Capítulo 17

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SEATTLE ATERRRORIZADA POR LOS ASESINATOS

Ha pasado menos de una década desde que la ciudad de Seattle fuera el territorio de caza del asesino en serie más prolífico de la historia delos Estados Unidos, Gary Ridgway, el Asesino de Río Verde, condenado por la muerte de 48 mujeres. 

Ahora, una atribulada Seattle debe enfrentarse a la posibilidad de que podría estar albergando a un monstruo aún peor. 

La policía no considera la reciente racha de crímenes y desapariciones como obra de un asesino en serie. Al menos, no todavía. Se muestran reacios a creer que semejante carnicería sea obra de un solo individuo. Este asesino —si es, de hecho, una sola persona— podría ser responsable de39 homicidios y desapariciones sólo en los últimos tres meses. En comparación, la orgía de los 48 asesinatos perpetrados por Ridgway se dispersó en un periodo de 21 años. Si estas muertes fueran atribuidas a un solo hombre, entonces estaríamos hablando de la más violenta escalada de asesinatos en serie en la historia de América. 

La policía se inclina por la teoría de que se trata de bandas criminales dado el gran número de víctimas y el hecho de que no parece haber un patrón reconocible en la elección de las mismas.

Desde Jack el Destripador a Ted Bundy, los objetivos de los asesinos en serie siempre han estado conectados entre sí por similitudes en edad, género, raza o una combinación de los tres elementos. Las víctimas de esta ola de crímenes van desde los 15 años de la brillante estudiante Amanda Reed, a los 67 del cartero retirado Ornar Jenks. Las muertes relacionadas incluyen a casi 18mujeres y 21 hombres. Las víctimas pertenecen a razas diversas: caucasianos, afroamericanos, hispanos y asiáticos. 

La selección parece efectuada al azar y el motivo no parece otro que el mismo asesinato en sí. 

Entonces, ¿por qué no se descarta aún la idea del asesino en serie? 

Hay suficientes similitudes en el modus operandi de los crímenes como para crear fundadas sospechas. Cada una de las víctimas fue quemada hasta el punto de ser necesario un examen dental para realizar las identificaciones. En este tipo de incendios suele utilizarse algún tipo de sustancia para acelerar el proceso, como gasolina o alcohol; sin embargo, no se han encontrado restos de ninguna de estas sustancias en el lugar de los hechos. Además, parece que todos los cuerpos han sido desechados de cualquier modo, sin intentar ocultarlos.

Aún más horripilante es el hecho de que, la mayoría de las víctimas, muestran evidencias de una violencia brutal. Lo más destacable es la aparición de huesos aplastados, al parecer como resultado de la aplicación de una presión tremenda. Según los forenses, dicha violencia fue ejercida antes del momento de la muerte, aunque es difícil estar seguro de estas conclusiones, considerando el estado de los restos.

Existe otra similitud que apunta a la posibilidad de un asesino en serie: no ha sido posible hallar ninguna pista en la investigación de los crímenes. Aparte de los restos en sí mismos, no se ha encontrado ni una huella ni la marca de un neumático ni un cabello extraño. No hay testigos ni ningún tipo de sospechoso en las desapariciones. 

Además, también son dignas de análisis las desapariciones en sí mismas. Ninguna de las víctimas es lo que se podría haber considerado un objetivo fácil. No eran vagabundos sin techo, que se desvanecen con facilidad y de los que raramente se denuncian sus desapariciones. Las víctimas se han esfumado de sus hogares. 

Cuando el amor llegó ⟨••Caius Volturi••⟩ (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora