Ela (Camilo Madrigal y tú)

12. Estas loco?

Quizás debió actuar como su prima. Isabela nunca habría ignorado el saludo de Ela hace unos minutos, pero estaba tan perdido en sus pensamientos que simplemente paso de largo. Aun así, eso no le preocupaba, estábamos hablando de Ela Martínez que apenas llevaba dos días en el Encanto. 

Sentándose en la cama, se imaginaba que Dolores estaría pendiente de lo que estaba haciendo, por lo que, tamborileando la madera del cofre susurró lo que estaba a punto de hacer. Tal parece que había llegado la hora, por fin sabrían lo que escondía la joven y con algo de suerte todo estaría bien.

Era sorprendente pensar que apenas habían pasado dos días desde que ella había llegado, faltaban 28 y ya se olvidarían de este inconveniente. Pero, y si encontraba algo malo? Se tendría que ir antes? El joven sentía mucha curiosidad y miedo de la verdad, de que esta no fuera como lo veía.

Realmente se había llevado bien con ella, con Ela.

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—¿Por qué Ela? —le preguntó

—¿Por qué..?

—Tu nombre... —dijo volteando a verla, la música había dejado de sonar, cosa que significaba que ya había terminado todo. Y hasta ese momento, nadie había ido a verlos.— No es un nombre común.

Ela seguía mirando al techo, tenía miedo de mirarlo, y es que luego de contarle la gran historia del pueblo, ahora era turno de que ella hablara un poco sobre su vida, al menos cosas que eran fáciles de explicar. 

—Bueno, significa "Ella" en otra lengua, eso responde tu pregunta? —dijo rápidamente

—Oh... —se sorprendió el moreno y frunciendo el seño volvió a hablar— Entiendo...

Realmente no había entendido nada.

—Y el tuyo?

El moreno suspiró, volviendo su vista al techo— Supongo que a mamá le gustaba ese nombre

—Y Madrigal?

—El apellido de mi abuelo —respondió— Pero a ver, ¿Qué tu madre no tenia un nombre más bonito para ti?

Ela levanto las cejas— Puede ser, quizás me hubiera gustado otro nombre, como María, Lucía o ______ —dijo a forma de broma

Sin embargo, algo parecía haber dicho mal, ya que la chica comenzó a jugar con su cabello nerviosamente.

—Pe-Pero volviendo a tu apellido, supongo que viene de "Madriguera", no? —Camilo asintió con la cabeza— Entonces... ¿Por qué su casa se llama "Casita"? Le hubiera quedado mejor  "La Madriguera", no crees?.

El joven no pudo evitar sonreír ante tal pregunta, parecía que ella no se había dado cuenta de que lo que había dicho era gracioso.

—La Madriguera? —repitió de forma burlona

—Bueno, solo decía —dijo— quizás le haría mas honor a su apellido.

—¿Qué? ¿No es común encontrarse un "Madrigal" en Colombia?

Ela negó con la cabeza —Al igual que mi nombre. 

—Bueno, eso solo quiere decir que los Madrigal somos únicos, como tú

Ela solo sonrió, pero parecía que lo hacia con vergüenza —Si, mi nombre es único...— dijo tratando de restarle importancia— Mi nombre...

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"Ela" no era su nombre, y de eso estaba completamente seguro.

Saco de su bolsillo la llave y se dispuso a colocarla en el cofre, de fondo se podían escuchar unos pasos apresurados que cada vez sonaban más. Ela hacia su aparición en la puerta mientras Camilo, asustado, comenzaba a transformarse en varias personas.