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"Narración en tercera persona"

Corea del Sur

Base militar HWA-RANG

Iba Jeon Jungkook junior cabizbajo en un autobús camino de la base militar Hwa-rang, creía que su vida se había acabado. No hablaba con nadie, llevaba puestos unos auriculares en los oídos escuchando una de sus canciones preferidas, unos cantos de su ciudad natal, Afganistán.

Eran muchos los kilómetros que lo separaban de su familia, pero el señor Jeon había sido tajante sobre el destino del joven. Accedió a lo que su mujer y su suegro querían para el futuro de su hijo, pero si era solo en esa base militar, la conoció por su difunto abuelo y sabía que era una de las mejores.

La madre de Jungkook Junior era originaria de Afganistán, territorio al que escapó su padre para olvidar su pasado y no ser atrapado por los federales, pero eso no lo sabía nadie. Era uno de sus mayores secretos, coreano de nacimiento aunque su habla rusa que lo adquirió al irse su progenitor a ese país para controlar la mafia en ese entonces, lo hacía diferente a todos los del país de Corea del Sur de dónde era originario.

Un lío filiar que hacía a Jungkook Junior un chico imponente y muy atractivo, era igual a su padre pero su piel era de un tono más tostado y sus ojos aún más redondos que los del señor Jeon, un ligado de sus progenitores.

Las chicas que viajaban con él hacia su mismo destino ya le habían echado el ojo, menos una que había bastante apartada que tenía su mismo aspecto de pocos amigos. Él hablaba tres idiomas, el Pastun por su madre y el ruso y coreano por su padre, éste último idioma lo adquirió con el tiempo cuando el señor Jeon también quiso aprenderlo, necesitó definir sus raíces de una vez por todas, recordaba muy a menudo a cierta mujer con la que se comunicaba en el pasado en inglés porque no sabía coreano. Yangmi su gran amor y a la que dejó atrás y nunca había olvidado.

Jungkook junior era un chico inteligente pero bastante despreocupado con las normas de la sociedad y olvidaba su responsabilidad en la vida, iba dando tumbos hasta que cortaron sus alas para ponerlo en éste camino que ya estaba odiando.

En otro de los asientos del autobús Yangmi Junior resoplaba mirando por la ventanilla, no quería aceptar que la hubieran obligado a estar en ese lugar que odiaba antes de ni siquiera conocerlo.

Su madre había sido policía pero en una redada que hubo para atrapar a alguien muy peligroso estuvo a punto de morir, gracias que su padre sargento de profesión estaba a su lado y acribilló a balazos al tipo que le destrozó la pierna, eso la hacía no poder caminar bien.

Era una niña muy querida, algo pequeña de estatura pero no tanto como su madre ya que su padre era bastante alto. Los rasgos faciales los había adquirido de su progenitora y su pelo también, era preciosa pero bastante arrogante y cortante. No quería responsabilidades ni que nadie le impusiera nada, creía ser autosuficiente para que nadie le dijera lo que debía hacer en cada momento.

Así que sus padres creyeron que sería una buena idea que supiera lo que era la disciplina.

El autobús se paró y los invitaron a salir, aunque más que una invitación aquí es donde empezaron las órdenes.

—¡Todo el mundo abajo! —daba voces un hombre corpulento que había estado sentado junto al chófer del autobús, iba vestido de militar.

Todos se levantaron, Jungkook salió por la parte de atrás y Yangmi por la parte de delante.

Todos los chicos y chicas se pusieron en fila y mirando al frente, para ver a un tipo alto, corpulento y con cara de mala leche. Llevaba una cicatriz en su pómulo derecho que lo hacía aún más intimidante.

—¡¿Habéis tenido un buen viaje primores?! —lo dijo con sorna y dando voces— ¡Pues será lo único agradable que tengáis, porque a partir de hoy vuestra vida será un infierno! —el tono había cambiado a uno más duro pero las voces eran las mismas— ¡Yo mismo me encargaré de ello, tenerlo por seguro!

Los dos protagonistas de todo ésto rodaron sus ojos molestos.

—¡Coged vuestras cosas y seguirme! —les dijo y todos fueron a coger sus pertenencias.

En esto estaba Jungkook cuando vio un bolso de viaje con unos graffiti impresos, estaba encima de su macuto de color negro, con el fastidio que estaba sintiendo su cuerpo en ese momento lo lanzó hacia atrás con fuerza y de malas maneras, Yangmi que llegaba a por lo suyo y estaba justo detrás de él le cayó a los pies. Era su bolso y aquel chico que solo veía de él su gran y musculosa espalda lo había lanzado de malas maneras.

—Oye perdona, ¿Pero qué mierda te hizo mi bolso para que lo trates de ese modo? —le dijo desagradablemente como era ella en los últimos tiempos.

Volvió Jungkook su rostro sin levantarse de su postura al sentir que le estaban hablando mal.

Vio a una chica bastante guapa y más baja que él detrás suyo, llevaba el pelo castaño recogido con una cola alta, sus ojos eran de color miel y su aspecto de pocos amigos le hizo gracia.

—¿Me hablas a mí? —como estaba agachado por estar cogiendo sus cosas a los pies del autobús se levantó para ponerse de frente delante de ella, le subía bastantes céntimetros, ella miró hacia arriba desconcertada, lo vio tan guapo, tan alto y tan todo que tragó su saliva al notar que se le secaba la boca.

—S-si a t-tí —tartamudeó.

Él sabiendo que esa era la reacción que provocaba siempre en las chicas sonreía bastante creído.

Yangmi se recompuso al verlo sonreír de ese modo, si creía que iba a caer en sus redes como cualquier chica hacía con chicos como él estaba equivocado.

—Has tirado mi bolso ¿Sabes? —dijo enfadada.

—Estaba encima del mío y no me gusta que toquen mis cosas —la miró con esos ojos que la hicieron volver a tragar.

Molesta por verse atrapada por esa mirada, cogió su bolso del suelo con rabia y lo volvió a mirar peor que antes.

—Pues si a tí no te gusta eso a mí tampoco, así que no vuelvas a tocar las mías, espero no tener que repetirlo —se volvió molesta y con su cara en alto, se fue camino donde el militar les había dicho que lo siguieran.

Jungkook se quedó mirando sus andares y su figura desde atrás y mordió su labio, puso una sonrisa burlona.

Cogió su macuto para echarlo a su hombro, pensó que iba a ser divertido molestar a esa chica, ya había algo que le gustó después de todo el desastre que le esperaba............

Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu