capítulo 12

70 10 0
                                    

Todos estamos en el pozo, pero algunos miramos las estrellas.

Oscar Wilde

El sonido de nuestros pies resonando por el largo pasillo era lo único que rompía el silencio que se había formado después de abandonar la celda. No me sorprendió que haya intentado asustarme, creo que todos reaccionaríamos. Aunque si quería asustarme no lo logró. La muerte no es algo para temer. Es la liberación de nuestra alma y la alma merece ser libre. Hard es como un niño herido, esta demasiado roto como para exigirle piezas intactas pero me alegra que me ayude. Se siente bien contar con alguien que pueda salvar el día, se siente bien tener a alguien que pueda hacer lo que yo no puedo.

Se que él piensa que no puede salvarnos pero yo estoy seguro que es la Virtud que calma las guerras. Tal vez para los demás se ha un homicida pero me gusta pensar que es algo más que eso. Y espero nunca equivocarme.

El sonido de Hard aclarándose la garganta me saco de mis pensamientos.

- Solace - su voz sonaba ronca.

- Hard - no pude evitar la sonrisa que se formo en mi rostro.

- Según tú ¿cómo voy a encontrar a tu apreciable reina?

Decir que su pregunta me sorprendió sería mentir.

- ¿por qué la curiosidad joven Carther?

- Porque soy el idiota que tiene que encontrarla. ¿Te parece poco?

- ¡esa es la actitud! - puso los ojos en blanco - sabía que eras un apasionado en tu labor como resgatista - mi voz era demasiado alegre comparada a la suya pero no me importaba en lo mas mínimo.

- Rescatista.

- ¿Qué?

- Es rescatista - mis ojos estaban fijos en él - Tú dijiste resgatista.

- Ahhhh. ¿Enserio?

- Sí.

- Oh. Bueno.

Su mirada estaba impaciente y algo herida. Su cuerpo se notaba tenso y agotado. No había pasado mucho tiempo en la celda pero se miraba como si haya estado encerrado una semana. Mis ojos se enfocaron en su cuerpo tratando de buscar una explicación lógica a la situación pero no encontraba nada que explicara porque se miraba tan demacrado.

- ¿qué?- inquirió molesto al sentir mi mirada.

Su rostro formo una mueca de enojo al preguntar. Sus cejas se juntaron hasta formar arrugas en su frente. Con el ceño fruncido parecía un niño furioso. Esa idea me hiso sonreír.

- Eres divertido - solté.

Hard, no respondió solo se dedico a alzar las cejas pero ahora en manera de sorpresa. Su rostro se suavizó dando la apariencia de ser más joven.

Joven.

Eso era lo que sucedía aquí. Hard, estaba acostumbrado al tiempo fuera del Carrison. Por eso se miraba demacrado con unas horas de encierro. El tiempo lo sentía diferente. Mis ojos se abrieron como platos cuando me di cuenta.

El tiempo se movía de manera en el mundo de los giles. No es que fuera un mundo diferente pero los habitantes del Carrison no pertenecían a otro lugar que no fuera el hogar que las Virtudes le habían dado. Así que nos movíamos en sincronía con esta tierra la cual estaba oculta por un muro que regresaba a todo aquello que quería entrar al Carrison pero no pertenecía a el. Algunos humanos lo llamaban Wonderwall por que esa era la sensación que producía al dar de bruces con nosotros. Éramos superiores a todos, incluso al tiempo.

Hard Where stories live. Discover now