Capítulo 9

151 33 0
                                    

Rachell Bail.

Voy caminando por la acera hasta la parada de autobús y mis pensamientos… bueno adivinen sobre quién son.

Adriel.

Hoy se quedo dormido en clase y ni siquiera escuchó el timbre de salida parecía muy cansado, lo pude notar cuando lo vi en el área de los baños, las ojeras bajo sus ojos eran más marcadas y su mirada decía que no había dormido mucho.

¿Será que tiene problemas en su casa?

Eso no es problema tuyo Rachell.

Sé que no es mi problema pero ¿por qué me preocupa entonces?

Porque él te importa.

¿Me importa?

Unos pasos detrás de mí me sacan de mis pensamientos, volteo pero no veo a nadie, acelero el paso ya que esta calle es muy sola y justo ahora no hay ni un alma.

Vuelvo a escuchar unos pasos, volteo, pero no vuelvo a ver a nadie, los nervios comienzan a invadir mi ser, comienzo a caminar aún más rápido sintiendo como mi pecho sube y baja de manera brusca porque nuevamente vuelvo a escuchar los pasos detrás de mí pero esta vez no volteo sino que arranco a correr y puedo sentir como los pesados pasos se acercan a mí.

Yo corro lo más rápido posible las manos me sudan y entro en estado de shock cuando siento que me agarran por la cintura, doy un grito ahogado ya que me tapan la boca.

— ¿Qué hace una niña tan linda como tú por estas calles tan solas? —dice una horrible voz gruesa y áspera, siento su aliento caer por mi cuello y su reparación pensada golpear mi oreja, haciendo que el miedo se apodere de mi, comienzo a dar gritos ahogados y a dar patadas pero no hago que me suelte, sus grandes brazos me pegan mas él haciendo que yo suelte un sollozo.

— ¡Deja de moverte niña malcriada!— grita en mi oído dejándome sorda por unos segundos.

Las lágrimas bajan por mis mejillas y mi corazón va muy acelerado, el tipo comienza a caminar jalándome con él, y yo no paro de moverme y darle patadas. El tipo me pega contra una pared poniéndose de frente a mí, es un tipo alto y obeso de apariencia horrible tiene la ropa toda sucia y rasgada, sus ojos color negros se encuentran los míos este se rasca la barba que sobresale de su rostro y me hace una mirada que activa aún más mis nervios.

—Voy a quitar la mano de tu boca si gritas te mataré —dice mientras escanea mi cuerpo de arriba abajo— ¿Estamos de acuerdo? —pregunta acercándose más a mi haciéndome sollozar a un más— ¡¿DE ACUERDO?! —grita mientras empuja mi cabeza hacia atrás haciendo que me dé un fuerte golpe con la pared detrás de mí, de repente todo da vueltas y no escucho nada.

—Te lo preguntaré una vez más, voy a quitar mi mano de tu boca pero no vas gritar porque si no te mato a aquí mismo—escucho su voz a lo lejos recobrando mis sentidos — ¿De acuerdo? —esta vez asiento con rapidez para evitar que me vuelva a lastimar, el tipo despega lentamente su mano de mi boca y sonríe al ver que no grité — Así me gusta, no quería tener que cargar con otro muerto encima—mis ojos no dejan de sollozar, mis manos tiemblan y mi corazón late demasiado rápido.

El tipo se acerca mi y hunde su cara en mi cuello y lo lame, se siente asqueroso…y mi mente viaja aquel momento de mi pasado y todo lo que me con llevo…

Yo intuitivamente lo empujo pero eso lo hace molestar despegándose de mi y dándome un fuerte golpe en la cara acabando con mi estabilidad haciendo que me caiga al piso, mis sentido se vuelven a perder y todo pasa muy rápido, un auto negro se para frente a nosotros y sale alguien de él y justo cuando el tipo vine a golpearme de nuevo un hombre le da un puñetazo en la cara que lo hace caer, el hombre se pone a horcajadas sobre él y comienza a golpearlo sin parar.

Tecla a Tecla (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora