Capítulo 12

101 28 0
                                    

Adriel Scott.

Me miro en el espejo y me pregunto ¿qué estoy haciendo? Yo no soy así. Salgo del baño y me recuesto sobre la cama.

—Hijo prométeme que vas a estar con quién te haga sentir diferente, con quién te ame por lo que eres y sobretodo te haga mejor persona. Solo quiero que seas feliz.

Esas palabras siempre me las decía mi mamá, cómo la extraño, desde que ella murió todo ha cambiado, mi padre ya no es el mismo, siempre quiere manejar mi vida y aunque yo sea mayor de edad él cree que no soy capaz de controlar mi vida por mi propia cuenta.

Él fue el que me obligó a estar con Andrea, yo nunca quise y ni quiero estar con ella.

—La familia Mendoza nos ayudara mucho para poder levantar la empresa familiar.

Papá después de que murió mamá, se desmorono por completo, tanto así que dejo que la empresa que había construido con mi madre cayera al punto de estar en quiebra. Después de unos aproximados seis meses, papá decidió volver a tomar las riendas de la empresa y para ello necesitaba tener socios los cuales le ayudaran a levantar nuevamente la empresa familiar.

—Tendrás que estar con la hija de los Mendoza para que nuestra asociación empresarial sea más fuerte.

—Pero ella no me gusta.

—No me interesa si te gusta o no, estarás con ella y punto. Además ella está estudiando psiquiatría te ayudara mucho.

Andrea es cuatro años mayor que yo y para ese entonces cuando mi padre decidió que debía estar con ella yo solo tenía 17 años. Desde que mamá murió he pasado por diferentes tipos de psicólogos y psiquiatras. Debido que a que caí en una depresión enorme luego de su muerte, haciendo que atentara contra mi vida dos veces.

Y fui diagnosticado con depresión clínica.

El día en que mi padre conoció a los Mendoza, lo que quedaba de mi vida se fue por un barranco, ahora todo se trataba de estar fingiendo que quería a su hija y sonriendo en fotos para los medios públicos. Cada día era peor, sin mamá, sin poder tomar mis propias decisiones y lo peor aparentar algo que no era.

Andrea simplemente es mi psiquiatra y cuando puede me saca todo el dinero posible—aunque sus padre cuenten con increíbles sumas de dinero—sin contar lo que mi padre le paga para que ella haga esa ridículas consultas y terapias.

Rachell.

Ella es tan hermosa, tan transparente, pude notar su expresión triste cuando tuve que decirle que se fuera a su casa, lo fuerte que quería parecer cuando vió Andrea, no tuve el valor para contarle todo, soy un cobarde.

Soy tan estúpido por no poder enfrentar a mi padre.

Porque por más que trato de enfrentar a mi padre no puedo.

—Prométeme que cuidarás de tu padre y lo obedecerás en todo— ella me mira y apreta mi mano con suavidad—te lo prometo.

Era un adolecente de solo 17 años cuando le hice esa promesa a mi madre un día antes de… no volver a verla más a ella y a…

No sabía en lo que se convertiría mi padre, y todo lo que me obligaría hacer.

Y gracias a esa promesa me siento obligado a estar atado a todo lo que mi padre me ordena que haga, simplemente no quiero romper la promesa que le hice a mi madre.

Pero Rachell, ella sobrepasa toda mi cordura.

Nunca había sentido algo así por nadie.

Yo he estado con otras, pero solo había sido de manera sexual ya que Andrea y yo nunca hemos estado en ese plan, yo siempre pongo excusa para no estar con ella y ella igual, así que creo que nos entendemos bien por esa parte.

Tecla a Tecla (Libro I)Where stories live. Discover now