capítulo 4

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¿En qué idioma cae la lluvia sobre ciudades dolorosas?
                                            Pablo Neruda

La guerra comenzó cuando  la esposa  de Caden, el príncipe de la Corte de Verano fue secuestrada un día  antes de que recibieran la  bendición para tener un heredero. Desde ese momento las Cortes se dividieron en una absurda enemistad que estaba fundamentada en especulaciones  sobre que los Castell ( los de nuestra Corte de invierno) Era la responsable de la desaparición de ella.

Todos los Carthell (Corte de verano) Exigían justicia con el responsable de la desaparición. El asunto fue llevado a la Corte Suprema y el consejo decidió que los de invierno deben responder por la acusación y mi padre (el rey) Acepto.
Días después fueron reportadas más personas desaparecidas todas de la Corte de Verano. El consejo investigo las desapariciones pero no encontraron rastros ni cuerpos, pero el Carrison seguía reclamando su sangre, y eso enloqueció a todos porque no estaban muertas pero nadie sabía si estaban vivos.

La Corte de Verano exigía venganza y el rey se las dio.

La fecha ya estaba fijada para el espectáculo en el anfiteatro. Caden  iba a vengar a su esposa con un enfrentamiento con un miembro de la familia real y  digno oponente de la Corte de Invierno. Pero nunca acordaron que el miembro tenía que ser de sangre.

El plan era hacer luchar a Hard, miembro exiliado de la Corte de Verano contra los suyos. Después de discutir con el consejo se llegó a un acuerdo con las hadas para que digieran que nuestra Corte estaba dispuesto a dar a un miembro para que luchara por el delito que se nos acusaba y todos saben que las hadas no mienten.

***

El salón se sumergió en un silencio sepulcral cuando vimos que la sangre se desvanecía en el piso cuando  la superficie rechazaba lo desconocido. Mi padre no parecía sorprendido pero si se podía ver que no estaba contento de que Hard supiera que ya no tenía nada que lo ligara a esta tierra.  Ya no existía un plan de escape porque él no podría ser obligado a luchar por nosotros.

El aire se volvió tenso y hasta las paredes parecían estremecerse cuando el Rey se levantó y un  rayo golpeo a Hard, haciendo que cayera, cuando intento ponerse de pie unas enredaderas salieron del suelo sujetándolo y obligándolo a estar de rodillas. El rey extendió la mano y la espada le apareció, la levanto y con rabia la bajo cortando la mejilla y el pecho de su víctima. Era un corte superficial nada grave.

La sangre en la hoja se desvaneció como si fuera agua dejando la hoja limpia eso solo empeoro las cosas. El cuerpo de Hard empezó a retorcerse de manera inhumanas soltando gritos de dolor, su piel empezó a tornarse de un azul  transparente cuando el fuego empezó a congelarlo desde a dentro.
Hard, empezó a jadear cuando el fuego consumía el aire de sus pulmones.

Estaba matándolo.

                                ***
Cuando nace un príncipe siempre se le da una profecía. La mía no era una profecía, lo  que me dieron cuando nací fue una maldición. Una maldición que me seguía todos los días, nunca busque gloria porque sabía que esa gloria me terminaría matando por eso la verdad no hallaba una diferencia entre hacer o no hacer algo, porque tenía claro que el final siempre iba hacer el mismo. Muerte. La muerte no me asustaba pero si me daba miedo la idea de perder la vida, aunque es algo inevitable para mí el que tenga que morir siempre me ha gustado la idea de no perder mi vida y eso significaba no matar a nadie, nunca he quitado una vida porque sé que no es justo  que alguien que no seas tú te pueda arrebatar ese privilegio de decidir cuándo darle la bienvenida a la muerte.

Matar es un acto inhumano.

Cuando eres un heredero las cosas son diferentes no tienes alternativas no existen opciones, debes defender tu reino, tu hogar. Mis hermanos luchaban por el trono, pero a mí nunca me importo la guerra porque moriría antes de gobernar.

                               ***

La espada volvió a levantarse. Mire con desesperación en busca de ayuda pero no había nada que pudiera ayudarlo, fue en ese momento cuando recordé el encendedor que me había dado en el pueblo. En realidad no era una arma, y eso estaba bien, porque yo no luchaba, pero siempre que traen a un esclavo ante el rey los cubren con volutas de hadas que en realidad no se siente una diferencia física pero hace que de alguna manera los poderes se sequen, es como si te deshidratara la magia. Eso le debe pasar a, Hard. Sin pensarlo dos veces abro el encendedor y dejo que el fuego fluya.

Hard On viuen les histories. Descobreix ara