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La energía maligna fluía con gran fuerza desde el pie de la montaña. Un viento los recibió cuando estuvieron en la entrada de la cueva. Con firmeza se adentraron en su oscuridad y frialdad. Las paredes se sentían húmedas y mohosas, uno que otro animal se arrastraba por el piso pero era pateado por Hua y por Luo cuando se acercaban a ellos. Wei quería decir que no era necesario tratarlos así pero para evitar problemas se calló.

Se estaban adentrando a la cuerva, tanto que era imposible ver con claridad, en algunos momentos Wei Ying se golpeó la cabeza por las paredes disparejas. Si miraba hacia atrás podía ver una mancha blanca, que era la entrada.

Como Hua Cheng no hacía nada por alumbrar el camino, y después de que Luo Binghe se divirtiera con los golpes del nigromante, en la palma de su mano prendió una llama de fuego, roja y brillante. El humano suspiró de alivio y caminó con más tranquilidad y confianza. 

El peligro de la cueva lo sintieron desde metros de distancia. En cuanto más caminaban, mas aumentaba la sensación de peligro, prestaban atención incluso al mínimo cambio de eco, o a la mas mínima vibración.

El sonido del chapoteo hizo que bajaran la velocidad, y se detuvieran enfrente de un pequeño lago. Este escenario hizo que Wei Ying recordara la cueva del Xuanwu. Sintió punzadas en su pecho, dio respiraciones profundas para calmarse, cerro los ojos y vació su mente. 

El monstruo al sentir una gran energía desde la superficie, emergió rápido. A diferencia del Xuanwu era una enorme serpiente de dos cabezas, una de ellas escupió ácido hacia el trio, pero esquivaron a tiempo. 

Hua Cheng sacó su cimitarra, Luo BInghe su espada y Wei Wuxian sacó su dizi. Luo y Hua se lanzaron al ataque pero el animal poseía una piel demasiado dura y gruesa como para ser perforada con facilidad. 

Wei Ying sabía que ese animal sería pan comido para aquellos reyes, pero por una razón fue llevado ahí también, así que tomó su instrumento y procedió a tocarlo con gracia y elegancia, desprendiendo un aura fría y dura. Una niebla oscura lo rodeo y el ambiente se volvió mas lúgubre de lo que ya estaba originalmente. 

Los movimientos de la serpiente se volvieron torpes y sacudía sus cabezas para aclararse. Una de las formas para acabar con este ser es destruyéndolo desde dentro, pero ni Hua ni Binghe tenían intención de entrar. Con su propio poder aumentaron la fuerza de sus armas, logrando enterrarse y rasgar con fuerza. 

Para darle un toque final el gran Patriarca Yiling llamó a los espíritus de la montaña y como grandes humos negros atravesaron una y otra vez a la gran serpiente. Cuando estaba en sus últimos momentos la cabeza que tenía ácido, escupió a todas direcciones en un acto desesperado para mantenerse con vida. 


-¿Que haremos ahora?- Preguntó Luo mientras desmembraba a la bestia para poder llevarla con más facilidad. 

-Iremos al reino celestial- Hua Cheng limpiaba su cimitarra recargado en una roca. 

Wei Ying se sentó en el piso y se puso a jugar con pequeñas piedras mientras escuchaba el breve intercambio de palabras. Cuando Binghe terminó, Wei le  ayudó a meterlo dentro de unas bolsas de tela especiales que aunque  estaban metiendo una gran cantidad de carne, esta apenas y pesaba. 


El reino celestial está lleno de luz, se siente la energía espiritual a montones. De derecha a izquierda hasta la lejanía puede ver palacios de diferentes tamaños y estilos. Las hojas de los árboles danzan en el aire y aterrizan de manera majestuosa y elegante. 

Claro que todo sería perfecto si no fuera por las miradas hostiles, de miedo y desagrado que les estaban dirigiendo los que Wei asumió eran dioses. Miró a los hombres a sus lados pero parecía que no se daban cuenta de su alrededor, y si lo hacían los ignoraban. No pudo más que tragar grueso y seguir caminando con la misma aura y elegancia que los demonios.

Una gran cantidad de dioses estaban reunidos en el centro del palacio más grande, suponía entonces el humano que se trataba del palacio del emperador celestial. 

Cuando los dioses notaron su presencia se callaron abruptamente. Los más cobardes caminaron hacia atrás o se despidieron muy apresurados y salieron de la misma manera.

-Ah, San Lang, Luo Binghe, me alegro verlos, pueden pedirme lo que quieran en agradecimiento, usted también Wei Wuxian- Xie Lian sonrió

Wei negó y el dios asintió, después le dijo -¿Podrías esperarnos unos minutos? puedes comer lo que quieras e ir a donde gustes, nadie te molestará- 

Lo último lo dijo más como una advertencia para todos, aunque en el palacio solo hubiera un grupo de dioses, había más escondidos y otros espiando detrás de la puerta, después de todo, no es común ver al rey fantasma, al rey demonio y a un cultivador demoniaco juntos en el reino celestial. 

Cuando se fueron, Wuxian fue de inmediato a una mesa llena de bocadillos, que por supuesto probó la mayoría.

-Disculpe- Una suave voz lo saludó. Cuando tragó el pastelillo que estaba comiendo se giró y vio a un hombre con túnicas azules verdosas con un hermoso abanico. Por un  momento recordó a su amigo Huaisang, se preguntó que estaría haciendo y como estará, tiene claro que es una mente brillante pero no sabe combatir, desde el fondo de su corazón espera que su hermano Mingjue lo cuide. 

-Soy Shi Qing Xuan, ¿Puedo saber su nombre?- 

-Ah, claro, soy Wei Wuxian- Ambos hicieron una reverencia. 

-Wei Wuxian ¿Por que ese nombre me suena?- Una voz sarcástica y grosera se escuchó a su derecha, haciéndolos mirar.

-No le hagas caso, yo soy Feng Xin, el es Mu Qing- Sus palabras sonaron bruscas pero con un poco más de tacto.

Estos nuevos hombres eran también hermosos, poseían una apariencia salvaje uno mas que otro, eso y su forma de hablar tosca le hizo recordar vagamente a cierta persona amargada.

 Los gatos huraños comenzaron a pelear por quien sabe que.

-No te preocupes por ellos, siempre son así- rio nervioso el de abanico

-No te preocupes, lo comprendo- Wei puso su mano sobre el hombro del dios tratando de reconfortarlo. Para evitar arruinar su humor mejor se fueron a un lugar más apartado. 

Desde que salió de Gusu su vida ha tomado un rumbo interesante, ya no está con personas falsas que lo juzgan apenas entra a algún lugar, que lo critican a sus espaldas pero en cuanto lo ven se callan, ha conocido gente interesante, que independientemente de su capacidad espiritual, de su sangre o el reino en el que habite son corteses, respetan e incluso son amigables, no todos los dioses son bondadosos, como lo descubrió con Feng Xin y Mu Qing, no todos son arrogantes, son amigables y no debes temer ante ellos, como con Xie Lian y su ahora amigo Shi Qing Xuan, que claro que si tiene la oportunidad se lo presentará a Nie Huaisang, está seguro de que serían amigos apenas vieran sus abanicos, también ha visto que los fantasmas realmente no son tan malos como lo dicen lo demás, más bien son exóticos y malentendidos. No puede opinar mucho del rey de los demonios y el rey fantasma por que no han convivido mucho, pero tampoco son como dicen los demás.

Se siente feliz y alegre con el dios del viento, espera tener la oportunidad de tontear con el después. 

Las dos risas escandalosas llamaban la atención de los presentes, incluso de ciertos hombres con energía oscura que miraban de reojo a la dirección del humano y el dios, nunca habían escuchado al nigromante reír de aquella manera, el sonido era como un respiro a sus almas, pronto se formó el pensamiento y la necesidad de volver a escuchar aquella melodiosa risa.


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Espero les haya gustado el capítulo.

Esta es la segunda cuenta que tengo en esta aplicación y ya llevo años escribiendo historias, pero esta es la primera en la que tengo tantos capítulos y lecturas, realmente me alegra que les esté gustando, la verdad es que nunca esperé que esta pequeña idea le gustara a tantas personas. También me hace muy feliz leer sus comentarios, además de que me sacan risas algunas veces.

Se despide Huaisang el Sócrates


Dos reyes y su mortal (Luo x Hua x Wei)Where stories live. Discover now