22

902 117 4
                                    

-Así que el emperador prefirió darnos su hija que a si mismo? Que egoísta y cobarde resultó- se burlaba el nuevo jefe de Akastuki, un enmascarado con la capa negra con nubes rojas.

Ambos enemigos estaban en área despejada, con armas y arcos listos para cualquier ataque. Poco a poco, Menma, ahora disfrazado de la hija del emperador, caminaba lentamente mientras intentaba calmarse y conservar su máscara. Los presos también caminaban hacia él. Un intercambio limpio y sencillo. Menma contempló a las personas a quienes salvaba, mujeres, niños, donceles y los capitanes oficiales, encadenados. Pronto cruzaron sin detenerse, unos hacia la libertad y el otro para la exclavitud. Los presos, ahora libres, fueron protegidos por el ejército de China, mientras que Menma llegó con Akastuki, especialmente con el jefe.

-Eres muy hermosa- dijo el enmascarado mientras levantaba la vista por el mentón -Ojos azules, cabello rubio- pasó la mano por la nuca y los labios se unieron por unos segundos -Labios cereza- pasó sus manos tocando su cuerpo por encima de la ropa, explorando cada parte mientras Menma se estremecía un poco por la acaricia -Cuerpo encantador. Serás una excelente esposa- sacó una cajita de su kimono -Qué es esto?-

-Es mi maquillaje. Una mujer siempre debe ser hermosa- dijo Menma con una sonrisa. El jefe pasó la caja a uno de los suyos

-Revisalo- el que tenía la cajita la abrió y estuvo analizandolo un poco y la devolvió

-No hay nada-

-Bien- dijo el enmascarado devolviéndole la cajita a Menma -Es una linda chica! Ni crean que se los devolveré!- le gritó al ejército de China -Diganle que su hermosa hija será mi esposa esta noche!- dijo volviendo a besar a Menma que no se negó para nada.

Sasuke estaba furioso pero se aguantó. Ver cómo lo tocaban y le besaba lo tenía con las venas alteradas, logró comportarse, no era ni el momento ni el lugar. Debían seguir con el plan. Vió como Menma fue cargado como costal de papas sobre el hombro de uno de los hombres. Solo esperaba que todo saliera bien.



-Por qué no hablas?- preguntó el guerrero

-Es obvio que tiene miedo- contesto otro

-Es toda una mujer!-

-Cuida tus palabras o el jefe se enojará- Menma estaba actuando nervioso y con miedo mientras tres hombres le ponían grillos. Uno de ellos levantó su mentón

-Qué sientes al ver que tu patético padre te regaló?- se burló

-Deja a la niña- volvió a regañarlo su compañero. Uno de ellos le dió un kimono diferente

-Cambiate, debes de estar presentable para esta noche- el kimono era igual que la capa Akastuki, negra con nubes rojas

-Pueden dejarme a solas?- preguntó amablemente al ver que no se iban. La mayoría lo miraron con una sonrisa malvada

-No. Cámbiate ahora- Menma estaba algo nervioso, no podía dejar que supieran su secreto ahora -Es broma, el jefe nos mataría si te viéramos desnuda antes que él-

-Si se te ocurra escapar. La tienda está rodeada- dijieron aquellos hombres dejándolo solo. Menma soltó un pequeño suspiro

-Qué harás niño?-

-Es directo. Cámbiate- dijo Menma en voz alta mientras le hacía señales a Kurama que guardara silencio. Menma se cambió rápido, batallando un poco con los grillos en sus muñecas, el kimono era demasiado corto para su gusto pero logró adaptarlo un poco. Se quitó el veneno que escondía en el cabello y se lo dió a Kurama, dándole órdenes de ponerlo en el pozo de agua dónde todos tomaban, que se encontraba a unos metros al norte del centro del campamento.

-Solo lo haré porque no puedes tú-

-Gracias- dijo cuando los hombres entraron a la tienda

-Gracias? Por qué?-

-Por dejarme un tiempo de privacidad- dijo Menma algo tímida

-No lo agradezcas niña, el jefe se pondrá contento de verte- dijo uno de los hombres con una sonrisa malvada

-Puedes hablarme de él?-

-Qué quieres decir?-

-Ya que mi padre no me quiere y ahora tengo que casarme con un desconocido, me gustaría saber algo de él antes de la boda-

-No te preocupes por eso. La boda será ahora-

-Ahora?!-

-Desde que recibimos el mensaje del emperador estábamos preparando la boda, solo faltabas tú. Andando- unieron cadenas a los grillos y lo llevaron jalando. Menma tuvo que apresurar el paso para que no lo arrastraran. También miró de reojo a todo su alrededor, todos los soldados eran varones, no había rastro de mujer o doncel. Todos lo miraban con esa misma sonrisa llena de lujuria, por ver a una mujer tan hermosa. El doncel encubierto estaba aterrado pero logró esconder sus verdaderos motivos. Se mostraba como una mujer sumisa y tímida. Llegó al lado de su futuro esposo y se tomaron de las manos. En vez del típico discurso se fueron directo a la pregunta.

-Desea a esta mujer para amarla sobre todas las cosas?- el rubio estaba extrañado por la pregunta tan corta que hicieron

-Sí- contestó inmediatamente el enmascarado

-Desea a este hombre para amarlo sobre todas las cosas?-

-...- duró unos segundos en procesar donde estaba y que estaba haciendo allí -Sí-

-Yo los declaro casados- volvió a ser besado por el enmascarado. Los invitados gritaban de alegría hacia su jefe, de estar casado de la mujer más bella de toda China. Otra vez fue besado mientras le tocaban descaradamente el trasero.

-A celebrar!- gritó el jefe. Por suerte para el doncel, no fueron directo a la cama. Todos los hombres estaban celebrando a su manera, unos bailando, otros conversando, y otros comiendo. Menma solo esperaba que todo saliera bien.

Varios empezaron a empujar al rubio y a jalarlo con las cadenas. Naruto varías veces se cayó al suelo, lastimandose un poco. Menma tuvo que servir la comida a su marido y sus conocidos inmediatos.

-Dame otra bebida mujer!- ordenó el de máscara, lanzandole la botella que Menma tuvo que esquivar. El rubio fue de nuevo al lugar donde servían la comida y tomar otra botella. Las miradas enfremas que tenían sobre él solo le hacían sentirse peor -Dónde andabas?!- le reclamó quién ahora era su marido, era la sexta vez que tenía un ataque de celos -Andabas con otros hombres no es cierto?! Querías desnudarlos con la mirada!!!-

-Solo fui por la botella. No puedo ver a nadie más que no sea mi marido-

-Así me gustas! Que hagas todo lo que yo te diga!- hizo un movimiento con una mano sobre sus piernas, en señal que se sentara. Menma se sentó en su regazo, mientras escuchaba como los hombres platicaban de nuevo de chicas hermosas, incluyendolo. Se incomodó cuando hablaron más idiotas como nunca.

El sol se había ido y las estrellas dominaban el cielo. La mayoría estaban muy ebrios y la fiesta de volvió peor. Pero Menma fue cargado sobre el hombro de su marido.

-Disfrutala jefe! La noche es joven!- lo animaron sus hombres. Menma estaba en pánico, que iba a hacer? Iban a descubrirlo y matarlo sin piedad. Pensó en mil cosas y ninguna era conveniente.

Mulan/NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora