𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑡𝑟𝑒𝑠

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Es como si nada fuera real. No se lo ha contado a nadie, no quiere que nadie sepa que está ahí por pena, solo se ha encerrado en su despacho y ha empezado a trabajar. El despacho cambia por las noches, adaptándose a ella y la puerta desaparece para que nadie pueda entrar y llega la cama, que sale entre las estanterías. Ahora tiene un baño privado completo, así que no tiene que volver a casa.

Para sus padres ha vuelto a Rumanía y vive allí, pero todas las mañanas vuelve a Inglaterra. Para Irina está en Inglaterra porque tiene que conseguir la firma de Aidan para la asignatura.

Nadie sabe que vive en su despacho, pero tiene que aguantar allí hasta mediados de agosto, solo son unas semanas más y se mudará a su piso nuevo. Se lo ha confirmado el amigo de su tía, que la bruja que está ahora se muda a finales de julio porque ha encontrado algo demasiado bueno para ser real y las dos semanas hasta que el piso sea suyo son para arreglarlo un poco. Una capa de pintura, arreglar algunos agujeros y renovar los hechizos del hogar. Quiere adelantarlo, pero también sabe que lo mejor es ser paciente, así que lo es.

Con quien ya no es paciente es con Aidan.

En Grimmauld Place le había dicho que hablarían la semana siguiente, ya era y había ignorado todas sus cartas, estaban a jueves.

Cuatro días sin Él.

No pensaba esperar más, iba a ir esa misma tarde hasta el Ministerio irlandés, le iba a firmar los papeles y se los entregaría al Wizengamot en cuanto estuviera de vuelta. Así que escribe dos cartas, una para solicitar el traslador para esa misma tarde, la otra para solicitar la audiencia con el Wizengamot.

Vuelven después de comer, ambas cosas aprobadas y Dawn coge su bolso. No necesita nada más que no sea el dosier, los formularios, una pluma y la tinta para que Aidan firme de una vez, así que los mete rápidamente y se va directamente hacia el ascensor, sin saludar a nadie que se encuentra por los pasillos. Va fingiendo que lee un artículo muy importante y va haciendo garabatos que supuestamente significan algo, pero está pendiente de lo que está pasando a su alrededor.

No es para menos, ahora es su madre quien ha ocupado el puesto del tío Barty y siempre las están mirando, siempre las observan. No se lo ha dicho a su madre, pero ¿a ella también la han puesto a dedo por ser una Crouch? No, a ella no, seguro que no porque su madre ya tiene mucha experiencia y sabe lo que hace. Es la mejor para el puesto, además ha mantenido a Percy a su lado y le ha quitado mucha de la carga de trabajo, aunque el chico se empeñe en recuperarla y se haya negado a tener unas vacaciones de verano. La conversación de ese martes entre su madre y Percy se había oído en todo el Ministerio e incluso Dawn había sacado la cabeza de su despacho para ver qué estaba pasando.

—Se supone que el ascensor no es un lugar donde tengas que leer nada relacionado con tu trabajo —Percy se pone a su lado, también esperando el ascensor y ella levanta la mirada—. Ya sabes, puede filtrarse información confidencial.

—No creo que a nadie le interese... —Dawn mira el papel que ha cogido— filtrar información sobre cómo se regulan los trasladores, es algo público recogido en los boletines.

—Más de uno no se los ha leído —parece que Percy intenta mantener una conversación, pero Dawn no siente ningunas ganas así que vuelve a mirar el papel y sigue haciendo garabatos—. ¿Se supone que eso tiene que significar algo?

—Sí, mira, este significa no, este me y este otro que estoy apuntando es molestes.

Sabe que Percy no ha hecho nada para que le conteste así, pero no puede evitarlo. Tiene los nervios a flor de piel, en cualquier momento va a explotar y va a acabar con todo aquel que esté cerca. Así que si eso vale para alejar a Percy y no hacer daño a nadie más vale.

Efecto Coriolis [Charlie Weasley]Where stories live. Discover now