XXXI

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Estábamos ya vestidos y en silencio, la tristeza había hecho mella en nosotros, sabíamos que cuando saliéramos por la puerta cada uno iba a lidiar con su propia vida.

—Creo que sé quién está detrás del rapto de mi hermana —me puse a su lado.

Tenía puesto su pantalón de pinzas negro y su camisa blanca medio abrochada, era una imagen para estar mirando toda una vida.

—Yo también sé algo sobre eso —se acercó para darme un beso corto en mis labios.

—Es por mi hermano Jimin ¿Verdad?

—Más bien por el padre de ambos, es venganza Yangmi. El señor Park controlaba la venta de armas en el sur de China, cuando lo cogieron los del FBI fue porque los que querían controlar ese área lo entregaron —me estaba dando información de su lado, del lado de la mafia— era demasiado importante y no se querían ensuciar las manos de sangre, hubieran sido demasiado obvios y estarían en problemas con las autoridades.

—¿Entonces lo que quieres decirme es que cómo salió de la cárcel y está escondido han cogido a Sunhee para hacerlo salir de su agujero? —me dió miedo por mi hermana, detrás había gente sin escrúpulos.

—Sí, la tienen cómo una mesera más para no despertar sospechas, si la tuvieran retenida sabrían de su importancia y podrían investigar por ambos lados, la policía y los vendedores de armas —me cogió por la cintura—. Prométeme que te mantendrás a salvo, júrame que no harás nada que no esté calculado de antemano, las prisas por llegar antes que las informaciones fiables no traen nada bueno.

Bajó su rostro y me habló demasiado cerca, su acción me hizo querer arrancar de su cuerpo esa camisa que le quedaba jodidamente sexi.

—Te quiero viva, quiero saber que puedo buscarte para hacerte mía de nuevo cuando me dé la gana.

¿Decía que me podrían matar? El que iba a matarme era él en éste momento.

Llamaron de pronto a la puerta y miramos los dos hacia ella.

—¡Servicio de habitaciones! —gritaron fuera y puse una pequeña sonrisa.

—Eun Woo, lo había olvidado por completo —dije y Jungkook me miró sin comprender.

Fui y le abrí, mi compañero entró deprisa al ver que era yo la que le había abierto, cerró la puerta de golpe y cogió mis hombros desesperado sin darse cuenta quién había en la habitación mirándolo de mala manera.

—¿Eres tonta? ¿Sabes el rato que llevo intentando saber dónde estab...

Jungkook lo cogió de una mano y se la retorció, gritaba mi compañero sin saber por dónde le había venido ese tipo tan fuerte.

—Epa...epa ...epa...¡suelta mi mano idiota!

—¡Suéltalo Jungkook! ¡Es mi compañero, es policía!

Lo soltó y Eun Woo cogió y metió su mano para coger la pistola que guardaba en su chaqueta.

—¡No lo hagas! —cogí su mano para que parara y me miraba desencajado—. Lo conozco, no nos hará nada.

Lo miró con el ceño fruncido y entonces abrió sus ojos y su boca al mismo tiempo.

—Eres...eres...

—Sí Eun Woo, es Jeon Jungkook —asentí y se quedó petrificado—. Ya te contaré cuando salgamos de aquí, ahora déjame que me despida de él, estoy bien ya lo has visto así que espérame fuera.

Se movía torpemente hacia la salida, había sido demasiado impactante, lo conocía a la perfección porque fueron muchas las horas que había investigado sobre él para encerrarlo entre rejas. Sabía lo importante que era.

—¡Espera! —le pidió Jungkook y el otro paró para mirarlo de nuevo, bajó su tono de voz para decirle:

Cuida de ella, si lo haces tendrás lo que quieras de mí por siempre, nada de lo que tengo en mi poder vale la pena si a ella le ocurre algo.

No murió Eun Woo ni yo tampoco, yo creí que mi compañero iba a caer redondo al suelo. El mayor mafioso de todos los tiempos le decía que estaría eternamente agradecido dándole todas sus pertenencias si se las pedía por cuidarme.

Movió su cabeza despacio de arriba abajo y estaba desencajado, yo le empujé para sacarlo al pasillo de una vez por todas.

Cerré la puerta y miré con dureza a Jungkook.

—¿Qué? —me dijo como si no supiera de mi enfado.

—¿Vas a parar? Yo sé defenderme sola, soy buena en las armas, fui la primera de la academia de tiro de mi promoción, fui la que...

No me dejó hablar más, empezó a besarme con fuerza para que me callara, estuvo allí haciéndome delirar un buen rato.

Se separó de mí y me sonreía.

—De acuerdo niña tonta, te dejaré que hagas tu trabajo pero prométeme que volveré a verte pronto, ya sé que estás viva y eso no me dejará estar mucho tiempo lejos de tí.

—No sé cuándo será señor Jeon —dije con burla— pero créame que yo soy la mayor interesada en verlo de nuevo.

Y esa fue nuestra despedida, una con mucho amor y con más tristeza aún.

Los días pasaron y en la comisaría se estaba cociendo algo gordo. Mi hermana no volvió al local.

El informante que teníamos en el club nos dijo que algo raro estaba pasando, habían retirado a Sunhee y a otra chica y que ya no trabajarían más allí.

Me desesperé cuando me dieron la información, pero me di cuenta que tenía que tranquilizarme si quería ayudarla.

Un día me llamó mi jefe, Eun Woo ya estaba allí también cuando llegué a su despacho.

Una misión nos esperaba.

—¿Jefe quería algo?

—Sí, cierra la puerta y siéntate.

Hice lo que me dijo y miré a mi compañero, alzó los hombros diciendo que no tenía ni idea.

—Os he llamado porque habrá un evento muy importante en la ciudad, tu padre es uno de los invitados —me miró serio, tanto que no me gustaba su expresión— los internos quieren verlo entre rejas Yangmi.

Me quedé un poco afectada, pero Jungkook me dió una pista de lo que ahora me decía mi jefe, así que no era ya una sorpresa.

—Se ha mezclado el bien y el mal, esa fiesta es un recordatorio de que las cosas están fuera de control —seguía diciendo— hay mafia, autoridades y policía implicados en algo que va a hacer temblar el mundo.

Lo decía derrotado, se veía afectado.

Pegó con su puño en la mesa haciendo que Eun Woo y yo nos pusiéramos tensos de pronto.

—¡Quiero veros allí! ¡Quiero toda la puta información que podáis sacar! No sé quién en ésta comisaría está implicado, en mis tiempos éramos la ley ahora solo somos unos putos borregos que manejan con dinero y vicios. Iréis y no se hable más. ¡Cerrar la puerta cuando os vayáis!!!

No dijimos nada, salimos sin decir lo más mínimo. Todo se iba a poner difícil, mi vida ya estaba ligada a las personas que estarían implicadas en una trama horrible y peligrosa. Mi hermana, mi padre, mi hermano Jimin y mi gran amor, el señor Jeon...






Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum