7.

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Isabela.

Malditas clases, odio los Lunes, detesto la universidad. Tonta preparación profesional, no entiendo porqué debo estar aquí si cuando salga estaré desempleada y viviré en casa de mi madre.

—¿Isa? ¿Isabela, estás prestando atención? —sentí un golpe en mi cabeza — ¡Reacciona!

—¡Cuánta violencia! —reclamé saliendo de mis pensamientos y miré molesta a Rapunzel—, estaba divagando en mi odio profundo a la vida universitaria.

—Mujer, estás tan distraída el día de hoy —bufó— ¿Entendiste lo que te dije?

—Me desconecté desde que dijiste que necesitabas consejos amorosos —respondí.

¿He olvidado mencionar que ahora vengo a la escuela acompañada de Rapunzel? Resulta que tomamos el mismo autobús.

—Isabela —gruñó.

—Escucha, soy la persona menos indicada para dar consejos. Si estás debatiendo entre Cassandra y Flynn ¿Qué puedo decir? —la miré.

—¿Tal vez puedes decir opiniones? —preguntó de regreso.

—No puedo decir mucho, no los conozco... A simple vista, ambos son excelentes y realmente lo pensaría bastante, se nota que quieren algo serio contigo y si tu no estás decidida, sería mejor que dejaras de darles alas a los dos —sentí que Rapunzel se paró en seco—. Uh... ¿Dije algo malo?

—Te daría un beso en este momento —fruncí mi ceño sin comprender lo que decía—. Chica, gracias.

—¿Supongo que ayude? —enarqué mi ceja y Rapunzel asintió.

—Tengo más claro en panorama —Rapunzel me abrazó—, y tu pregunta desde del autobús es, sí. Elsa amará las arepas de tu madre.

Desde que comencé a ser más cercana a Elsa, se hizo costumbre que ella siempre esté comiendo de las arepas de mi madre. Cuando le conté, mi madre pareció amar más a Elsa que a mí y preparó una considerable cantidad de arepas para regalarle.

—Creí que lo habías olvidado —murmuré y ella dio un leve golpe en mi mochila.

—Me caracterizo por prestar mucha atención a cada cosa —miró su reloj—. Voy tarde a clase, me saludas a Elsa cuando la veas.

La vi correr rumbo a su facultad. Suspiré y seguí caminando hacia mi destino. La estúpida aula de clases.

—¿Elsa no viene contigo? —sentí que alguien se había colocado a mi lado y había iniciado una conversación.

Confundida, me detuve y miré a la persona a lado mío.

—¿Necesitas algo, Hans? —pregunté.

—Sé que Elsa es tu amiga y últimamente pasan demasiado tiempo juntas, dime ¿Qué ha dicho ella de mí? —enarqué mi ceja.

—Solo me ha dicho la verdad de lo sucedido, si piensas que eres el centro de todas las conversaciones pues estás demasiado equivocado —respondí.

—No creo que comprendas lo que significa que se hable de mí —murmuró y vio hacia el pasillo, como si buscara a alguien—. No lo entenderías, pero para personas como nosotros es muy importante la reputación y no quiero que se arruine.

—No soy esa clase de persona que va por la vida diciendo las intimidades de las personas, en resumen, no soy tu Hans. Además, quien arruinó su famosa reputación fuiste tu —me crucé de brazos—. Te pediré de favor que dejes de hostigarme, has pasado toda la semana siguiéndome ¿No tienes algún pasatiempo?

Begin Again |Elsabela|Where stories live. Discover now