𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜

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—Entonces, me estás diciendo que aprendiste sireno en el Lago Negro porque una selkie aparecía cuando estabas en el muelle —le dice Aidan, riéndose y Daw asiente.

—Era como si me estuviera esperando —bromea Dawn y le da un trago a su copa de vino blanco.

Habían ido a un restaurante muggle que Aidan conocía, por lo visto, muy bien. No tardó en descubrir que era de su tío, un squib más que acostumbrado a que su sobrino llevara magos y brujas al restaurante y le dejase siempre un reservado para no molestar a los muggles. Por eso podían hablar de selkies como si nada en mitad de un restaurante.

—Eres increíble, Dawn —dice Aidan y ella siente que se pone roja—. Yo soy nulo para los idiomas, tengo que recurrir siempre a hechizos traductores.

—Solo tengo mis prioridades claras, nada más —responde Dawn y vuelve a beber—. Casi fue más fácil aprender sireno que el resto de idiomas, al menos ese tenía con quien practicarlo. Creo que ese es uno de los fallos de nuestra educación mágica, sé que existen los hechizos traductores, pero...

—Nada de trabajo, Dawn, estás de descanso —dice Aidan, cortándola—. Esto es una comida entre amigos.

—Sí, perdona, a veces me dejo llevar y...

—Ningún problema —vuelve a interrumpirla y, sinceramente, Dawn lo odia. Pero aun así sonríe y vuelve a beber—. ¿Entonces te dedicaste a aprender idiomas mientras estabas en Hogwarts?

—Sí y no, también estudiaba y salía con Charlie, nunca me lo ha dicho, pero creo que fue él quien convenció a la selkie de que fuera al muelle —dice como si nada y Aidan la mira, con una sonrisa de medio lado.

—Así que... Charlie —dice y se echa hacia atrás en la silla, sonriendo—. Ya sabía que tenía que haber alguien, es imposible que alguien como tú no tenga pareja.

—Oh, no, no, Charlie es mi ex-novio —dice, poniéndose roja. ¿Cómo ha podido sacarle?—. Rompimos. Bueno, rompí con él.

—¿Y eso?

—Este trabajo, no era justo para él —dice, y carraspea. Tiene que recuperarse—. Bueno, pero fue hace unos años, no tiene importancia y tampoco tengo tiempo para relaciones.

—Te entiendo tanto —responde Aidan y Dawn le mira con curiosidad—. Mi novia también rompió conmigo por lo mismo, no nos veíamos.

—Sí, justo por eso.

—No lo entendí, claro, ¿acaso no podíamos con todo? —sigue contando Aidan y Dawn asiente.

—Es justo lo que decía Charlie —murmura Dawn, incómoda.

—Niamh decía justo lo mismo que tú entonces—Aidan le da un sorbo a su cerveza y luego suspira—. No sé cómo fue tu ruptura, pero la mía fue traumática.

—Me fui del país —dice Dawn y Aidan se empieza a reír.

—Eso sí que es una buena ruptura —bromea.

—Fue traumática, pero creo que en otro sentido. ¿La sigues queriendo?

Es refrescante oír a alguien más que la entiende. Aidan habla de que, cuando rompieron, tuvo una racha de quedarse en Irlanda por lo que siempre estaba en el Ministerio. Y Niamh también trabajaba allí por lo que se cruzaban todos los días. Dawn agradecía que Charlie no trabajara en el Ministerio porque si tuviera que verle cada vez que volvía a Inglaterra estaría llorando todo el día.

—¿Y cómo lo has superado? —pregunta Dawn suavemente y Aidan se encoge de hombros.

—El tiempo, supongo, ya han pasado cinco años, los dos hemos pasado página.

Efecto Coriolis [Charlie Weasley]Where stories live. Discover now