2.

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Días después.

Isabela.

—Hoy su abuela vendrá con ustedes y traerá a Camilo con ella —comentó mi madre entrando a la cocina donde desayunaba junto a mis hermanas y mi padre—. Dolores tendrá una presentación en su escuela y solo Pepa y Félix pueden asistir, nadie podrá cuidar a Camilo más que su abuela.

—Lo que quiere decir que ninguna puede llegar tan tarde de la escuela —Agustín, mi padre, nos miró a Luisa y a mí—. Su abuela también pasará por Mirabel a la escuela.

—¡Comida de la abuela! —gritó Mirabel emocionada.

—Es tu turno de pasar con ella —miré a Luisa y ella empezó a atragantarse con su comida—, la vez pasada yo escuché cada una de sus historias mientras tu hacías deberes. Esta vez tengo cosas por hacer.

—Tu ganas —bufó Luisa y sonreí triunfante.

—Tienen veinte minutos para acabar todo, las llevaré a la escuela y a su madre al trabajo —ordenó mi padre y las tres asentimos.

(...)

Salía de mi aula y me dirigía hacia el campo de la universidad para tomar tranquilamente mi almuerzo, odiaba la cafetería, estar rodeada de personas no era mi cosa favorita en el mundo.

Cerca del lugar donde acostumbraba sentarme, visualicé a Elsa tomando varias fotografías al campus y a las personas. Me acerqué a ella y me atravesé interrumpiendo su toma.

—¡Era una excelente foto! —gruñó molesta, bajó su rostro para mirar la foto tomada— ¿Isabela? —levantó su cara para verme frente a ella.

—Recordaste mi nombre, vamos mejorando —sonreí—. ¿Para que son las fotos? —observé su cámara y ella dio un paso alejándose un poco de mí— ¿Invadí tu burbuja personal?

—Un poco —confesó—. Son para el periódico de la escuela —respondió.

—Recuerdo que Elinor te llamó Arendelle... Ahora cobra sentido porque el pie de la fotografía tiene el nombre Arendelle, gran talento, señorita arquitecta y fotógrafa.

—Gracias... Espera ¿Tú lees el periódico? Creí que nadie lo hacía —los ojos de Elsa me miraron maravillados y su rostro serio cambió totalmente a uno más alegre.

—La verdadera pregunta sería ¿Por qué no leer el periódico? Te enteras de muchas cosas, como los miércoles de postres gratis en la cafetería —respondí—. Tus fotografías siempre están en la primer plana y en el apartado de "conoce mejor tu universidad".

—Tú y mi mejor amiga son las únicas que he conocido que lean el periódico —sonrió levemente—, debo irme a tomar mi almuerzo.

—¿Puedo acompañarte? —pregunté tímida—, para ser sincera no quiero pasar sola.

—No voy a la cafetería, creo que vas para allá ¿No? —negué rápidamente y Elsa pareció meditar por unos segundos—. Está bien.

Sonreí y la guíe hacia el lugar donde siempre comía mi almuerzo, estaba detrás de las jardineras en una banca debajo de un gran árbol.

—¿Por qué nunca descubrí este lugar? —cuestionó.

—A veces hay que explorar un poco —respondí sentándome en la banca, ella me siguió sentándose y sacando su almuerzo.

—Supongo que estuve entretenida en otras cosas y no fui capaz de encontrar lugares como estos —comentó—. Además, no hay personas que puedan molestarme aquí...

Begin Again |Elsabela|Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu