CAPÍTULO 4. Escolta para un amante

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Ya habían pasado un par de días desde el evento extraordinario del enjambre de avispas y el buen humor traído de por la carta anónima había sido sepultado ya por las presiones del palacio y las responsabilidades hacia el imperio.

Fue casi en las vísperas del día de revisión de armas cuando la pregunta que el emperador antes no se había atrevido a pronunciar en voz alta finalmente escapó de sus labios.

-¿Creen que esas avispas regresen?

Y ahí estaba. Ahora que había sacado la duda ya no sentía como que esa pregunta revoloteaba en su mente molestando al resto de sus pensamientos y ahora ya no importaba si las personas a su alrededor se molestaban en responder o no...

-¡Por supuesto que volverán, capitán! – pero esa gente respondió de todos modos.

-Su majestad, cualquiera diría que la idea de volver a ver a esos insectos lo entusiasma más de lo que deja ver – se burló la mujer sin detener el movimiento de sus manos.

-No es así y mejor concéntrate en lo que estás haciendo, Seolhwa.

-Estoy concentrada – respondió la mujer mientras aseguraba de forma correcta la venda con la que había envuelto el brazo de Kim Namwoon, quien en la práctica del día había sufrido un corte ligero y por tanto entre protestas y gemidos había sido arrastrado a la enfermería directamente por Yoo Jonghyuk.

Y luego Yoo Jonghyuk había soltado la pregunta así de forma totalmente inesperada.

Bien, ciertas cosas sólo son así.

Como sea...

-Yo pienso que sí regresarán. Si esa persona envió una nota la primera vez por algo será, y ya que además recibió una respuesta no veo por qué no podría enviar una nota más.

-Bueno, eso sólo pasará si las avispas no se pierden o si no van entregando notas raras a toda persona que esté en los jardines del palacio.

-Eh... bueno... eso es verdad – admitió Kim Namwoon como si esa posibilidad nunca le hubiera cruzado por la mente – después de todo los insectos no son conocidas precisamente por su gran cerebro.

-De alguna forma dudo que eso pase – dijo Seolhwa – después de todo, esos insectos debieron de encontrarse bajo el control de un domador... pero no por eso dejo de preguntarme ¿a quién pertenecerían esos insectos?

Yoo Jonghyuk no respondió. Por una vez él no tenía la más mínima idea de a dónde podría haber un domador de insectos y, si él no tenía información, entonces la única persona que podría saber algo al respecto (es decir Anna Croft) era alguien a quién él prefería evitar...

Sobre todo porque, según los rumores, no había habido una sola noche que King hubiera pasado fuera de la habitación de la emperatriz desde que el nombramiento del amante se hizo oficial.

.......................

Cerca de dos horas más tarde, cuando Yoo Jonghyuk se disponía a tomar un baño, al abrir la puerta de la recepción de sus aposentos se encontró ni más ni menos que a la emperatriz Anna Croft, quien miraba quién sabe qué cosas a través de la ventana.

-Ah, al fin regresa emperador, las piernas comenzaban a dolerme después de tanto esperar. ¿Le hará bien entrenar siempre tanto?

Por supuesto, esas palabras no hicieron sino irritar a Yoo Jonghyuk.

-¿Qué es lo que quieres? – le exigió.

-Sólo vine a pedirle que se ocupe de un deber de su puesto que ha estado descuidando: King necesita a un guardia que lo acompañe y proteja en todo momento; como máximo comandante del ejército real quiero que tú le consigas a alguien.

EMPERADOR SUPREMO DIVORCIADOWhere stories live. Discover now