Dos reyes y su mortal (Luo x Hua x Wei)

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¿Por que esa sonrisa le parecía tan linda?

No pudo evitar pensar Hua Cheng mientras lo miraba. Le llamaba la atención la forma en la que sus ojos se se curvaban hacia arriba, como brillaba mientras se divertía, el sonido que hacía también era melodioso. 

El no fue el único que se le quedó mirando y eso fue notado por cierto dios de blanco, quién apenas sonrió y entendió. 

-¿Les gustaría comer algo antes de irse?- Preguntó llamando la atención de los demonios. 

-No es necesario, muchas gracias, nos retiramos primero- Hizo una reverencia y comenzó a caminar.

-Y dime, ¿Cómo es vivir con un rey demonio y un rey fantasma?- Shi Qing Xuan preguntó susurrando. Estaba un poco inclinado hacia Wei, la verdad estaba muy interesado en saber la respuesta. 

-Pues...- No quería responder, la verdad es que era bien tratado, pero se sentía un poco incómodo, esa no es su casa y no cree que a esos hombres poderosos les guste tenerlo cerca, ya le pasó en el mundo humano. Cuando termine de hacer misiones y consiga dinero o  cosas que los beneficien, pagará su hospitalidad. Planea irse muy lejos, donde no lo encuentren. Irá a donde le digan sus instintos, correrá junto con el aire, como siempre ha deseado, pues no hay nada que lo mantenga en algún lugar, tal vez podría quedarse con su shijie, con su a-yuan, cuidando a los juniors, pero tienen a poderosas sectas respaldándolos y son buenos con el manejo de la espada y de la energía, sabe que estarán bien. 

Se siente un poco mal por dejar a Xiao Xingchen con una carga pesada como lo es liderar una secta, pero estará mejor ahí, podrá cuidar bien de la pequeña a-Qin y del revoltoso vándalo de Xue Yang, el tiene un esposo como Son Lang que lo respalda en todo, así que no es necesario que se preocupe por el. Antes de irse para siempre, pasará por la secta a dar regalos de agradecimiento a Xingchen.

Buscó con la mirada una escapatoria de esa plática, dio en el blanco cuando en su campo de visión visualizó a un hombre delgado, alto, con su hermoso cabello negro, túnicas rojas y collar de mariposas plateadas. 

-Oh, mira, aquí está Hua Chengzu, ¿Sucede algo?- Rio nervioso y caminó hacia el. 

-Ya nos vamos- respondió seco como siempre ¿Habrá acaso alguna vez en la que sea diferente? 

se gira al dios del viento y dice: Lo siento, tengo que irme, luego continuamos, me encantó mucho conocerlo. 

Dios y humano hacen una reverencia y se despiden. Cuando el trio está a punto de salir por las puertas del palacio, cientos de dioses los miran y susurran entre ellos. Esta vez, Wei Ying está relajado y con más seguridad camina al lado del demonio y fantasma.  Hua cheng esta vez lanzó sus dados y abrió la puerta, mostrando un lugar diferente, bullicioso y exótico. 

Cuando llegaron a mansión paraíso se separaron. Wei fue a su cuarto a dormir unos minutos, estaba cansado y el uso de la energía resentida lo hacía sentir peor, Hua Cheng fue con YinYu a arreglar cosas. Luo Binghe salió de la mansión, se sentía un poco inquieto, su espada Xin Mo estaba comenzando a hacer otra vez de las suyas.

Estaba desnudo sobre una cama suave, acompañado de unas mujeres. La energía de la espada se había calmado y ahora su mente estaba tranquila. 

Mientras descansaba recordó los acontecimientos de hace unas horas, el humano actuó bastante bien, con una seriedad acorde a la situación. Desde hace días se dispuso a investigar sobre el. 

Luo Binghe como mitad demonio y mitad humano, viviendo su niñez en el reino mortal, sabe lo crueles y lo rápidos que son los rumores, que pueden arruinar vidas incluso, la  verdad está tan modificada que es un poco difícil encontrarla. Con ira y nostalgia recuerda su miserable vida mortal, se vengó y está más calmado, pero siente que no es suficiente, algo le falta, no está lleno, eso lo comprobó cuando fue a otra dimensión y vio a un shizun amable y lindo, que trataba tan bien a su otro yo, quería quedarse y ser amado, tiene su harem pero es diferente.