16.

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Elsa.

—Esto es una mala idea, malísima idea —dije caminando en círculos y con ambas manos en mi cabeza.

—Cariño ¿Puedes detenerte? —escuché a Isabela y me detuve rápidamente— ¿Cuál es el problema? Te ves bien.

—Y-yo... —miré el vestido que llevaba— E-es la primera vez en mucho tiempo que uso un vestido... —bajé mi cabeza—, no volví a ponerme uno porque me dijeron que estaba subida de peso y que parecía un cerdo...

—¿Te lo dijo el imbécil de Hans? —preguntó Isa entre dientes. Asentí levemente— Pues el idiota no es como que sea vea el más galán con esas patillas horribles.

—Perdón, es algo que aún... Aún no logro sanar por completo... —me senté en el borde de su cama y mantenía mi rostro hacia abajo mirando el suelo—, dije que verías la mejor versión de mí y yo-

Isa tapó mi boca con la palma de su mano, ella se había sentado en el suelo frente a mí. Tragué saliva mirándola.

—Escucha, que hayas dicho eso no quiere decir que necesitas estar bien todo el tiempo... Eres humana Elsa y sentirte de esta manera solo me permite conocerte aún más —dijo con un tono de voz suave—. Te ves increíblemente hermosa en cualquier cosa que uses, seguramente usando traje de baño te ves el doble de hermosa y sexy.

—¿Qué insinuas? —empujé su mano y enarqué mi ceja mirándola.

—Nada. El punto es, que no debes enterrar tus emociones, somos novias y más allá de eso, somos amigas y estaré para ayudarte en todo lo que pueda... Puedes contarme lo que necesites y basta de hacerte la fuerte, está bien romperse de vez en cuando —ella acarició mi mejilla—. Si no te sientes cómoda por esta ocasión, está bien. Iremos a tu paso.

—¿Qué hice para merecerte? —cuestioné apretando mis labios y ella sonrió.

—Solo fuiste tú —ella se levantó—. Si deseas cambiarte está bien —Isa me miró—. De igual forma, no es como que yo esté totalmente arreglada —ella señaló su conjunto de jeans con un blusa rosa y un saco negro—. Me parezco a las señoras de las películas o de los catálogos de venta.

Reí levemente y me levanté de su cama mirándome en su espejo. Los comentarios de las personas en realidad causan un gran impacto, duelen y lastiman. Es fácil para los demás decir que no hagas caso a los comentarios, pero es bastante difícil ponerlo en practica.

Durante meses soporté comentarios hirientes de Hans sobre mi cuerpo, tener que ser juzgada constantemente hizo que mi poco amor propio se fuera a la basura. Después de él, no volví a usar un vestido, ignoré toda mi ropa que alguna vez me hizo sentirme bonita. Siempre usaba algo que fuera un estándar para Hans o para no verme mal.

Isa me abrazó por la espalda y dejó un beso en mi hombro. Dejé escapar un suspiro aún mirándome en el espejo. Me ponía mal pensar que en algún punto de forma inconsciente, estoy comparando a Isabela con Hans.

¡Claro que ella no es como él! Pero... Es difícil comenzar de nuevo.

—Perdón si llego a compararte con Hans, pe-pero... A él no le gustaba que usara estos vestidos ni tacones, a tí si... —dije en bajo y observé en su reflejo del espejo como sonreía.

—Está bien, no todos tenemos un buen sentido de la moda—dijo molestando y entrecerré mis ojos mirándola—. No me mates, fuera de todo, jamás te diré qué cosa me gusta o no, es tu decisión. Tú decides con qué quieres vestirte, si te sientes bien en pijama úsala todas las veces que quieras.

Ella besó mi mejilla y me apegué a su cuerpo sintiendo una paz que no comúnmente experimentaba.

Me volteé para besarle y ambas empezamos un pequeño juego por quien dominaría el beso. Al final, Isabela ganó. Poco a poco se hizo más intenso y sentí la legua de Isabela empujar hacia mi boca.

Begin Again |Elsabela|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora