CAPITULO 14. Un paseo por el jardín

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A la mañana siguiente, el emperador se dirigía al campo de entrenamiento para supervisar cómo iba todo con los reclutas que habían sido contratados hace apenas un par de meses.

Sin embargo, en su camino fue interrumpido por cierto rey demonio que ya lo estaba esperando.

-¡Ah... emperador! Quería disculparme por lo de ayer. A Gilyoung le encanta jugar de formas bastante peculiares con sus insectos, y no esperaba que lo fuéramos a ver... - tartamudeo de forma nerviosa Kim Dokja – por supuesto nosotros tampoco esperábamos que usted se impactara tanto... es decir, sé que las cucarachas no son lo más agradable pero...

-Sólo no dejen entrar esas cucarachas al castillo – le dijo Jonghyuk tratando a toda costa de mantener la pose digna de quien no se muere de vergüenza después de haber hecho una ridiculez como la que había hecho la noche anterior.

-¡Ah! Claro, no se preocupe por eso. Y por cierto ¿emperador?

-¿Sí?

-Yo... lo entiendo si la propuesta ya no le hace gracia, pero si en algún momento de verdad quiere venir a conocer las mariposas o avispas...

-...no tienes ninguna vergüenza ¿cierto, Kim Dokja?

-Para nada. ¿Vas a aceptar mi propuesta, pez luna?

Aunque el emperador no dio una respuesta verbal, él y Kim Dokja se reunieron esa misma tarde en el jardín con Lee Gilyoung, y esta vez el emperador fue testigo de primera mano de la forma en la que las avispas y libélulas del chico podían hacer maniobras complicadas y organizarse para llevar pequeños objetos a petición de su amo.

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Ya llegada nuevamente la noche, King se encontraba recostado en la cama de su habitación mientras abrazaba fuertemente un oso de peluche que ese mismo día le había sido regalado por la emperatriz.

Si bien me alegró que su majestad me defendiera, las cosas no están bien. Antes de la visita de ese hombre la gente al fin tenía una buena imagen de mí, pero ahora sucedió esto con el Vizconde y...

A King se le vinieron a la mente los pensamientos de cómo lentamente su imagen se arruinaba cada vez más, y de pronto comenzó a recordar aquellos días en los que era tratado como esclavo.

No. Aunque antes haya sido esclavo, ahora soy el preciado amante de la emperatriz. Mi posición no está en riesgo así que no debo sentirme así.

El dokkaebi soltó el oso de peluches y se acomodó torpemente uno de los tantos anillos caros que estaba utilizando.

-Lord King – llamó el Vizconde Verdi – Vino a verlo el vizconde Damon Wenny ¿Qué desea hacer?

-¡¿Vino Lord Wenny?! – en cuanto el dokkaebi se dio cuenta de cómo había llamado al Vizconde, tapó con sus manos rápidamente su boca.

El vizconde Verdi pensará que doy pena. Si ya sabe cuál es mi conexión con el Vizconde Wenny ¡ni siquiera debería mencionarme su nombre! – Comenzó a culpar dentro de su mente el dokkaebi al vizconde Verdi – ¿Por qué no simplemente le dijo que se fuera? ¿Es porque también quiere burlarse de mi tragedia? ¿Le habría hecho lo mismo al emperador? ¡¿Por qué la emperatriz no mató o encarceló al Vizconde Wenny?!

-¿Entonces... qué le digo? – Preguntó el guardia ajeno totalmente al hecho de que King lo culpaba de sus problemas y lo maldecía en su pensamiento.

King apretó con rabia sus labios, y luego le contestó aún con un tono molesto:

-¡Dígale que se vaya!

EMPERADOR SUPREMO DIVORCIADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora