenar a todos pero debía encontrar una manera de ponerlo en el pozo o ponerlo en otra cosa que todos comieran.



Despertó por el movimiento del despertar del líder. El líder estaba desubicado, apenas razonaba que estaba desnudo al lado del rubio quien había abrazado durante la noche, miró sus ropas arrugadas y las de su mujer. Movió al rubio y este fingió despertarse.

-Buenos días- miró duda entre sus ojos y sonrió internamente por su plan -Pasa algo querido?-

-Qué hicimos ayer?-

-No lo recuerdas?- dijo con algo de cansancio fingido -Estuviste salvaje-

-Lo hicimos?-

-Sí-

-Toda la noche?-

-Parte de ella. Te dormiste cuando terminaste- gruñó el líder al no recordar nada. Pero al ver las manchas en el cuello de la mujer lo hizo sonreír. No pudo haberse hecho las manchas solo.

-De verdad no recuerdo nada. Qué tal si me ayudas a recordar?- dijo poniéndose encima y acercar sus labios con los del contrario. Menma no se movió.

-No siento mis caderas. Fuiste demasiado brusco- dijo con una molestia linda que dejó enternecido al pelinegro, solo dejó un piquito en los labios antes de levantarse.

-Te vez tan apetecible- Menma se puso modo tímido mientras intentaba sonrojarse con algún recuerdo. El jefe le ayudó a sentarse o recostarse ya que no podía "sentarse" -Quieres algo de comer?-

-Sí, por favor- después con la bandeja en sus piernas le preguntó -Cómo debo llamarte ahora?-

-Puedes llamarme esposo, marido, amo...-

-Y tu nombre?-

-Eso es privado- Menma hizo un puchero tierno y siguió comiendo -Aunque seas mi esposa no puedo decirte-

-Está bien-

-No vas a insistir?- preguntó algo extrañado

-Nunca voy a cuestionar a mi marido- dijo firme y el otro sonrió al ver cómo lo había llamado

-Me gustas mucho. Cómo te llamas?-

-Ino- mintió

-Ino- repitió haciendo más ronca su voz -Ino, hija del emperador, la mujer más hermosa de todo China y mi esposa- otra vez unieron sus labios por unos segundos -Mi esposa es la mujer más perfecta que existe en todo el mundo- le besó la frente -Debo ir a liderar, ni se te ocurra escaparte-

-No lo haré- dijo con una sonrisa. El líder miró por unos segundos los grillos que tenía puestos y sonrió también.

-Tienes prohibido hablar con cualquier otro hombre que no sea yo-

-Hay mujeres aquí?- preguntó Menma

-No. Así que no puedes hablar con nadie, excepto yo-

-Está bien esposo-

-Dime amo-

-Amo-

-Amo-sama-

-Amo-sama- repitió Menma con la voz más dulce que tenía y contempló como su "marido" tenía una sonrisa pícara con los ojos brillosos, volvió a besarlo de nuevo y se despidió, dejándolo solo en la tienda. Menma cerró los ojos intentando escuchar detalles y había 4 hombres haciendo guardia fuera de la tienda. Procuró tener la voz baja, intentando planear lo que haría.

La tenía difícil.

Mulan/NarutoWhere stories live. Discover now