XXIX

7.1K 475 30
                                    

YANGMI

—¿Para esto querías a todas horas escapar de mi lado? ¿Para venir a revolcarte con el primero que se te pusiese por delante? —seguía con sus palabras hirientes, una lágrima corrió por su rostro.

—¡Callate! —le grité— no sabes lo que dices, me estás insultando Jungkook.

—¿Ahora me llamas por mi nombre? No puedo creer lo cínica que te has vuelto Yangmi —me dedicó una sonrisa amarga que me hirió de muerte.

Iba a hacerme daño, lo estaba viendo venir y no sé si podría soportarlo.

—Te puse delante en mi pensamiento, eché de él a alguien a quién amé enormemente y no puedo creer aún que hiciera yo eso por tí, por una cualquie...

Moví mi mano con fuerza a su mejilla y le di un bofetón, tan fuerte que esta vez si movió su rostro a un lado, no como aquella vez en la mansión que ni se inmutó por mi poca fuerza en ese entonces. Me miró con una dureza extrema, agarró mis brazos y me tiró con fuerza en la cama, cayó encima de mí y no sabía si es que el demonio se había apropiado de su cuerpo porque su mirada ardía como el mismo infierno.

—¿Quieres jugar? Pues hagámoslo —me atrapó en el colchón con su gran cuerpo, no podía hacer nada ante eso. En esta situación el que ganaba era él.

—¡Suéltame Jungkook! No puedo creer que te estés comportando cómo un animal conmigo —le grité pero no me hizo caso y cogió con su mano el bajo de mi vestido y noté como lo subía hacia arriba, entonces pude bajar una de mis manos y toqué con los dedos la pistola que puse en mis muslos.

La subí hacia arriba y se la puse rápidamente en la sien...

—¡He dicho que me sueltes! ¡Soy virgen joder!

Paró de pronto para mirarme desencajado.

—Nunca lo hice con nadie, eres un idiota, estaba enamorada de tí y eso lo sabías no puedes decirme que no lo hacías. ¿Cómo habría podido estar con nadie? ¡Maldita sea! —empecé a llorar porque me sentía humillada y enamorada al mismo tiempo.

Todo lo que había guardado en mi interior durante cuatro años salió en forma de rabia e impotencia.

—Yangmi —me dijo en un susurro impactado por lo que había escuchado, estaba sin mover su cuerpo encima de mí y mi pistola seguía en su sien. Toda la situación nos tenía de pronto paralizados.

—Soy policía y llevo cuatro años buscando a mi hermana ¡Joder! —le dije fija en sus ojos negros y su mirada se relajó pero su cuerpo seguía aferrado al mío— nunca...jamás nadie tocó mi cuerpo porque solo pensaba en tí.

Cogió mi mano para quitar lentamente la pistola de su cabeza y cuando ya la tenía lejos de nosotros la lanzó con fuerza al suelo.

Acarició mi pelo y me dió un beso en la mejilla.

—¿Porqué no me dijiste antes niña tonta? ¿Porqué me has hecho sufrir tanto? Te amo más y que a mi vida Yangmi, es tanto lo que te quiero que creí volverme loco el día que te dispararon. Hasta éste mismo instante que te veo entre mis brazos no sabía si estabas viva o muerta — volvió a juntar sus labios con los míos.

Me besaba tiernamente, acariciaba mi mejilla y luego seguía con mi cuello mientras acariciaba mi cintura con su mano.

—Quiero ser tuya Jungkook, lo he deseado durante éstos cuatro años —le dije cogida a su cuello con mis dos manos— pero me han dolido tus dudas sobre mi virginidad.

—Perdoname, pero si supieras lo que yo te deseaba cuando estábamos en la mansión Jeon no lo creerías, luchaba por mis deseos de salir por las noches de mi habitación e ir en tu busca —sonreí ante eso— pero eras solo una niña asustadiza y mira en lo que te has convertido, en toda una mujer preciosa y espectacular.

Lo miré con una sonrisa.

—Quiero que nos amemos, necesito que me demuestres lo que dices que sientes por mi, señor Jeon —fue sentirme llamarlo así y mordió su labio con deseo.

—Me enciendes pequeña, me vuelves loco y tengo miedo de hacerte daño, en todo éste tiempo no estuve con nadie, solo podía pensar en encontrarte, esos eran mis pensamientos día y noche  —cogió mis caderas con sus dos manos y rozó su enorme erección en mi sexo que se contrajo despiadamente.

Arqueé mi cuerpo por la enorme sensación de placer que me hizo sentir. Metió sus manos por mi espalda y me subió para sentarme a horcajadas encima de su regazo.

Estaba él sentado en la cama y yo encima de su dura erección. ¿Podría yo soportar tal tamaño dentro de mí? Estaba tan nerviosa y a la vez tan ansiosa de ser suya de una vez por todas, que ya me daba igual, quería sentirlo plenamente.

—No tengo miedo—le dije cerca de sus labios —nunca lo tendría contigo, fuiste mi primer amor y serás el único hasta que muera. Quiero que seas tú el que posea mi cuerpo y mi alma, hazme que nunca te olvide por muchas desgracias y peligros que vengan  hacía nosotros.

Quitó mi vestido con furia, suspiraba y sonreía mirando mi cuerpo.

—Me pone ver que ya si podrías alzar las pesas de mi gimnasio. Solo quiero que me hagas arder cuando esté dentro de tí —besaba mis pechos mientras yo peinaba su pelo con la yema de mis dedos.

Miró hacia abajo y vio el pequeño tanga que me había puesto, apretó su lengua en el interior de su mejilla y luego esbozó una pequeña sonrisa cargada de lujuria.

—¿Como se hace para no explotar en este momento?

Tiró del hilo y lo rompió para dejarme desnuda del todo.

Paseó sus dedos por ahí abajo y emití mis primeros gemidos, besaba y lamía mi cuello al mismo tiempo.

—Dame todo Yangmi, dame lo que no me diste en ese tiempo. Gime fuerte para tu señor Jeon.

Se me contrajeron todas las partes del cuerpo al tenerlo tan cerca y diciendo esas cosas que jamás nadie me había dicho.

Los dos estábamos en pocos minutos desnudos del todo, me tenía en la misma posición, subida en su regazo.

—Quiero verte en todo momento, disfrutaremos mutuamente viendo el placer del otro —rozó mis labios con sus dedos.

Con su estatura era difícil tener mi rostro frente al suyo, y así lo habíamos conseguido.

Entró en mí despacio, cogía mis caderas y las movía con lentitud, me hacía sentir algo de dolor pero fue desaparecido poco a poco. Me agarré a sus hombros.

Nuestros jadeos se intensificaron y mis ojos no se despegaban de su mirada endemoniada. Un enorme hombre devoraba a una mujer pequeña como yo.

Me sentía plena después de mucho tiempo, me estaba amando el hombre del que estaba enamorada, después de los años los dos nos dijimos nuestros más ocultos sentimientos.

Mi amor, el señor Jeon era el amante perfecto...el mafioso y la policía...el lobo y la oveja...el ángel y el demonio.

Eramos el deseo prohibido...

Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorWhere stories live. Discover now