Es fuerte, poderoso, llama la atención con poco más que miradas severas en direcciones precisas. Su traje está planchado, camisa con cuello almidonada, zapatos de cuero lustrados a un nivel impecable. Avanza con determinación, se mueve con rapidez, tan sexi.
El omega se muerde el labio al recordar sus músculos apenas ocultos en esa camisa.
Mientras lo mira atrapado en tu ensoñación sexual, Vachirawit parece estar entretenido hablando con las personas de la mesa.
Metawin está cansado, quiere ir y estar a solas con Bright.
El omega desliza su pie peligrosamente por la pierna del alfa debajo de la mesa, este pegó un leve salto y lo observó asustado. Avanzó hacia su parte privada encima de la tela tocando con su pie.
Chiva-aree empezó a sudar, transpirar demasiado, soltó un bajo y ronco gemido. De pronto se levantó.
—Si me disculpan me retiro un momento al baño.–Avisó.
—De igual manera yo también necesito retocarme.–Añadió Win.
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—Mierda...–Susurró.
—Pero miren a quien tenemos aquí..–habló su lobo.
—Que mierda quieres.–
—Huy que miedo, eso no es de ti Bright.
—Cállate.
—Mmm...parece que ahora el omega te domina.
—¿D-De qué h-hablas?
—No te hagas el tonto, tú quieres que sea tu sumiso.
—¡NO! ¡YA HABLAMOS DE ESTO!
—No te sigas engañando, este no eres tú.
—No puedo obligarlo, por cuanto más lo desee...El no querría algo como eso.
—¡Así que lo admites!–
—No...–
—Vamos, vamos, vamos...
—No...–
—Dilo.
—He querido esto durante tanto tiempo, he fantaseado con su cuerpo suave y delicado sobre el mío, su piel caliente contra mi piel, su sudor sobre mi sudor, lo cumplí en cierta parte aquella noche, pero no fue suficiente, yo quiero más.
—Eso, ahora ve por él.
—Sí..ir por mi omega.–Habló entrando en el trance.
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Metawin en vez de ir al baño, había ido a otro lugar, mejor dicho a explorar por los pasillos, estaba en el lado vip del lugar tenía que aprovechar para ver lo más posible, y sobre todo disfrutar. Había cumplido su meta de molestar a Vachirawit por un momento.
Entró a un lugar que no parecía una habitación, más una salita escondida, muy lindo.
Se dio vuelta cuando escuchó un rechinido.
—Oh, eres tú ¿Por qué no traes tus..-
Se acercó a él sin dejar de mirarlo, estar a sólo centímetros.
—Lentes...
El omega sintió como sus piernas empezaban a temblar, eso era extraño, había un aire diferente allí.
