Capítulo 18

100 29 0
                                    

Adriel Scott.

Abro mis ojos, y la luz que entra por mi balcón pega directamente a mis pupilas. Pongo mi brazo para cubrirlos, volteo a mi lado, y ella está ahí dormida, con su rostro tierno que me encanta.

Me inclino para tomar mi teléfono que está en la mesa de noche al lado de mi cama, veo la hora y son 6:06am, es muy temprano pero me levanto porque tengo que hacer varias cosas.

Entro a mi baño y me ducho de manera rápida, salgo y cepillo mis dientes en el lavamanos y voy a mi armario y me coloco mi pantalón blanco con mi camisa negra y mis Vans negras.

Abro la puerta con cuidado para no despertar a Rachell y bajo al salón de ensayos.

Tomo mi teléfono y le envío un mensaje a Andrea:

Adriel.

— Necesito que hablemos.

Espero a que conteste, pero no tarda mucho.

Andrea.

— Iré en la tarde.

Adriel.

— Necesito que hablemos ya.

Andrea.

— Solo espero que no me hagas perder el tiempo. Voy en un momento.

Necesito hacer algo, no me puedo quedar de brazos cruzados, Rachell es la única que quiero en mi vida a nadie más.

Y sé lo que voy hacer.

Lo tengo que hacer.

Mientras que llega Andrea, me pongo a tocar el piano, la melodía de mi madre.

No podrás vivir del piano toda tu vida.

Las palabras de mi padre hacen que me desconcentre y toque una tecla equivocada lo que hace que una corriente de ira llene mis venas, salgo del piano y pongo las manos en mi cabeza.

Sí sé que debo de tener otra perspectiva de vida aparte del piano, y claro que la tengo, pero la competencia es mi último intento, si gano podré ser un pianista importante y haré giras haciendo lo que me gusta, y mejor aún, Rachell estará conmigo.

Y me vale verga si mi padre no cree en mí, yo sí lo hago.

Yo también creo en ti.

—Sí, se que tú confían en mí y te lo agradezco.

— Señor Adriel la señorita Andrea lo busca— dice Lucas desde afuera de la puerta del salón— Solo Adriel, Lucas. Hazla pasar por favor.

Andrea pasa y me mira expectante.

— A ver ¿ahora qué es lo que quieres? — dice ella cruzando los brazos sobre su pecho y mirándome de mala gana.

— Pues fácil, terminar contigo— ella abre los ojos en muestra de estar sorprendida por mis palabras— Tú no puedes hacer eso.

— Ya soy aquel niño el cual mi padre controlaba. Y esta más que claro que nunca he querido estar contigo, ni tú conmigo, ¡por dios no lo niegues!

— Siempre he estado para ti, y ¿así me pagas?, echándome de tu vida como una basura— su cara toma un color rojo— Andrea por favor no hagas esto más difícil de lo que ya es ¿sí? Ya tengo suficiente con tener que soportar a mi padre luego de esto.

— Fui una tonta, por salir con un niño mimado por papi— dice mirándome con disgusto— Yo no te obligué a estar conmigo, pero tu amor al dinero tomó la decisión por ti.

— Eres un idiota.

— ¿Por qué? ¿Porque te deje sin trabajo? ¿Porque nuestras empresas ya no estarán asociadas?— me mira indignada— ¿Empresas? ¿De vedad crees que estoy contigo por las empresas? Adriel por si no lo sabías, las empresas de nuestros padres dejaron de estar asociadas desde hace mucho tiempo atrás— dice saliendo del salón trancado la puerta de manera brusca haciendo un gran sonido.

Tecla a Tecla (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora