XXIII

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JUNGKOOK

—¿Qué haces aquí en la oscuridad? —llegó Kendall cuando estaba bebiendo una copa de coñac sentado en el sillón del bar de la mansión.

—Ésto se está yendo a la mierda amigo —estaba tan frustrado que no sabía como parar mis emociones, ya nada merecía la pena—. No sé si quiero ya derrotar al senador Adams, mi padre me dejó ese cometido antes de morir y se me está atragantado la puta misión de los cojones.

—Es por ella, lo sé. Te has enamorado Jungkook.

Reí un poco, ni en mis pensamientos más escondidos lo había yo pensado tan abiertamente como lo dijo Kendall..

—No te voy a contestar a eso, no quiero pensarlo siquiera porque nunca se lo diría ni la tendría a mi lado si así fuera —bebí todo el coñac de mi copa de golpe, se me había hecho un nudo en la garganta.

—Yo sé lo que te ocurre, crees que si se enteran que es algo tuyo le hagan igual que a Nina, a mí no me engañas.

Lo miré de frente.

—Tampoco te contestaré a eso, no quiero hablar de nada que venga de mi pasado, verla con el vestido que llevaba Nina el día antes de morir me hizo que casi la odiara sin tener ella la culpa. Ver a Yangmi del mismo modo vestida ha sido una tortura para mí que no quiero volver a vivir.

No quería ver ese vestido en ella jamás puesto. No quiero que le ocurra lo mismo que a mi Nina, y lo que hizo podría atraer a la mala suerte.

—Déjalo y no te atormentes más con eso, no pudiste hacer nada por salvarla. No estabas a su lado en ese momento —me levanté y me puse otra copa, quería emborracharme y caer en la cama para no pensar.

—Sí podía haber hecho algo, irme con ella, no dejarla sola allí donde fuera sin mí, pero sin embargo estoy aquí pensando en otra y queriendo tenerla conmigo como hice un día con ella —apreté mis dientes—. Encima que la mataron por mi culpa ahora me ilusiono de nuevo con alguien que me odia por tenerla encerrada a todas horas. Y es que no quiero que le ocurra nada. ¿Es entendible no?

No, no lo era y por eso me sentía un desalmado. A una la perdí por no poder protegerla y a la que estaba protegiendo no quería estar a mi lado porque creía que era un frío y un insensible.

—Pues hay algo que tengo que contarte pero no sé cómo decirte, es difícil de explicar —fruncí el ceño porque sabía que era algo grave, Kendall era un tipo muy bueno para buscar información y cuando la tenía era todo cierto sin ninguna duda al respecto. Si estaba así es porque se venían problemas importantes.

—Dime —eché mi cuerpo hacia adelante para escuchar su información.

—A Nina no la mataron por tí sino por tu padre—se me revolvió el estómago.

—¿Cómo? —dije con mi respiración un poco acelerada.

—El padre de Nina conoció al senador Adams cuando éste quería presentarse al cargo —me levanté de golpe porque estar sentado se me estaba haciendo difícil con mis nervios— y el que iba a ser tu suegro le pidió que jodiera la vida de tu padre a cambio de ayudarlo para que consiguiera ser senador.

—¡Sigue! —dije con mi cuerpo a punto de estallar.

—Lo quisieron asesinar cuando iba en el coche aquella mañana hacia el muelle, pero cómo él vio a tu prometida en la calle cuando estaba de compras y se paró a su lado creyeron que era la que estaba con tu padre sentimentalmente no contigo, él no sabía que era tu prometida ni que el del encargo era su padre.

Mi existencia se estaba volviendo un infierno en éste momento.

—La secuestraron y la mataron para joder a tu padre no a tí Jungkook —tenía ganas de no existir en éste momento, tenía ganas de correr y saltar a lo más profundo del abismo. El padre de Yangmi mató a Nina. El senador Adams era el culpable de mi triste agonía durante cinco años.

Estampé mi copa contra la pared haciendo saltar los cristales.

—¡Joder! ¡Hijo de perra!

—Tienes que tranquilizarte, así no conseguirás arreglar las cosas ni vengar a Nina —Kendall vino a mi lado alarmado por mi comportamiento.

—Señor Jeon —miré a mi lado y era Yangmi que me observaba impactada por haber visto la escena que tenía en éste momento.

—¿Qué es lo que quieres ahora? —intenté calmarme lo más posible para no hablarle mal.

—Quiero que me deje hablar con mi hermana —su voz dulce me mataría un día de estos— me lo prometió.

—Lo siento pero las cosas han cambiado y no puedo cumplir mi promesa —las palabras de Kendall resonaban en mi cabeza.

Me miró tan mal que me hizo daño.

—Deja que mi hermano se vaya de la mansión sin mí porque por lo visto no puede desobedecer sus órdenes y ahora no me deja hablar con mi hermana habiendo dado su palabra hace unos días —malditas lágrimas que ya llenaban sus ojos y me estaba creando más rabia por su padre— creía que su palabra valía mucho señor Jeon, pero por lo visto me había equivocado, solo es una fachada para que otros le tengan miedo.

Ésto se estaba poniendo cada vez más difícil.

—¡Dios! Cómo te hago entender que en éste momento no pueden saber que estás a mi lado —dije acercándome a ella.

Ella solo me miraba con tristeza aunque también había rabia en sus palabras, me odiaba y eso me tenía sumido en la desesperación.

Se había vuelto un amuleto mucho más importante para mí. Con ella podría vengarme de la persona que raptó, violó y asesinó a mi querida Nina.

Era su hija.

Decían que yo era un hombre de mal y sin escrúpulos por ser un narcotraficante y su padre era un hombre de bien y de ley por ser un senador.

Él mató y violó a mi todo en el pasado y yo sin embargo amaba a su descendencia.

—¡Dígame! —volvió al ataque—. ¿Va a quedarte ahí sin darme una explicación del porqué no me deja hablar con Sunhee?

—Bueno, yo me retiro —Kendall sabía que debía irse por como se estaban complicando las cosas. Nos dejó solos yéndose rápidamente.

Me acerqué a ella, ya no me tenía miedo aunque veía mis ojos arder, sin embargo yo quería y deseaba que me lo tuviera porque así sería más fácil para mí no acercarme tanto.

—No puedo cumplir mi promesa aunque esté ahora sufriendo por eso Yangmi, no puedo dejar que sepan que estás con Jeon Jungkook, es peligroso —le acaricié la mejilla y el dolor de su sufrimiento me partió por la mitad.

Ella me dió un golpe y me quitó todo contacto sobre su piel, las lágrimas corrían por sus mejillas y mi corazón lo tenía destrozado.

—No hay en el mundo hombre más malvado que usted —dijo entre sollozos y salió corriendo para dejarme con mis mierdas completamente solo.

—Sí lo hay, créeme niña tonta...sí lo hay...










Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorWhere stories live. Discover now