-Soy...Ela... -mintió- Ela Martínez
-Ela? -dijo el joven a su lado, ______ observo que llevaba una ruana amarilla con dibujos de camaleón- Nunca habíamos escuchado un nombre así
Mirabel, aun manteniendo la firmeza, señalo el camino que ella había...
Los Madrigal llegaron lo más rápido posible, tuvieron suerte pues una joven pelirroja empujaba a Ana hacia la mesa, Luisa se coloco detrás de ella para amortiguar su golpe.
La matriarca no podía creer lo que veía— Por dios! Que esta pasando aquí?
—Alicia me golpeo —le dijo Ana
—Lo tenias bien merecido!
—Rojas!
—Pero ella comenzó!
Ela y Dolores fueron las últimas en aparecer en la escena, por lo que no podía ver a quien le estaban gritando, claro que la morena sabia mejor que ella lo que estaba sucediendo.
—Es Alicia Mendoza —le susurró a la nueva— y parece que se encontró con su hermana
—No era mi intención interrumpir tan agradable sorpresa— escucho que decía la pelirroja— Camilo me pidió que viniera a verlo
—Camilo! —exclamo la mayor— Ven aquí!
Camilo apareció con las manos levantadas— Si...yo le pedí que viniera, y no sabia que Ana haría lo mismo
La abuela Alma bufó, como lo hacia cada vez que su nieto se metía en problemas.
—Conversa lo que...tengas que conversar con esa chica. Ana y la familia te esperaremos en la mesa. Tengo un anuncio importante que dar.
La mayoría de los Madrigal regresaron a la mesa, Ela pudo escuchar como Julieta preguntaba por su hermano, se le hizo un nudo en la garganta y apostaría que Mirabel estaba igual.
—Parece que no tuvieron suficiente con destruir una casa— les dijo Dolores a los jóvenes, cruzándose de brazos
Camilo y Alicia sonrieron incómodamente, la actitud de la pelirroja cambio al ver quien estaba al lado de la morena.
—Tu debes ser la famosa Ela, no?
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—Entonces ya saben de la nueva?— preguntó Camilo
—Era obvio, no? —le respondió— nadie se explicaba como tía Julieta apareció ayer con ella, creíamos que era otra pobre encerrada en casa.
—Tía Julieta? Eres otra Madrigal?
Dolores le explico a la joven— La conocemos desde niña...
—Como a todo el pueblo —dijo Alicia rodando los ojos— por cierto Camilo, nunca te había visto ese collar
Tanto Dolores como Ela observaron el cuello del joven, donde había un collar en forma de llave.
—Ah... —balbuceó rascándose la nuca, miró a la morena y a Ela— Es un...regalo de navidad
