Recuerdo y clubes.

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Lunes, el comienzo de la semana, así como el día mas agotador en mi opinión.

Claro que, si lo comparamos con el trabajo de un japonés promedio, supongo que estoy exagerando.

El fin de semana fue algo inesperado, nunca pensé en tener una cita con Yukinoshita, aunque yo tuve la culpa de ello. Además, siento que lo hice bien para ser mi primera cita.

Pero dejando ese tema de lado, luego de despedirme de Yukinoshita, regrese al centro comercial y compre el peluche que tenia reservado, por lo que ya tengo el regalo para Rumi.

Aunque quizá fue algo exagerado el darle el primer peluche que compre a Yukinoshita, pero como yo la obligue a acompañarme todo el día, supuse que eso era lo mínimo que podía hacer por ella, además la expresión que puso en ese momento es algo que recodaré hasta el fin de mis días.

Y aunque no haya tenido previsto que algo como eso sucediera, no puedo negar que me divertí, pero igualmente no soy de disfrutar que se burlen y me insulten indiscriminadamente como lo hace Yukinoshita. Buena suerte Hikigaya, la necesitaras.

La campana sonó indicando el comienzo de la hora del almuerzo.

Quedarte atrapado en tus pensamientos si hace que el tiempo transcurra mas rápido, o eso creo yo.

Hoy no traje un almuerzo, así que tendré que ir a la cafetería a comprar.

Antes hubiera ido a la azotea después de ello, pero ahora que Kawasaki se integro al grupo de Yumiko, seria un dolor de cabeza tener que disuadirlas cada vez que empiezan a discutir, aunque las ultimas veces que lo han hecho, pude ver que tenían sonrisas en sus rostros, como si disfrutaran de hacerlo, quizá lo esté pensando de más.

Mientras me alistaba para irme a la cafetería, note que todo el aula se quedo en silencio, y al mirar a los demás, me di cuenta de que sus miradas estaban fija en la puerta. Siento un déjà vu, como si ya hubiera pasado por esta situación.

Y tal como aquella ocasión hace tiempo atrás, había una chica en la puerta, pero esta vez no era Miura Yumiko.

Cabello negro azabache, ojos azules, una piel de porcelana, una figura esbelta que le da una apariencia perfecta, y un lenguaje mordaz que incluso intimidaría a cualquier hombre rudo.

Solo había una pregunta en mi mente.

¿Qué hace Yukinoshita en mi salón de clases?

Con la mirada ella parecía estar buscando a alguien en particular, quise tener la esperanza de que esa persona no fuera yo, pero cuando su mirada se centro en mí, supe que me había equivocado.

Ella empezó a caminar hacia mi asiento.

''¿Tsurumi-kun, verdad?'' Su voz tenia un tono de duda.

Estoy seguro de que soy una persona fácil de olvidar, y Yukinoshita acaba de confirmármelo.

''Pensé que tenías una gran capacidad para recordar personas, pero supongo que te sobreestime.'' Dije con un tono burlón. No es que me duela que se haya olvidado tan fácilmente de mí ni nada de ello. Aunque ella menciono que no olvidaría a una persona tan repugnante fácilmente.

''Las personas optan por saludar cuando alguien les habla, pero supongo que esperar ese detalle de cordialidad de tu parte es mucho pedir.'' Su tono era resignado, como si mis palabra fueran un inulto hacia la humanidad.

''Perdón por no apegarme a los estándares de una persona promedio, p..'' Incluso antes de que terminara de hablar, ella me interrumpió.

''Estas perdonado, así que no tiene que seguir buscando mi perdón.'' Dijo con un aire de grandeza.

Mi nueva vida no es lo que esperabaWhere stories live. Discover now