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Seul
Base militar Hwa-rang
Interior de la llanura

En la superficie de la llanura todo estaba mal, había un dolor latente de dos progenitores por querer encontrar a sus hijos.

Habían pasado ya unos días desde su desaparición y nadie sabía que bajo sus pies a muchos metros en el interior de la llanura estaban los dos Juniors.

Aquel fatídico día Yangmi Junior cayó primero al vacío del acantilado y en un saliente de las rocas donde el musgo crecía bastante fuerte y esponjoso, por no estar bajo la influencia del hombre, paró en seco.

El golpe fue bastante impactante y quedó inconsciente, no era muy corpulenta y su estatura mediana no la hacía una chica muy fuerte, así que el impacto la dejó con los ojos cerrados y no se movía, pero gracias que todo ese desastre fue amortiguado por el frondoso musgo que hizo de colchón.

Jungkook Junior cayó después que ella en el mismo lugar pero más alejado. Su complexión fuerte y su altura lo hacían un hombre fuerte así que después del impacto se quejó del dolor que sentía en su brazo derecho y en sus piernas, pero se levantó cómo pudo y miró para ver dónde estaba ella.

—¡Maldita sea! ¡Yangmi! —le chillaba asustado.

La vio tirada a un lado con su cabeza hacia el abismo y su cuerpo en el mullido musgo.

—¡"Desastre"! —le gritó de nuevo y fue en su busca rápidamente, se puso de rodillas y la cogió con sus fuertes brazos para pegarla a su pecho.

—Mirame "desastre"...estoy aquí, abre los ojos por favor ¿Por qué eres tan decidida si luego no puedes cuidarte por tí sola? —le decía mientras la zarandeaba.

Ella abrió sus ojos despacio y se encontró con los de él.

—¡¿Porqué no haces nunca caso de lo que te digo?! —le seguía recriminado él.

—"Casanova" que porrazo hemos metido más exagerado —dijo dolorida pero con gracia.

Él le sonreía y la abrazó, verla reaccionar lo tranquilizó.

—En éste poco tiempo que te conozco puedo dar fe de que eres valiente, eso nadie lo puede negar, pero... —la separó para mirarla— ya vas a estarte quietecita ¿A qué sí?

—Lo siento si no soy cómo esas que te gustan a tí —lo separó con su mano y se sentó por si misma— esas que se pintan los labios y te miran con ojitos —lo miró a los ojos— yo soy como soy "Casanova" así que déjame vivir como me dé la gana.

Jungkook Junior se levantó sonriendo por las cosas que decía, si ella supiera que todo de ella le encantaba, ser tan fuerte, ese carácter del diablo y su cara bonita eran para él algo que lo había atrapado.

Le extendió la mano para ayudarla y ella se la cogió, tiró y la pegó a su cuerpo.

—Que sabrás tú lo que a mí me gusta —su voz ronca e íntima la hizo tragar fuerte. Esos ojos salvajes y fieros que tenía la hacían delirar pero no quería demostrarlo.

—Suelta que a mí no me haces ni cosquillas con tus idioteces de seductor barato.

La soltó con una sonrisa cargada de deseo y le tocó con sus manos los brazos y después empezó por las piernas.

—¡Ah! ¡¿Qué haces?!

—Tengo que ver que no tienes nada roto y por lo que veo estás bien —la volvió a mirar con descaro— muy bien por cierto.

—¡Déjalo ya! Ufff que frustrante —dijo ella y miró a su alrededor— ¿Como salimos de aquí? —le dijo pensativa.

Él miró a su alrededor y vio una especie de agujero, era una cueva que daría a algún lado de la llanura, todo aquello era zona militar así que podía ser un pasadizo hacia la base de los antepasados del lugar.

—Vayamos por ahí —Jungkook señaló la cueva y se adentraron.

Seul
Base militar Hwa-rang
Superficie de la llanura

En la superficie Rona con su escalada había descubierto que había una cueva que daba al interior de la llanura.

Jungkook y Yangmi iban en el todo terreno de él hacia un hotel de lujo de la ciudad, habían quedado con la cúpula mafiosa para hablar con ellos.

Tras la posibilidad de que los Juniors estuvieran en el corazón de la base militar necesitaban de sus dotes de investigación, era imprescindible que los ayudara la mafia. Son los que tenían poder para dar con ellos antes que nadie.

—¿Estás ya más tranquila? —le decía él mirando hacia la carretera mientras conducía.

—La echo de menos ¿Sabes? Es una niña después de todo, con mucho genio pero una niña —decía ella mirando por la ventanilla.

Él la miró por un momento y sonrió.

—Entonces es igualita a tí, mucho genio y temperamento pero luego una niña después de todo.

Se encontraron por un momento con la mirada.

—Seguro que tu hijo se parece a tí, alto, fuerte y guapo y con un gran temperamento —los dos sonrieron.

—Es un buen muchacho de corazón noble, aunque muy temperamental como tú dices, tengo que admitirlo.

—Jungkook.

—¿Sí? —estaba él mirando la carretera.

—Quiero pedirte perdón, gracias por estar al frente de todo, siempre has sido un gran hombre, aunque nunca te lo dije me sentí siempre protegida por tí.

Él la miró de pronto por oír esas palabras que tanto significado tenían.

En su interior empezó a pelear por no cometer una locura, pero es que ya había peleado consigo mismo demasiado desde que la vio de nuevo.

Paró el coche a un lado donde pudo hacerlo y la miró intensamente. Cada uno estaba sentado en su asiento.

—Dime que me quieres aún —le dijo desesperado y clavando sus ojos negros en ella, ese acto era para ella algo que siempre había amado de él, la hacía estremecer.

—No hagas ésto Jungkook, tenemos cada uno a alguien en nuestra vida, no somos libres —ella intentaba parar lo que sabía que podía pasar.

—¡Me importa una mierda eso ahora! Dime...¿Me quieres todavía? —sacó ese genio y esa seducción que siempre tuvo, sus ojos ardían de deseo por ella y quería hacerla suya así fuera lo único que hiciera en su vida.

Ella no contestaba y él necesitaba escucharlo de  sus labios.

—¿Con los aires que siempre te das de valiente y ahora te vas a comportar como una cobarde?

—¡Yo no soy una cobarde Jungkook!

—¡Sí lo eres! Nunca me dijiste de frente lo que sentías por mí. Siempre escondida en esos aires de chica respondona y altiva.

—¡Estás casado! ¡Maldita sea! Si te lo digo, si te digo que te amo más que a mi vida, que siempre ha sido así desde que te conocí ¿Qué vas a hacer con eso? ¡Dime!

— ¡Ésto!

Y se abalanzó para besarla, la besaba con desesperación, con fuerza, no podía reprimir por más tiempo lo que su cordura se había empeñado en esconder éstos años.

Se separó de ella cuando los jadeos ya eran intensos entre los dos y la miró a los ojos.

—Te deseo, no puedo vivir sin tí, han sido años que he vivido haciéndome falta verte, quería tenerte a mi lado a todas horas, todos los días y sin embargo estaba solo con tus recuerdos, esos que me transportaban a la mansión Jeon, dónde era feliz viéndote como la niña que eras.

Yangmi empezó a llorar, no pudo reprimir sacar la pena que llevaba en el corazón por tanto tiempo.

Se volvieron a besar y acariciar como si no hubiera un mañana...

Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora