Capitulo 12

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—Yo podía venir caminando –Aleksandra se quejó desde la parte trasera del auto de Edward.

—Esta lloviendo, llegarías empapada a la escuela —Bella respondió por Edward.

—Además te estás comportando un poco extraña y Carlisle me pidió que no te perdiera de vista estos días —Edward le dio un rápido vistazo por el retrovisor.

—Ya estoy muerta, ¿que más podría suceder? —la chica respondió con sarcasmo.

Le gustaba estar con su hermano, pero sin duda se sentía mal tercio. Estaba segura que después de que volvieron lo que más quería la humana era pasar todo el tiempo con su pareja, así que no quería interrumpirlos en nada.

Realmente se había estado sintiendo extraña, incluso Carlisle la había revisado la noche anterior después de volver del bosque. Después de saltar al otro lado del Río se había golpeado duramente contra las rocas, así que su brazo se había roto un poco, aunque más que roto parecía una especie de espejo quebrado. Siempre solía sanar enseguida, pero las heridas apenas estaban comenzando a desaparecer.

Cuando las instalaciones de la escuela comenzaron a hacerse visibles volvió a recobrar compostura. Edward habían visto todo lo que estaba pensando, así que se veía algo serio por todo. También estaba preocupado y toda la
noche había estado investigando que podría estar sucediendo. De inmediato un olor conocido y asqueroso de hizo presente. Edward olfateo lo mismo, ya que se veía tenso mientras le daba vuelta al volante para entrar al estacionamiento.

–Si te pido que hagas algo, ¿confiarás en mí? —Edward le preguntó a Bella.

–Eso depende —Bella respondió ignorando lo último, pues sabía que algo estaba a punto de suceder.

No batallo en nada al acomodarse en el aparcamiento del instituto.

–Ya me temía que dirías eso.

–¿Qué deseas que haga, Edward?.

–Quiero que te quedes en el coche —aparcó en su sitio habitual y apagó el
motor mientras hablaba—. Quiero que esperes aquí hasta que regrese a por ti. Aleksandra te acompañara en todo momento.

–Pero, ¿por qué?

Aleksandra vio una motocicleta negra que solo había visto llevar a Jacob Black. Aquello se pondría feo sin duda. Bella también se dio cuenta de aquello, ya que dejó la mirada fija.

–Oh.

Aquel chico era muy egocéntrico en el parecer de Aleksandra, pero sabía que si estuviera en la misma edad y época que él actuaria de la misma manera. Se veía tan lleno de vida, en comparación con ella, lo que solo la hizo sentirse un poco celosa. El rostro de Jacob era la máscara tranquila que ya conocían tan bien. Se veía bastante decidido de estar ahí.

–Anoche te precipitaste en llegar a una conclusión equivocada —murmuró Edward—. Te preguntó por el instituto porque sabía que yo estaría donde tú estuvieras. Buscaba un lugar seguro para hablar conmigo. Un escenario con testigos.

—Creo que es mejor que te quedes aquí Bella —Aleksandra le comentó una vez que recordó a detalle los sucesos anteriores.

–No me voy a quedar en el coche —repuso.

Edward gruñó bajo.

–Claro que no. Bien, acabemos con esto de una vez.

Esa chica la sacaría de quicio en cualquier momento. Bella le caía bien, pero le molestaba mucho que siempre hiciera todo lo contrario a lo que se le pedía. Siempre tenían que estarla sacando de los problemas en que se metía. No entendía porque siempre estaba involucrada en cosas que no le convenía saber. El rostro de Jacob se endureció conforme comenzaron a avanzar hacia él, con las
manos unidas y con Aleksandra siguiendo sus pasos.

Cuando el amor llegó ⟨••Caius Volturi••⟩ (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora