𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑠𝑒𝑖𝑠

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No está tranquila. Tiene una reunión con Dolores el mismo martes y tiene que ocultar que luego va a irse de Hogwarts para reunirse con su primo, el que supuestamente estaba muerto, pero ahora está vivo y de parte de Quien-No-Debe-Ser-Nombrado.

Ha decidido que va a ir a verle porque... porque... no lo sabe.

Solo ha decidido que quiere verle porque todo el mundo parece empeñado en decirle que su primo quiere hablar con ella y ella está dispuesta a ver qué demonios quiere para que, la próxima vez que le digan algo, pueda mandarlos a la mierda con argumentos.

La cuestión es que solo es lunes y está de los nervios. Las clases son aun más desastre que de costumbre porque por mucho que lo intenta no puede centrarse en intentar explicar las dudas y acaba dejando que todos hagan los deberes de la asignatura que quieran. Se ha conseguido recuperar en el fin de semana y ahora tiene la cabeza en otra parte.

El martes pasa tan lento que, cuando llega la reunión con Dolores, no se lo cree. Se ha adueñado de su despacho y chasquea los dedos para que un elfo traiga té y pastas mientras hablan. Ha dejado todos los informes de los distintos profesores sobre la mesa y Dawn no entiende muy bien a que viene eso.

—Buenas tardes, madame —siempre se acuerda de saludarla así, a Dolores le encanta que la llamen por su título y a Dawn le gusta tenerla de su parte—. Podría haberme esperado para que organizase todo esto.

—No te preocupes, Dawn, querida, he llegado antes de tiempo para que podamos repasar todo —la voz aguda es insoportable y Dawn solo sonríe—. ¿Empezamos?

—Claro, madame.

Vuelve a ver la sonrisa de la mujer. Es tan fácil darle lo que quiere que a Dawn le asusta porque nunca es tan fácil. Siempre hay que dar un poco más y presionar, pero con ella parece que no. Y quiere tener cuidado, no se fía de Dolores Umbridge ni siquiera un poco, por eso intenta estar de su parte, aunque no esté de acuerdo.

Pasan por las evaluaciones de todos los profesores y la pide favores disfrazados. En realidad, tiene que hacerlo sí o sí, porque si no la echaran, no se lo dice, pero Dawn es capaz de leer entre líneas, por eso acepta a escribir informes semanales sobre la profesora McGonagall, el profesor Flitwick, el profesor Snape, la profesora Sprout y Charlie. Son los que más le han llamado la atención a Dolores y Dawn maldice porque, a pesar de que ha intentado evitarlo, ha conseguido que Dolores se fije en Charlie.

Luego tiene que estar pendiente de la profesora Trewlaney porque suspendió su evaluación. Dawn intentó poner de la mejor forma posible que no tuvo ninguna visión o profecía en el momento de la evaluación argumentándolo con que no siempre llegan en el momento justo, pero a Dolores parece que no le ha gustado. También tenía que pedirle a la profesora Trelawney que le dijera algo sobre el futuro de Dolores y la profesora, lógicamente, se empezó a reír y le dijo lo obvio, que no podía ver leer el futuro de alguien que no estaba allí. Dawn sabía perfectamente que no se iba a conformar con eso, así que escribió unas cuantas mentiras en la evaluación. Y eso ha debido de perjudicarla.

—También está en periodo de pruebas la profesora Burbage, no sé que es eso de interneto que has puesto en la evaluación, pero no creo que los alumnos deban aprenderlo —dice y Dawn asiente. Ella tampoco tiene muy claro que es internet, pero le parece un concepto interesante que le gustaría aprender en el futuro—. Y para el profesor Bins, ¿le podría decir que tiene que insistir un poco más en el siglo diecinueve?

—¿No debería intentar llegar hasta nuestros días para que los alumnos conozcan antes de quinto toda nuestra historia? —Dawn lo pregunta sin más y parece que a Dolores no le hace gracia.

—¿Y para qué deberían saberlo?

—Por todas las mentiras que está diciendo Dumbledore, madame —es rápida al responder y parece que es la respuesta correcta porque Dolores vuelve a sonreír.

Efecto Coriolis [Charlie Weasley]Where stories live. Discover now