Capítulo 23

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Sinceramente no le disgustaba tanto como pensaba el convivir de tan cerca con los lobos. Tenían una peste horrible, pero aun así era bastante fácil acostumbrarse a ello al verlos de tan cerca. Sabía que eran completamente diferentes en muchos aspectos, especialmente porque no siempre había una familia de vampiros haciendo que adolescentes cambiaran a su forma guerrera.


La mayoría de ellos estaban ahí para cuidar el lugar y a sus habitantes, era algo que no habían escogido ser y mucho menos pelear contra quien sabe cuántos neófitos, pero había algo que los hacía estar juntos y eso hacía que Aleksandra se sintiera bastante bien.

En cierto punto era agradable ver la forma en que los lobos seguían sus movimientos con asombro, incluso ella descubría cosas nuevas cada que entrenaban. A pesar de que tenía una eternidad para vivir, cada día aprendía algo nuevo y eso hacía todo mucho más soportable.

A pesar de que todos actuaban como si nada pasara, era obvio que también estaban preocupados. Todos se amaban como si fueran una familia real y cualquier accidente que pudiera ocurrir sería devastador para cada uno de los integrantes Cullen. Isabella ya era parte de ellos, incluso los lobos, aunque no tuviesen algo que los uniera más que la misión en común que tenían.

Lo que hacía las cosas mucho más fáciles era que Caius parecía tener una mejor relación con todos cada día que pasaba. Jasper y Rosalie no confiaban mucho en él, pero ya eran más amables de lo que Aleksandra pudo imaginar.

Todo había estado bien hasta ese punto, hasta que había decidido ir de visita al hospital. Fue enorme su sorpresa al darse cuenta de que Caius había pedido unas vacaciones por la boda de su primo. No dudó ni un segundo en ir a su casa, y como lo esperaba, no había nadie.
No quería ser intensa, pero eso no era normal. La noche anterior Carlisle y Caius habían charlado lo bastante bajo como para no ser escuchados, lo que le pareció bastante extraño, pero sinceramente no le había tomado mucha importancia.

Tomó su teléfono celular e inmediatamente marcó su número. Ella había aprendido rápidamente a usarlo, pero Caius no era el más fanático de los aparatos, así que esperaba que le contestara. Timbró solamente una vez cuando recibió una respuesta.

—¿Cuándo pensabas decirme que tenías un primo? —Aleksandra preguntó antes de recibir algún comentario por parte de Caius. De inmediato pudo darse cuenta de que el hombre intentaba contener una risa.

—Buenos días para ti también, preciosa —Caius respondió como si nada pasara.

—¿Cuándo tenías planeado decirme que te irías? —Aleksandra abrió la puerta del coche y cerró la puerta lentamente.

—¿No crees que estás haciendo demasiadas preguntas? —Caius respondió.

—¿Y tú sabías que una pregunta no se responde con otra? —Aleksandra estaba indignada para ese punto.

—Sinceramente no pensé que fuera algo que tuviera mucha importancia.

—Por si no lo recuerdas, estamos saliendo. ¿Sigues pensando que no debía estar enterada al menos de que saldrías de la ciudad?

—En mis tiempos estaríamos muertos por salir sin tener compromiso alguno. Además, no salí de la ciudad, salí del continente —Caius intentó sonar gracioso, pero eso solo molestó a Aleksandra.

—No me cambies el tema, tú bien sabes que esto no es gracioso. ¿Te hubiera gustado que hiciera lo mismo que tú?

—No...

Cuando el amor llegó ⟨••Caius Volturi••⟩ (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora