15.

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Isabela.

—¡No puedo hacer esto! —chillé dándole la espalda a Elsa.

—Amor, por favor. No tiene nada de malo —insistió Elsa—, si dicen algo saldré a defenderte ¿Sí?

—Agradezco la oferta, pero aún así no quiero —respondí y escuché un fuerte suspiro de Elsa.

—Está bien, lo haremos cuando estés lista —sentí su mano sobre mi hombro y al girar mi cabeza para verla pude encontrar una tierna sonrisa en sus labios—. Solo no me dejes esperando hasta los ochenta años.

—No me retes —amenacé divertida.

—Entonces ¿Será que puedo acompañarte a tu salón? —preguntó y asentí rápidamente.

Ambas caminanamos hacia la entrada. Escondí mis manos en las bolsas de mi sudadera mientras miraba a otro lado. Ésta mañana Elsa me ofreció la mano para ir de camino a la escuela, sin embargo, al llegar a la universidad simplemente me paralicé y solté su mano.

No sé si estoy lista para que el resto sepa lo que sucede. No me avergüenza decir que Elsa y yo somos novias, pero las personas con crueles y quiero evitarme cualquier tipo de comentario o mirada.

Supuestamente yo debería ser la más abierta y la que proporciona seguridad, pero creo que ahora los papeles se han invertido y Elsa es quien da mayor seguridad en esta relación.

—Oye... No quiero que pienses que no quería darte la mano o que me avergüenza ser tu novia... Esto, es algo nuevo ¿Sabes?, Es la primera vez y yo-

—Isa, tranquila —ella interrumpió, me miró colocando su mano en mi hombro—. Sé por qué lo hiciste. Temes a los comentarios que hagan y me creas o no, yo sé que piensas sobre lo que hará Hans si se entera.

Oh sí, Hans era otro punto y aparte ¿He comentado cuánto es mi odio a Hans? Espero que quede claro em nivel pues cada día que me levanto él recibe un insulto mío.

Supe por Dolores que Hans no es precisamente el mejor apoyando a la comunidad, y prefiero mantener la situación tranquila antes de que lance cualquier ataque a Elsa o a mí.

—Solo no quiero que esto acabe en una visita sl psicólogo —suspiré.

—Creo que lo único que interesa es tener el spoyo se tu familia y amigos ¿No? El resto se puede ir al carajo —comentó Elsa dándome un guiño con su ojo—, y si Hans tiene que sacar espuma por la boca que la saque, no me interesa.

—¿En qué momento pasaste de ser la tímida e insegura a la chica confiada de si misma? —cuestioné y ella soltó una leve risa.

—Hago hasta lo imposible por las personas que me importan. Eres una de ellas, y no me importa si me muero de nervios, yo estaré sl frente defendiéndote.

Bajé mi cabeza ocultando mi sonrojo, ¿Me saqué la lotería? Sí.

—Gracias... —fue lo único que pude decir.

—Soportalo porque tengo miles de cosas cursis por decir —hizo una pausa—, creo que debes entrar, está por empezar tu clase.

—Te veo dónde siempre —mencioné levantando mi cabeza y acomodando mi cabello.

—Ahí estaré —dijo en alto alejándose.

(...)

—Oigan tortolas ¿Será que podemos tener un almuerzo tranquilo? Estoy a nada de ir a enfermería a pedir insulina de acción rápida, siento el coma diabético en la nuca —Rapunzel mencionó con un gruñido.

Begin Again |Elsabela|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora