DESPEDIA 1/1

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Era un día de otoño, las hojas de los árboles se arremolinaban alrededor de la explanada donde alguien estaba subido en un pequeño atril de madera. Los que lo observaban tenían lágrimas en los ojos. Su voz era firme, pero a la vez se iba quebrando por momentos.

Yangmi Junior lo miraba con tanta admiración que le sonreía aunque que su corazón estuviera hecho trizas, Jungkook Junior hablaba de su padre, el amor eterno de su madre. Eun Woo estaba sentado a su lado y le acariciaba con inmenso amor la mano.

—No llores cariño, a mamá no le gustaba verte sufrir —la miró con una sonrisa triste, era el padre más guapo y bueno del mundo. Se echó en su hombro y él la abrazó con inmenso amor fraternal.

—Recuerdo el día que mi padre me dijo que la vida hay que vivirla siendo una persona fuerte y de corazón noble con los que uno ama, y me he dado cuenta que él tenía mucho amor en ese gran corazón que tenía —tan guapo que era ese hijo, tan alto y de buen cuerpo como su padre, miraba a los asistentes que fueron al pequeño homenaje por el quinto año de la muerte de Jeon Jungkook y Park Yangmi, sus hijos lo habían organizado todo. Había algo importante que querían comunicar.

Miró por un momento al atril, sus manos estaban temblando, mordió su labio inferior nervioso. Suspiró un poco ahogado reprimiendo las lágrimas, después se armó de valor y abrió un cuaderno pequeño que se encontró en un cajón del despacho de su padre, estaba en su casa de Afganistán.

—Mi padre —tragó— me ocultó algunas cosas de su vida, no le tengo rencor por eso, lo digo en serio, porque sé que solo quería protegerme, ahora me he dado cuenta de eso —alguien de los asistentes le sonrió con cariño, diciendo con su acto que eso era verdad, se trataba de Park Jimin.

Miró por un momento a su madre que estaba algo apartada, no quería estar allí, se sentía fuera de lugar después de haber entendido porqué su esposo murió, estuvo engañada por tantos años que había rencor en su corazón, pero su hijo le suplicó por días y semanas y al fin cedió, pero se mantenía callada y no demostraba ningún sentimiento, tampoco sabía del idioma en el que hablaban.

Sadar —la llamó mamá en afgano él de pronto y ella alzó los ojos a su hijo, lo amaba más que a su vida.

Jungkook le sonrió y empezó a hablar con ella en su idioma materno.

"Encontré éste cuaderno de papá allí en su despacho, era como su diario, escribió durante veinte años mamá, quiero que oigas lo que decía de tí.

Querida mamá de Jungkook Junior, mi preciosa esposa, la mujer más bella que encontré cuando llegué destrozado a éste bello país.

Has sido para mí el refugio en noches de tormenta, uniste mi corazón roto para que no se destruyera más de lo que ya estaba, sin saberlo me diste esperanzas para poder salir de una locura que me ahogaba y demostraste tanta entereza cuando me veías enfadado y triste, que nunca me diste un reproche como respuesta, no preguntaste jamás por mi comportamiento frío que algunas veces sé que te hacía sufrir. Perdóname si no supe darte lo que te merecías, te pido perdón por llegar a tu vida con el alma poseída, pero fueron años duros para mí, tan duros fueron que entregarte totalmente mi corazón fue imposible.

En estas líneas quiero dejar claro que mi cariño por tí es verdadero, aunque tú te mereces recibir amor de mi parte aunque eso sea imposible, pero en mi defensa y admirandote como te mereces, quiero decirte que te quiero mucho Amina, aprendí a hacerlo, porque mujer más buena que tú no hay ni habrá en éste mundo jamás".

Amina lloraba en sollozos ahogados, y su hijo con los ojos rojos le lanzó un beso. Estaba siendo tan difícil para él, porque lo había leído todo, sabía lo que su padre sentía por las personas mencionadas en aquel cuaderno escrito de su puño y letra, y sabía el significado de las palabras que dedicaba a su madre.

Se armó de valor y siguió.

—Kendall —el hombre alto, vestido con gabardina beis y un sombrero que ocultaba su pelo rojizo miró a su ahijado. Los dos se sonrieron con tristeza pero con complicidad— no sabía que habías sido mi angelito de la guarda por tantos años —se mofó Jungkook Junior de él.

—Eras un mocoso muy activo así que me has dado mucho trabajo bribón —le respondió y todos rieron un poco.

—Mi padre también escribió sobre tí.

Procedió a leer, pero antes miró que su madre se levantaba de su asiento y le sonreía, le dijo con los labios que lo amaba más que a su vida pero que se iba. Él asintió con la cabeza y le sonrió con complicidad, la entendía.

Amina cabizbaja y agarrando su abrigo con las dos manos se alejó del lugar entre lágrimas y sentimientos encontrados.

Jungkook volvió a las letras escritas por su padre.

"Kendall, mi fiel amigo y compañero, nunca jamás podré encontrar a alguien tan dedicado a su profesión como tú. Te doy todos mis respetos, para mí ya dejaste de ser mi empleado desde hace muchos años, eres un amigo ejemplar, de esos que no existen en estos tiempos ni en la vida que nos rodea a tí y a mí. Sin tí no hubiese podido llegar a honrar a mi padre y mi abuelo, aunque, bueno luego todo se torciera por no dejar atrás mi maldito corazón. Hasta en eso me ayudaste, a meterme en la boca del lobo.

Fuiste mi confidente cuando no podía hablar a nadie de mis sentimientos, el jefe de la mafia enamorado, !Maldita sea Kendall! Qué patético tengo que haberme visto delante tuya.

Me has ayudado con Jungkook Junior, su adolescencia a estado llena de travesuras de la edad, pero me lo hiciste más fácil al estar siempre pendiente de él, gracias amigo.

Otra cosa, ésto sé que siempre te ha dolido, pero te pido que no me tengas en cuenta si hago lo que siempre te dije que haría, no me tengas rencor por no hacer caso de tus sabios consejos, sé que me quieres y no puedes aguantar lo de mi tonta promesa. Pero si ella muere yo lo haré con ella, sabes que se lo prometí y lo cumpliré, te respeto a niveles que nunca podrías creer.

Amigo Kendall espero que nunca leas esto, parece una maldita declaración de amor de mi parte. Deseo que siempre estés a mi lado, que nunca te vayas porque tú y yo ya somos un gran equipo."

Los ojos de Kendall dolían por querer parar las lágrimas que se le agolpaban en los ojos. Bajó su sombrero y tosió un poco.

Jungkook Junior sonrió gustoso por saber que aquel hombre y su padre fueron los mejores amigos que nadie nunca pudo ver.

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Personitas queridas lo prometido es deuda, espero que no lloréis mucho. Lo haré en varios capítulos, será una agonía para mí pero sois muchas las que habéis pedido que haga ésto.

Odio tener tan poca resistencia ante vuestros deseos....pero al final a mí también me gusta sufrir.




Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora