16. Esmeraldas

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Quizás no fue la mejor presentación, quizás debió buscar una mejor excusa para ir a la casa Madrigal, pero Alicia tenía muchas ansias de hablar con aquella chica. Aunque eso significara pelearse con su hermana y posiblemente con Luisa.
La joven caminaba al lado de Ela, tratando de mantener una buena conversación, aunque le era difícil, nunca había intentado caerle bien a alguien.

—Bruno es quien tiene las visiones, no?— le preguntó a ella

La pelirroja asintió— No te pasa que tienes un pariente completamente diferente al resto de tu familia?

Ela hizo un sonido que afirmaba lo que había dicho.

—Pues, ese sería el señor Bruno, él apareció luego de 10 años, y resultó que estaba escondido en su propia casa!

—Chicas, si no caminan más rápido se van a perder!—les grito nuevamente Ana

Las chicas que estaban adelante de ellas se habían percatado de que estaban cada vez más lejos, por lo que pidieron que estuvieran a la par con ellas. Luisa quería que todos se llevaran bien, eso si, Alicia debía estar lejos de su hermana si no quería otra pelea. 

—Hablando de familia —continuó la pelirroja en cuanto estuvieron a su lado— no extrañas a la tuya? Debe ser difícil estar lejos de casa...

La nueva negó con la cabeza mientras le daba otro bocado a su manzana— No es la primera vez que viajo sola

—En serio? —preguntó Ana— y tus padres están de acuerdos con eso?

—Ay pues claro que si!— interrumpió Alicia a su hermana— en la ciudad todo es distinto! Es aventura, diversión y libertad!

Había dicho las palabras correctas, aunque logró sorprender a la nueva, esta seguía manteniendo la calma, en voz baja preguntó:

— Conoces la ciudad?

—No, pero no veo la hora de hacerlo

—Alicia —le llamo la trigueña en voz alta y firme— creo que no es el momento para hablar de esas cosas, serías tan amable de parar?

Sabía que eso también pasaría, por qué Ela había elegido acompañarlas? Incluso una mañana al lado de Raquel parecía más divertido que esto. Como era la mejor amiga de Luisa, esta estuvo de acuerdo, comenzaron a conversar de otras cosas, como la boda de Dolores y los vestidos que usarían. 

Por otro lado, Ela veía que la trigueña, la novia de Camilo, parecía la más emocionada de todas, sus ojos brillaban mientras les decía que el anillo de la novia fue creado con mucho amor y dedicación, que Mariano quería que fuera perfecto solo para ella, y que tanto su hermana menor Nina como Antonio los llevarían. Además, menciono que su hermano quería prepararle una sorpresa, pero no se la había dicho a nadie por razones obvias.

—Entonces...ustedes deben ser las primas de Mariano— preguntó Ela, en cuanto ella termino.

—Bueno, en realidad todos somos primos —soltó Alicia, haciendo que Luisa y Ana la miraran—Que? No me digan que no es verdad...Por Dios! Hace 50 años no era más que un pequeño pueblo.

—De hecho somos buenos amigos —le respondió Ana aun mirando con enfado a la pelirroja— Mi padre es buen amigo de la madre de Mariano, él creció junto a mi hermana, Raquel.

—En total, somos cinco damas de honor— dijo la fuerte antes de que Alicia volviera a hablar— y Camilo será el padrino.

En ese momento Alicia volvió a interrumpir, solo para recordarles que ella también era dama de honor. No porque quisiera, solo quería ver la cara de molestia en su hermana otra vez. 

Ela (Camilo Madrigal y tú)Where stories live. Discover now