𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜

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Castigar a Harry después de cenar durante toda la semana no es el plan de Dawn, claro, pero no le ha quedado otra teniendo a Dolores en clase. Solo espera que este castigo le valga para entender que no puede pasarse ni un pelo con todo lo que está pasando.

Harry llega un poco antes de la hora y Dawn le sonríe cuando entra por la puerta. El chico no parece estar muy contento y se deja caer sobre la silla frente a ella de malas formas.

—Buenas noches, Harry —le dice, sonriendo y el chico resopla.

—Buenas noches, Delegada Lewis —masculla entre dientes y Dawn suspira.

—¿No habíamos quedado en que me llamabas Dawn?

—¿Y tú no se supone que defiendes las injusticias? —le contesta el chico y Dawn le mira—. ¿Dónde estabas cuando me juzgaron injustamente?

—¿Cuándo te han juzgado? —Dawn frunce el ceño—. ¿Es eso que decías que te habías enfrentado a unos dementores?

—Debes de ser la única que no se ha enterado —dice el chico y ella se cruza de brazos. Ha tenido otras cosas en la cabeza, además ¿por qué no se lo ha contado nadie?

—Bueno, pues ahora es un buen momento para que me lo cuentes.

—¿Y qué más da?

—Porque podría evitar que volviera a pasar, Harry.

Se le nota que está enfadado con el mundo, no le culpa, la verdad, el periódico no ha dejado de ponerle a él y a Dumbledore de locos para arriba en todo el verano. Y ahora que han vuelto a Hogwarts sí que parece que hay gente que confía en lo que dice Harry, pero... pero siempre hay alguien que no lo hace.

—Unos dementores aparecieron en Little Whinging en verano —el chico empieza a contarlo y Dawn coge un trozo de pergamino para apuntar—. Nos atacaron a mi primo y a mí, luego llegó la carta del Ministerio de Magia en el que me informaban de que me habían expulsado y luego otra carta con que tenía que pasar un juicio.

—¿Unos dementores en un barrio muggle? —Harry asiente y Dawn lo escribe en el trozo de pergamino—. ¿Y qué hiciste con ellos?

—El encantamiento patronus.

Lo dice con tanta seguridad que a Dawn se le escapa una carcajada. Harry frunce el ceño y Dawn intenta recomponerse.

—¿Qué te parece tan gracioso?

—¿El encantamiento patronus? —intenta decirlo sin que le vuelva a entrar la risa—. ¿Cómo vas a haber hecho ese encantamiento, Harry? ¿No estarías dormido y lo soñaste?

Sabe que se ha equivocado en cuanto el chico se pone en pie y empuja la silla. Tiene que agarrarle de la muñeca para evitar que se vaya de su despacho y casi la mata con la mirada.

—Perdón, Harry, no quería decir que te lo hubieras inventado, es solo que... el encantamiento patronus es magia muy avanzada —dice ella y el chico asiente.

—Ya, lo sé, me lo enseñó el profesor Lupin.

Dawn no lleva la cuenta de los profesores que han pasado por la asignatura, pero mínimo el chico sabe hacer ese encantamiento desde hace un año. ¿Cómo iba a saber hacerlo siendo tan pequeño?

—¿Y sabes hacerlo?

—Te he dicho que sí.

—Perdón, es que... —tiene que andar con cuidado porque con cada cosa que dice parece que molesta más a Harry—. Yo no sé hacerlo, es magia muy avanzada.

—¿No lo enseñan en séptimo? —parece que eso le sorprende y Dawn niega.

—A ver, los dementores solo están en Azkaban, así que... ¿para qué iban a enseñarlo?

Efecto Coriolis [Charlie Weasley]Where stories live. Discover now