21. Roca visionaria

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La casa estaba igual que hace un año.

No era de extrañarse que encontrara el mismo camino, más específicamente aquel agujero en el que podía asomarse y ver el comedor familiar. Los Madrigal se volvían a reunir para cenar y era el momento donde podía enterarse de lo que sucedía con ellos y su nueva invitada. 

La vida en las sombras no era tan mala, era como una burbuja donde nadie te podía ver, pero tu si a ellos. Durante 10 años, Bruno pudo sentir el aroma de cada comida de Julieta, las flores de su sobrina, cada cambio de humor de su hermana Pepa, cada risa que Camilo lograba sacarle a su familia, incluso el don de Luisa se hacía presente, nunca olvidará aquella vez que llevo la iglesia para el bautizo de su sobrino (su habitación se derrumbó). 

Pero esta vez era diferente, con las visitas de Mirabel estaba enterado de todo lo que sucedía con su familia y la nueva. Apenas se había enterado de lo bien que le iba a la nueva en el Encanto cuando escuchó que sus sobrinos querían apoyar a Alicia en...lo que sea que se le haya ocurrido ahora.

Bruno nunca tuvo problemas con la pequeña Rojas, aquella niña estaba tan acostumbrada al rechazo como él. Quizás la solución también estaba en ella, o tal vez solo buscaba que una persona la aceptará, como sea, entenderla era lo menos que podía hacer.

—No me gustaría estar ahí —escuchaba rogar a la nueva— es una decisión familiar y mi presencia puede que les incomode..

—Crees que no te dejaran tocar un par de cancioncitas?

—En realidad... —comenzó Dolores— El problema no es ese..

La pelirroja comenzó a reclamarle—No estamos haciendo algo malo, cuando van a entender que el Encanto necesita avanzar?

No escuchó respuesta. 

—Puedes quedarte en mi habitación —escucho a su sobrina de anteojos— creo que mamá ya tiene la comida lista

Escuchó unos pasos hacia el segundo piso, seguidos de algunos comentarios nerviosos de Mirabel.

"Intenta dormir" "Relájate" "Verás que todo será mejor mañana" "Confió en ti"

¿En serio se sentia en la capacidad de decirle eso? En tan pocas palabras había puesto a su familia en un dilema que ni él podía resolver.

Una grieta en el camino detuvo su mente.  Paso su mano por aquella hendidura, esto no era bueno. En su regreso no había encontrado ninguna cosa de lo que alguna vez fue su escondite, ni siquiera sus reparaciones.

Ella estaba frente a él, su sombra cubría a Bruno de su sobrina, acercándose más, observo mejor lo que sucedía.

—Esperemos que acepte —se despidió la nueva, con una voz tranquila— gracias por la comida!

¿Podían confiar en Ela?

La sombra comenzó a moverse con dirección al cuarto, Bruno la siguió sin dejar de mirarla. Hasta que recibió un golpe en el brazo y el cuadro se abrió.

Ahí estaba Ela, una persona con la que apenas había cruzado unas palabras, pero cuya presencia ahora se volvía inevitable en su vida.
Las miradas dicen mucho, para Bruno no decía nada. Rostro serio y perplejo, respiración agitada, ojos abiertos con una mezcla de curiosidad y miedo. Aunque la lógica de la desconfianza resonaba en su mente, él sabía que para avanzar, debía desafiar esa barrera autoimpuesta.
Bruno no lo pensó más, necesitaba dar el primer paso. 

Aún mirándola fijamente dejó su ruana al lado, para luego cerrar el cuadro sin esperar respuesta.

Volvió a sentir aquel golpe de soledad que sintió hace 11 años, cuando el miedo lo comenzó a destruir hasta el punto en el que nadie debía hablar de él. Todavía recordaba el dolor de dejar a su familia para evitar que le hicieran daño a su sobrina.

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⏰ Last updated: Jan 06 ⏰

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Ela (Camilo Madrigal y tú)Where stories live. Discover now