Veo cortinas de plástico en tu futuro

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El mejor cumpleaños de mi vida fue cuando tenía diez años. Mi madre me regalo una pulsera que había sido suya y me llevó al Parque de Atracciones. El único sitio que me faltaba por montar era la montaña rusa, a la que no podía subir si no me acompañaba un adulto. Estaba tan emocionada que no me fijé en la cara de pavor de mi madre, iba agarrada con fuerza apretando los ojos mientras yo alzaba los brazos y gritaba como una loca. Al bajar, yo era todo adrenalina y ella vomitaba con la cara pálida. Le pregunté por qué había subido conmigo si tan poco le gustaba, «Haría cualquier cosa por hacerte feliz, Olivia», me dijo abrazándose a mí. En ese momento no entendí la importancia de esas palabras, pero a medida que crecía fueron adquiriendo significado.

El amor en un sentimiento muy amplio, difuso, confuso y cambiante. Puedes amar de mil formas distintas y pueden amarte a ti, aunque no sea en la misma frecuencia. Una radio que emite en diferentes canales que con suerte sintonizas. Si tiras una piedra en el agua, puedes ver como se van formando las ondas, expandiéndose hasta que desaparecen. Kyle las genera y cree que estoy dentro de su radio, mientras mi posición es justo en el punto en el que empiezan a difuminarse. He nadado a contracorriente para acercarme a su centro, para sintonizar y estar en la misma emisora, pero él habla de amor donde yo solo escucho amistad.

Lo que ocurrió entre nosotros hace un par de semanas ha reforzado en él la idea de que lo nuestro es para siempre, cuando lo único que es para siempre se llama muerte. Mi cobardía y mi temor a hacerle daño, alimentan su fantasía, reteniéndole cuando debería soltarlo y dejar que encuentre algo infinitamente mejor que yo, pero no me atrevo. Sigo esperando que el universo me regale una solución en la que no tenga que ser yo la mala, y a veces, ocurre.

No nos hemos visto en todo este tiempotiempo. Los finales, los partidos con visita de ojeadores y el que yo haya ampliado horas en el super, han hecho que las conversaciones del grupo se limiten a escasas frases en los pasillos del instituto. Hoy hemos decidido que eso tiene que cambiar, así que quedamos en el parque. Soy la primera en llegar y los veo venir con caras demasiado largas, les conozco tan bien que sé que las malas noticias los acompañan. Nadie se atreve a hablar, me harto de mirarles, a ellos y a su indecisión.

—Está bien, todos tenéis algo que contar, pero un puto gato os ha comido la lengua —Mi nerviosismo hace que las palabrotas fluyan con mucha facilidad— ¿Quién empieza? ¿Kyle?

Si tuviera un perro, creería que se ha muerto por la expresión que trae. Me mira para luego volver a bajar la cabeza. Solo cuando mi enfado es evidente comienza a hablar.

—A lo mejor deberíamos discutir esto a solas, aunque al final todos os vais a enterar.

—Joder, Kyle, suéltalo de una puta vez —le digo exasperada.

—Me han ofrecido una beca en San Francisco—. Todos vamos a felicitarle pero nos retira de inmediato—. A mi padre le han dado el trabajo, nos mudamos este fin de semana.

Estaba segura de que su padre lo iba a conseguir, pero no tan pronto, falta un mes para que finalice el curso.

—No han terminado las clases, no puedes irte todavía—. El pánico en mi voz se confunde con el alivio que me invade. Es lo que quería, que algo sucediera para terminar con él ¿Por qué me siento tan mal entonces?

Llega hasta mí y me abraza, de esa manera tan posesiva y angustiada que hace que mis defensas caigan. Yo le correspondo como si de un adiós anticipado se tratara.

—Terminaré el curso allí, ya he hablado con mis padres— Mi cara está ahora entre sus manos—Puedes venir cuando quieras, una vez que estemos instalados buscamos una solución para ti y para tu madre.

No digo nada, solo asiento con una media sonrisa, dando a entender que estoy de acuerdo, el deseo final para su moribundo amor. Sus padres no van a pagarme un vuelo, mi madre no puede hacerlo, y de la misma forma que yo, le han dado la razón como a un loco, con la absoluta seguridad de que la distancia pondrá fin a lo nuestro.

¿Y si después es nunca? Where stories live. Discover now