2

4.4K 313 31
                                    

YANGMI

Las noches eran nuestra despedida.

Jungkook se sentía triste cuando subíamos a nuestras habitaciones separadas. En el pasillo se paraba al lado de la mía y me miraba de frente.

—¿Estás cansada por el entrenamiento de hoy? —me decía acercándose a mí con su voz ronca. Me empujaba levemente para ponerme contra la pared y mirarme de esa forma que solo él sabía hacer.

—No mucho, quiero terminar ya con ésto y poder ir a por el señor Yang —mientras tanto yo con mi obsesión— eso es sólo lo que me agota realmente, saber que aún respira —le dije cuando él ya tenía su mano en mi pelo, lo acariciaba y me ponía una sonrisa mientras miraba mis labios.

—Pronto estarás lista, llevamos un mes con tu adiestramiento, ya has aprendido mucho, tus disparos son muy certeros y peleas muy bien —bajó sus labios a la comisura de los mios y los paró allí mismo, empezó despacio a cubrirlos por completo. Me besaba mientras mi espalda estaba pegada a la pared.

Se separó un poco.

—Déjame entrar ahí contigo —pasó su mano por mi cintura y la apretó— te necesito Yangmi.

Y entonces al igual que siempre que me lo pedía venía a mí el miedo, últimamente se había instalado en mi cuerpo para hacerme una auténtica despiadada con él.

—No quiero Jungkook, no puedo de verdad.

Se separó por completo y me miró con enfado. Habían sido muchos días que lo estaba tratando con demasiada indiferencia. Sabía de mi mal humor, ¿Pero qué hacía si no podía?

—Está bien, no te lo volveré a pedir más, por mi parte te dejaré libre, ya estoy cansado de ésta mierda, mañana me voy a un viaje y estaré fuera un tiempo —me puse nerviosa, tampoco quería que se fuera de mi lado.

Eran sentimientos encontrados los que sentía.

—Quiero ir contigo, ya puedo acompañarte ¿No? Soy una de los tuyos —dije mirando sus ojos que ardían un poco.

—Lo siento pero en éste viaje no puedes —me espetó y se giró para irse.

—Me da lo mismo si quieres o no, pero ahora puedo ir y quiero ir —dije firme en mi decisión.

Me daba la espalda y sin mirarme me habló.

—Has dejado claro que no somos nada, y yo voy a respetar eso. Lo mereces y lo haré sin agobiarte más —se volvió de nuevo a mí y su semblante no me gustó nada—. Así que como lo único que eres en ésta casa es integrante del clan, se te ha olvidado que el que manda aquí soy yo, harás lo que yo te diga que hagas ¿De acuerdo? —clavó su mirada llena de rencor.

—¿Vas a comportarte como un hombre despechado? —le pregunté enfadada.

—No, solo voy a comportarme contigo como con todos los demás, cómo el líder de todo ésto, cómo al que debes respetar y como al que tienes que obedecer, así que solo hablaremos cuando se te requiera o se te llame ¿Entendido? —se volvió de nuevo y empezó a andar hacia su habitación—. Buenas noches Yangmi, que tengas dulces sueños.

Me lo merecía, todo ésto me lo merecía...maldita sea.

Al dia siguiente bajé para desayunar y en la mesa había más personas con él desayunando. Reconocí a Min Yoongi, siempre me había tratado muy bien, también vi a la mujer que conocí el día que escapé de la mansión, la que montaba con Jungkook a caballo, me entraron celos por verla mirarlo con una sonrisa descarada, él hablaba a los dos desde el lado principal de la mesa.

—Buenos días —dije correcta al llegar.

—Buenos días —me contestaron.

—Me alegro de verte, Yangmi —me miró Yoongi todo amable— ¿Desayunas con nosotros?

Iba a contestar pero no me dejaron.

—Yangmi —escuché decir a Jungkook de pronto.

—¿Si? —me quedé allí de pie con la tipa mirándome atenta, me entraron ganas de darle un puñetazo.

—Desayuna en otro lugar, estamos hablando de negocios —su mirada despiadada me decía que era mi castigo por rechazarlo.

—Jungkook —le dijo Yoongi— lo que estamos hablando tampoco es...

No lo dejó seguir hablando a él tampoco. El mandato despiadado del señor Jeon volvió de nuevo.

—¿Quién manda aquí Yoongi? —lo miró duramente.

—Tú —dijo el otro cabizbajo.

Me sentí ridícula, la mujer sonreía triunfante.

—Gracias Yoongi por intentar interceder por mí —lo dije con su conque, si no era tonto lo entendió—eres todo un caballero, no como otros —miré a Jungkook enfadada mientras él hacía lo mismo— desde hoy comeré en otro lugar dónde mi presencia no sea tan desagradable.

Y me fui para dejarlos allí y poder maldecirlo sin ser escuchada.

Me senté en la cocina de la mansión enfadada. Vaya idiota estaba hecho, si es que aún no podía estar con él de ese modo ¿No lo entendía? Tal vez si mataba a ese tío todo estaría bien después, pero tenía que hacerlo a su modo según él. Yo sólo pretendía ir en su busca ponerle una pistola en su asqueroso miembro y disparar todo el cargador, esa era mi obsesión.

—No se lo tengas en cuenta Yangmi —me volví y vi a Yoongi que entraba en la cocina— es un poco borde y frío pero él te presentó como su futura esposa —se sentó a mi lado— desde que murió Nina no ha protegido a nadie como ha hecho contigo.

—Ya lo sé —dije bajando mi rostro un poco triste, pero me acordé de la tipa— ¿Quién es esa que está con él? —no pude remediar sacar las uñas.

—Hoy se van juntos a un negocio que tienen los dos —se me calló el mundo.

—No me fío de esa mujer —dije echando mi cuerpo un poco hacia Yoongi para no alzar mucho la voz— me trae mala espina.

—Se conocen desde hace mucho y...

—¿Eres una puta vieja cotilla? ¿De esas que cuentan la vida de otros? —lo pilló Jungkook contándome, nos hizo sobresaltar. Los dos nos pusimos rectos, me di cuenta que tendría que lidiar con su peor temperamento por no acostarme con él.

Me levanté enfadada y arrastré mi silla haciendo ruido, fui hacia la puerta para irme y cogió mi mano para pararme.

—¡Para! Tengo que decirte algo —lo miré mal.

—¡Qué es ahora!

—Yoongi vete —le dijo sin dejar de mirarme.

—Ok, pero por favor arreglar lo que tengáis mal, se siente feo el ambiente —lo miré y le dediqué una sonrisa conciliadora, me gustaba cómo era y como me trataba siempre. No tenía la culpa de lo que se había roto en lo nuestro.

Se fue.

—¿Qué quieres de mí? —le dije cambiando de nuevo a mi rostro serio y enfadado.

—Tienes que hablar con Eun Woo, está en peligro —me asustó.

—¿Por qué? ¿Qué le ocurre?

—La fotografía que tienen de mí los federales, la que estaba yo en el barco de los contrabandistas chinos, ya han dado resolución sobre eso, habrá una redada pronto y le han pedido que sea el líder de la operación, ha ascendido ¿Lo sabías? —estaba asustada en éste momento—. Cuando me busquen tiraremos a matar, no puedo protegerlo Yangmi, o muere él o muero yo, es lo que hay...

Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora