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En la casa de los antepasados de la familia Namizake aparecieron seres del otro mundo, todos tenían un aspecto fantasmal.

-Qué cree que hace ese jovencito?!-

-Ir a la guerra siendo doncel, una deshonra!-

-Esos genes vienen de su familia!-

-Nosotros? Fueron ustedes! Todos saben que los Uzumakis son tercos hasta en la sangre-

Todos empezaron a discutir por la actitud inapropiada del doncel, hasta que el patriarca hizo acto de presencia y todo callaron.

-No hay necesidad de pelear. Lo importante es detener ese jovencito cuánto antes. Kyubi-

Llamó el antepasado a un zorro pequeño naranja, de nueve colas, con sus ojos rojos rasgados y un aspecto temible pero adorable.

-Si?-

El gran antepasado dejó pasar el tono de sueño que contenía aquel zorro, había cosas más importantes de que preocuparse.

-Ve con el jovencito y tráelo de vuelta-

-Y por qué yo? No puede ir cualquiera de mis hermanos?-

-Yo quiero ir! Quiero salir de aquí a tomar aire!- dijo un pequeño mapache color arena

-Ya he tomado la decisión. El Kyubi irá sin pretextos- la mayoría de los seres mágicos bufaban -O puedo mandar al juubi-

-QUÉ?!! NO!!!-

-La última vez casi destruye China!- dijo preocupado uno.

Eso era cierto. El juubi contenía un poder inimaginable y nunca se había vuelto a despertar desde hace más de 5000 años. Los fantasmas humanos no sabían acerca del poder del juubi pero por aquellos seres llamados bijuus tenían una idea acerca de ello.

-Entonces está decidido. El Kyubi irá por ese niño-

-Porque a mi?- se lamentó para sí mismo el pequeño zorro. Salió de aquella casa y solo vió oscuridad -Me hubieran dicho antes. Hubiera subido al caballo y no tendría que caminar-

-Por qué no usas tus colas para volar?- preguntó con burla su hermano más pequeño

-Qué tipo de zorro vuela con sus colas?!!!- dijo con enfado antes de perderse en la oscuridad. Caminó bajo el cielo estrellado y la luna llena alumbraba su camino, pronto saldría el sol y sería un nuevo día -Qué tipo de ser mágico soy si no demuestro nada mágico?!!- se lamentó el zorro ya en el alba -Mejor uso algo de magia sino nunca llegaré antes de que llegue al campamento. Y todavía tengo que convencerlo... Naaa- el zorro si más opciones cambió a la forma de un dragón pequeño para volar y llegar cuanto antes. Tuvo mucho cuidado de no ser visto, lo último que quería era más problemas del que ya tenía. Los hombres ya estaban trabajando en el campo, las mujeres lavando ropa y los niños jugando o ayudando a sus padres. También veía a los pocos jóvenes varones salir de sus casas para el campamento y como se despedían de sus familias, con la posibilidad de nunca regresar.

Muchas veces había visto a Naruto entrenar durante horas, su deseo de lograr la paz llegó a traspasarlo y a pesar de ser doncel, siempre quiso luchar en la guerra para la felicidad de todos. Quién era él para negar su sueño? Sabía que era incorrecto pero Naruto no puede evitar quemarse o derramar el té, de todas maneras si muere, morirá como héroe en la guerra o como traidor si lo descubren antes. Llegó a unos bambú cerca del campamento para el ejerció y vió a Naruto entrenando con la espada mientras decía cosas de varones.

-No es genial estar en la guerra? Demostraremos nuestra fuerza y valentía y traeremos honor a nuestras familias. No, un hombre no diría eso. O sí? Argh! No sé- aclaró su garganta -Somos hombres! Somos fuertes! Somos... De qué demonios hablan los hombres?!-

-Yo sé- dijo de la nada

-Quién anda allí?!!- dijo alterado Naruto usando la espada en defensa

-Solo soy yo niño, cálmate- a los ojos del rubio vió un dragón pequeño y flaco de color naranja con sus ojos rojos

-Definitivamente me estoy volviendo loco- dijo el rubio golpeándose la frente con uno de los bambú. Miró de nuevo al dragón -No funcionó, otro más-

-Dejate de pegar niño, no estás loco- dijo Kyubi ahora colgado en el bambú

-Entonces dime qué están viendo mis ojos?-

-Soy tu guardian. Te ayudaré a salir victorioso de la guerra-

-No se supone que deberías ser más grande?- preguntó el rubio al ver el tamaño del dragón

-Es más fácil así. Puedes llevarme a donde quieras. Si fuera de mi tamaño real te asustaría a ti y a tu lindo caballito- el caballo bufó al ver cómo lo había llamado -No es nada personal-

-Me ayudarás en la guerra?-

-En cierta forma sí. Tu deseo de luchar es noble así que vengo a hacerte compañía-

-Vas a acompañarme o a ayudarme?-

-Ambas cosas. Te ayudaré en lo que sea en mis manos pero la mayoría lo harás tú-

-Bien...- el doncel estaba algo impactado y seguía creyendo que estaba dormido, después de la quinta vez que se pellizcó supo que era real -Cuál es tu nombre?-

-Me llaman el Kyubi?-

-Kyubi?!! Eres real?!!!-

-Claro que soy real! Qué no me estás viendo?!-

-El Kyubi es un zorro de nueve colas y tú eres un dragón-

-Solo soy yo en otra forma- Kyubi cambió a su forma original

-Genial! Un mini Kyubi!- dijo el doncel tomando al zorro como un muñeco

-No soy ningún peluche! Suéltame!-

-Eres bien tierno!-

-Si sigues así, reconsideraré ser tu guardián- el doncel bajó con cuidado al zorro que estaba sacudiéndose

-Así te debería llamar? Kyubi?-

-Pues claro, con qué otro nombre lo harías?-

-Con cualquier otro, no puedo llamarte Kyubi a la luz del día, me considerarían un loco-

-Bien. Llámame... Kurama-

-Kurama- el rubio lo pensó un poco -Suena bien. Hola Kurama, soy...-

-Naruto. Eso ya lo sé- dijo con aburrimiento después de interrumpirlo -Deberíamos irnos ya-

-Ah, sí, claro- el doncel tomó valor una vez más y junto con su ahora guardian y su fiel caballo fueron lo último que quedaba al campamento.

Mulan/NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora