Capítulo 24

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Era imposible que las cosas se pusieran más tensas de lo que ya estaban. Caius solo se comunicaba con Carlisle y él era el encargado de comentarle a todos sobre lo que estaba sucediendo en Volterra, así que era bastante frustrante para ella no estar enterada de todo.

Por otro lado, la visión de Alice había cambiado un poco. Ahora eran más neófitos y habían cambiado su plan. Estaban por atacarlos directamente, por lo que tenían que idear alguna manera de atraerlos a un lugar bastante grande en el que no se notara para nada lo que estaba a punto de suceder. La única noticia que no parecía tan mala era que Edward le pediría matrimonio a Bella, por lo que decidieron salir aquella noche para darles un poco de privacidad, además de preparar algún plan para que no los tomaran de sorpresa.

Los Cullen llegaron a casa alrededor del mediodía. Era la primera vez en mucho tiempo que parecían estar rodeados por un aura diferente, más seria y formal. En ese punto ya nada se podía tomar como broma.

Aleksandra se sentía extraña, mucho más de lo que alguna vez lo había estado, pero no quería comentar nada al respecto, pues no quería que todo el mundo se estresada mucho más. Agradecía internamente que Alice parecía estar de un humor de perros y eso llamaba más la atención, pues era algo raro en ella.

Obviamente si estuvieran en otra situación estaría muy feliz por Edward y Bella, pues ella sabía lo que sucedería antes que todos, como siempre, pero las primeras palabras que le dirigió a Edward fueron para quejarse por trabajar con los lobos.

–Creo —dijo sin dejar de mirar a Bella, poniendo una mueca al pronunciar el verbo que recalcaba su falta de certeza— que deberías meter ropa de abrigo en la maleta, Edward. No puedo ver dónde estás exactamente, ya que esta tarde sales con ese perro, pero parece que la tormenta que se avecina será aún más intensa en toda esa zona.

Era un mal momento para que el clima estuviera tan mal. A ellos los beneficiaba bastante, pero no tenía idea de cómo lo harían los lobos y Bella para poder completar el plan sin inconvenientes.

Edward asintió.

–Va a nevar en las montañas —le advirtió Aleksandra al ver que la chica no comprendía por completo a lo que se refería Alice.

–¡Guau, nieve! —murmuró Bella—. ¡Pero, por Dios, si estábamos en junio!

–Llévate una chaqueta —le dijo Alice. Su tono era hostil, cosa que era algo sorprendente.

Mientras la chica estaba molesta, Edward estaba bastante sonriente; lo que molestaba a Alice, a él parecía
divertirle.

Lo único bueno era que para seguir con el juego de acampar cada que había buen clima, Carlisle y Esme eran buenos clientes en el almacén de los Newton. Tenían varias tiendas de campaña y varios artefactos más que eran bastante buenos para pasarla bien durante una excursión.

Aleksandra entró al garaje, seguida de Alice, la cual solo se dedicó a observar en silencio los preparativos. La chica sentía el estómago extraño, era como si estuviera demasiado pesado. Había salido a cazar hace poco, pero aun así no había podido saciar su sed como le hubiera gustado, ya que no se sentía tan cómoda al hacerlo. Hizo una mueca, pero la borró al instante, pues Alice solo levantó una ceja en forma de pregunta hacia ella. Aleksandra solo negó con la cabeza, volviendo a mirar a la pareja.

–Llama a Jacob y dile que pasaremos a recogerlo en una hora, más o menos. Él ya conoce el lugar de la cita.

Bella se alejó con el teléfono en mano, así que de inmediato Edward y Alice se acercaron a ella tanto que incomodaba. Ella actuó como si nada sucediera y en su mente comenzó a cantar una canción de Britney Spears para que su hermano no entrara a su cabeza. Edward hizo una mueca de desagrado y negó varias veces con la cabeza.

Cuando el amor llegó ⟨••Caius Volturi••⟩ (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora