Capítulo 304 - Su apetito creció a medida que envejecía

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Pero Huan Meng Yue ya había sido arrastrada por los guardias, sólo se veía su figura luchando...

Rápidamente, todos se habían dispersado; Huan Qing Yan quería preguntar a alguien si todavía podía obtener el premio, la Flor de la Vida del Océano...

Pero una atmósfera solemne emanaba de todos, y nadie le prestaba atención en absoluto.

Huan Qing Yan no tuvo más remedio que volver rápidamente al Consulado de la Tercera Edad.

****

La Finca Su

Los gritos y la conmoción llenaban el aire por todas partes.

Los soldados habían rodeado por completo la Finca Su, cada puerta de entrada y salida del lugar había sido sellada...

-¡Todos, escuchen! Bajo las órdenes de su majestad el emperador, estamos aquí para arrestar a todo el mundo dentro de la Finca Su, ¡todos los que se resistan serán asesinados sin discusión!

Muchos de los miembros más jóvenes del Dominio Su no estaban contentos con ello; utilizando su condición de discípulos y su cultivo como maestros espirituales de la Familia Su, intentaron escapar, pero todos fueron asesinados en el acto; la sangre cubría todo...

De repente, un rugido llegó desde las regiones más profundas del Estado Su.

-Nuestra Familia Su ha sido el pilar de nuestro país, sosteniéndolo durante incontables generaciones. ¿Quién se atreve a usar la violencia contra nosotros?

Un anciano de aspecto arrugado y pelo blanco apareció junto con el descenso de una energía hirviente.

La mayoría de los presentes se habían congelado misteriosamente debido a su rugido.

Ji Mo Ya movió su muñeca y el Pincel del Cosmos apareció; en un instante, escribió una gran palabra en el aire

-¡Romper!

La imponente energía de aquel anciano se detuvo de inmediato, dispersándose en el aire, permitiendo que todos recuperaran el control sobre sus cuerpos.

Ji Mo Ya entrecerró los ojos y dijo fríamente:

-El jefe de la Familia Su ha intentado resistirse al decreto imperial, ¡matad a todos los miembros a partir de ahora!

-¡Sí, Joven Maestro!

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Dentro del patio

Huan Qing Yan instruyó a todos los sirvientes para que trajeran al pequeño Xing Han a jugar.

Sólo la Señora Huan y ella se quedaron atrás.

La madre y la hija estaban sentadas frente a frente.

Madam Huan empezaba a sentirse nerviosa ante la mirada de Huan Qing Yan, y una sensación de impotencia también empezó a brotar en su interior.

-Mamá, ¿realmente no soy el hijo biológico de papá? -Huan Qing Yan estaba muy triste.

La niña reencarnada realmente había desperdiciado su vida anterior; ni siquiera confirmó un asunto tan importante.

La chica reencarnada dijo en su mente:

-Sólo pensé que papá era bastante misterioso y reservado; a pesar de preguntarle, nunca me dijo nada. Más tarde, Xing Han quedó lisiado y mamá falleció, así que cómo voy a averiguar la verdad...

La Señora Huan suspiró:

-Este asunto era algo que tu Papá me había instruido repetidamente para que no le contara a nadie sobre este asunto, y sin embargo le dijo la verdad a Huan Meng Yue. Es cierto, Pequeño Yan, fuiste llevada de vuelta del campo de batalla por tu padre. Tu padre sólo dijo que tu estatus es noble y extraordinario, aparte de eso, no había dicho nada más...

-¿Mi estatus es noble? ¿Extraordinario? Entonces, ¿cómo es que un infante puede aparecer en el campo de batalla?

Cuando Huan Qing Yan finalmente confirmó que no era la hija biológica de Huan Bei Ming, fue incapaz de explicar el sentimiento que tenía en ese momento.

Se sentía como un cruce entre la tristeza y un resultado esperado.

Madam Huan había guardado este secreto durante muchos años, tal vez se había sentido dura por soportar esta verdad durante tanto tiempo, por lo que sus palabras fluyeron sin cesar.

-Al principio, sospeché que eras un producto entre tu padre y una amante mientras él estaba en la guerra, pero tu padre dijo firmemente que no lo eras y que debía confiar en su carácter. Salvo decirme que eres de condición noble, tu Papá no dijo nada más; dijo que si yo sabía demasiado, eso me perjudicaría. Como sabes, mamá es tímida de nacimiento, así que no indagué más. Además, a pesar de haber estado casada con tu papá durante tantos años, no tuvimos hijos, así que también me alegré mucho de poder tener un hijo...

-Tu apetito creció a medida que crecías, fue entonces cuando me di cuenta de que eras diferente a nosotros ya que la gente común no podía poseer un apetito como el tuyo, teniendo la capacidad de comer varias veces al día. Tu papá también dijo que definitivamente despertarías un tesoro espiritual, así que comer tanto no era un problema. Tu padre te había tratado muy bien, queriéndote sin ocultar nada; ni siquiera su propio hijo biológico recibía tal trato.



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